Cennect with us

Opiniones

UN 26 DE JULIO SIN FIDEL Y CON FIDEL

Publicado

en

Por Miguel Mejía.-

Este 26 de julio de 2017, cuando el pueblo cubano se reúna como lo ha hecho en los últimos 64 años, entre los miles de hombres y mujeres del pueblo que estarán recordando la epopeya que echó a andar el motor de la Revolución, faltará la presencia y la voz de Fidel, pero a la vez estará presente, transfigurado y fundido con quienes no se rinden y construyen una nación socialista, libre y soberana, a pesar de tantos años de acoso, agresiones, cerco imperialista y viles campañas de prensa.

En esta memorable fecha, se conmemorará en Cuba, y en buena parte de los pueblos hermanos del mundo, el 64 aniversario del asalto al Cuartel Moncada, ocurrido en esa misma fecha del año de 1953. Será el primero en que falte la presencia heroica y el magisterio político del comandante Fidel Castro, fallecido el 25 de noviembre del pasado año.

Repitiendo una idea clave de José Martí, era el mismo Comandante quien gustaba de recordarnos que “toda la gloria del mundo cabe en una grano de maíz”. Coherente hasta las últimas consecuencias, su cuerpo físico convertido en savia redentora y fundamento de la Patria, yace dentro de un sencillo monolito de piedra, sin más señalización que su nombre, FIDEL, en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, a escasos metros de las tumbas de sus compañeros caídos en el Moncada, y a la augusta sombra de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, y del propio José Martí.

Este 26 de julio, cuando el pueblo cubano se reúna, como lo ha hecho en los últimos 64 años, entre los miles de hombres y mujeres del pueblo que estarán recordando la epopeya que echó a andar el motor de la Revolución, faltará la presencia y la voz de Fidel, pero a la vez estará presente, transfigurado y fundido con quienes no se rinden y construyen una nación socialista, libre y soberana, a pesar de tantos años de acoso, agresiones, cerco imperialista y viles campañas de prensa. Y en ello radica su definitiva victoria sobre sus más encarnizados enemigos. No está físicamente, pero si está su presencia moral permanente y la fuerza de sus ideas. Está, en definitiva, su ejemplo a seguir.

La Revolución, desaparecido su principal artífice e inspirador, no se ha detenido, no ha claudicado, no se ha rendido, ni ha abjurado de sus principios sagrados. A su lado empequeñecen cada vez más, los ridículos agoreros que juraban que no sobreviviría a la muerte de su líder natural, y que la entrada del imperialismo norteamericano en la por tantos años sitiada fortaleza sería cuestión de días. No lo ha sido, no lo es, ni lo será, y ese es el espíritu fidelista y martiano que sin presencia física, ni voz audible, estará resonando en la mente y los corazones de todos los cubanos dignos, y de los pueblos que, con su solidaridad permanente e inquebrantable, como lo ha hecho el heroico pueblo dominicano, han evitado tantas veces la arremetida frontal del imperio.

Cuba ayuda con médicos y maestros a decenas de naciones del mundo, especialmente las más pobres y olvidadas. Acaba de proclamar que la vacuna contra el cáncer de pulmón descubierta por sus científicos, estará a disposición de los necesitados del mundo, sin costo alguno, mientras la superpotencia planetaria, ahogada en sus riquezas mal habidas, amenaza con sanciones a quienes no compren la suya.

“Yo ví a Fidel Castro mandar médicos a donde otros solo mandaban bombas”-sentenció Nelson Mandela, acuñando en una frase sencilla y una imagen simple, la enorme e inconmensurable diferencia existente entre el humanismo de la Revolución cubana, iniciada hace 64 años por Fidel, y la deshumanización de sus enemigos y detractores, hundíos en la decadencia de su antiguo esplendor, cada día más desprestigiado y solitario con un presidente como Donald Trump.

No importan las dificultades ni los peligros por delante. En cada batalla presente y futura por la redención humana, en Cuba y en el mundo, estará Fidel dirigiendo el combate, como lo hizo aquel amanecer glorioso, cuando entre el mar y las montañas de Santiago de Cuba se elevaba un ejemplo que no desaparece. Como no desparece el propio Fidel.

*El autor es secretario general del Movimiento Izquierda Unida (MIU).

Julio 25, de 2017.

Publicidad