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Opiniones

Cárcel de La Victoria, hacinamiento y el coronavirus

Publicado

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POR CARLOS NINA GOMEZ ([email protected]).-
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La semana pasada escribí que es una necesidad que las autoridades, sin dilación, apliquen las medidas más eficaces para evitar que en la vieja cárcel de La Victoria el coronavirus ocasione que cientos de presos sean infectados. Y frenar por lo menos decenas de muertes.

El Ministerio de Salud Pública y la Dirección General de Prisiones deben ser los organismos con más autoridad -y decisión- para poner a funcionar una efectiva plataforma que pueda impedir que el COVID-19 cause cientos de muertes, no solo en La Victoria, sino también en las demás prisiones del país.

Justamente el mismo día de publicarse mi opinión, el pasado viernes, la Procuraduría General de la República -en un reporte dado a conocer a la prensa- informó que 82 reos dieron positivo en la Penitenciaría Nacional de La Victoria a causa del COVID-19 y que de esa cantidad infectada la pandemia había dejado sin vida a siete presos.

La periodista Wanda Méndez, en un reportaje escrito para Listín Diario -publicado en abril del 2018- revela cifras espeluznantes. Lean: «La tasa de hacinamiento en ese centro penitenciario se sitúa en un 275.5 por ciento. Hasta esa fecha, ese recinto alojaba a 7,553 privados de libertad, que representan 5,542 más de su capacidad, que es de 2,011».

Como lo cité en la primera entrega, la cantidad de presos en La Victoria alcanza ahora, en pleno siglo XXI, unos diez mil, pese a que su capacidad es de 2,000 lo que significa una ¡diferencia es abismal!

Ese informe de Wanda Méndez sobre los reos de La Victoria cae como «anillo al dedo» en este triste momento en el que la terrible enfermedad abate al mundo y lo tiene a sus pies.

Afincando respecto a los internos de La Victoria, creo que me quedé corto cuando en el trabajo del pasado viernes en el que informé que los presos, por el hacinamiento en que viven, podrían ser seriamente afectados por el coronavirus… ¡y los muertos llegar a quintuplicarse!

En el gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-1986), nació la ley 224 que consiste en reformar las cárceles del país. «Leybásica que comprenda todas aquellas normas y conceptos orientadores para establecimientoscarcelarios;que deberán atenerse a lasleyesy reglamentos del servicio de las prisiones»… ¡pero en la práctica nada!

Mientras tanto, el coronavirus sigue su infernal devastación. ¿Cuántos muertos más habrá en el penal de La Victoria?

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