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Opiniones

Cómo y Porqué Llegué a Ser Embajador

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Víctor Manuel Grimaldi Céspedes

Por Víctor Manuel Grimaldi Céspedes.-

Nunca pensé en la idea de ser diplomático, ser embajador, a pesar de que recibí una formación básica, fundamental, en materia diplomática. La adquirí de dos maneras:

Primero, trabajando como periodista traté diplomáticos y hay una serie de normas y usos y formas de comportarse en el periodismo tradicional, formal, el periodismo de antes, que sigue normas de comportamiento de verdad diplomáticas, porque la diplomacia no es más que una manera de tratarse con la gente, de tratarse las instituciones con protocolos y ciertas normas, de crear vías de contactos y de comunicación y de puentes. Los Estados así la utilizan.

El segundo aspecto de esa formación, fue una formación intelectual que recibí leyendo pero también asistiendo al Instituto Dominicano de Periodismo donde estudié inicialmente de una manera rigurosa el periodismo a partir del año 1969. Allí los profesores, los catedráticos, ese grupo era gente con formación académica y varios de ellos diplomáticos de carrera como por ejemplo Joaquín Salazar, que firma mi título de graduación del Instituto Dominicano de Periodismo, título que también está firmado por el Dr. Salvador Pittaluga Nivar que después fue embajador adscrito a la Cancillería encargado del Departamento de Prensa.

Además de Joaquin Salazar, yo recibí cátedra en el Instituto Dominicano de Periodismo de Carlos Federico Pérez y Pérez, un abogado, que fue Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Héctor García Godoy y de otras personas de ese nivel como por ejemplo, la profesora Nelly Biaggi que nos dio cátedra sobre los organismos internacionales. Ella era una diplomática de formación; y otros más.

Este antecedente es importante, pero nunca pensé en que yo podía ser embajador. O sea, no me interesó ni lo aspiré ni estuvo dentro de mis planes. En el año 1977, ocho años ya después de haber iniciado los estudios en el Instituto Dominicano de Periodismo, y ya cuando tenía ocho años de ejercicio de periodista, como periodista profesional porque el periodista profesional es el que trabaja en un medio y hace trabajos asalariados sistemáticamente, yo comencé a trabajar en el periódico El Nacional el 14 de junio del año 1969. Ocho años después, trabajando ya en otro periódico vespertino como El Nacional, La Noticia que habíamos formado un grupo de periodistas que salimos del periódico El Nacional en enero de 1973, ocho años después, en septiembre de 1977 me correspondió por encargo del periódico La Noticia, el Director me envió, el amigo Silvio Herasme Peña, ir a Washington, a la capital de Estados Unidos, Washington, D.C., distrito de Columbia, a cubrir -como se llama en términos periodísticos- es decir, a informar sobre la visita del Presidente Joaquín Balaguer a Washington, que fue el Presidente Balaguer uno de los invitados porque asistieron a Washington en septiembre de 1977 todos los jefes de Estado y de gobierno de las Américas a una reunión en la sede de la Unión Panamericana, como se llama el edificio donde opera la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta Organización de Estados Americanos había sido fundada en el año 1948 en Bogotá y, precisamente, el Presidente Joaquín Balaguer era en ese momento el embajador de la República Dominicana en Bogotá cuando se fundó la OEA.

Pues, esta reunión de 1977 fue convocada por la OEA con todos los jefes de Estado y de Gobierno de América Latina para que estuvieran presentes y fueran testigos de un Tratado que fue firmado entre el Presidente de los Estados Unidos James Carter, conocido popularmente como Jimmy Carter, y el Presidente de Panamá que era el General Omar Torrijos. Esos acuerdos conocidos como los Tratados Torrijos-Carter establecieron que en el año 1999 los Estados Unidos devolverían el Canal de Panamá, como así sucedió 22 años después de 1977 a la soberanía, al control del estado panameño, del gobierno de Panamá, del pueblo panameño. Entonces, yo estuve en Washington en ese viaje del Presidente. No viajé en el mismo avión a diferencia de los demás periodistas. Creo que en el mismo avión del Presidente Balaguer viajó Miguel Guerrero, y también Pia Rodríguez que en paz descanse, entre otros que recuerde, viajaron en ese avión. Yo no. No viajé en ese avión porque los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas, especialmente el servicio de inteligencia que depende de la Presidencia que es la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI) tenía una objeción de que un periodista del diario La Noticia fuera en ese viaje. Había un prejuicio con La Noticia.

Juan Bosch que estaba enterado de que yo iba a ir a ese viaje, que el periódico La Noticia había dispuesto, fue informado por mí, yo le informé que existía ese inconveniente. Juan Bosch envió a Domingo Mariotti que fue una persona que colaboró muy estrechamente con Juan Bosch, siempre ayudó personalmente a Juan Bosch y ayudó al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cuando Juan Bosch era líder del PRD y después del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hasta un momento de la etapa del PLD siempre estuvo cercano. Domingo Mariotti era el contacto que utilizaba Juan Bosch para llevar mensajes al Presidente Balaguer y el contacto del Presidente Balaguer para recibir esos mensajes era Ramón Fontbernard que era Secretario de Estado sin Cartera y Director General de Radio Televisión Dominicana.

Entonces, Juan Bosch me dijo: “tú tienes que ir, Victor, a ese viaje. Tú no puedes dejar de ir. Yo voy a mandar a Domingo Mariotti a conversar con Font Bernard”.

Efectivamente, conversó y no solo eso, si no que Domingo Mariotti me llevó donde Ramón FontBernard, y Ramón FontBernard me dio una tarjetita para el embajador de la República Dominicana ante el gobierno de los Estados Unidos que era Horacio Vicioso Soto y recomendaba ahí en la tarjetita, escribió -yo tengo fotocopia de esa tarjeta, está en mis archivos-, al embajador Horacio Vicioso Soto le recomendaba que fuera bien recibido, que me diera todas las atenciones allá y asi sucedió. Pero yo no viajé en el avión, yo me fui en otro vuelo.

Cuando regresé del viaje fuimos entonces de nuevo Domingo Mariotti y yo donde Ramón FontBernard a darle las gracias por haber intercedido para que yo fuera a cubrir la ceremonia. No solo eso, no solo la ceremonia en la OEA de la firma de los Tratados de Panamá. Yo pude ingresar a la Casa Blanca, al lugar donde reside el Presidente de los Estados Unidos, pero también donde están las oficinas de la Presidencia del gobierno de los Estados Unidos. Pude ingresar un dia que el Presidente Carter recibió al Presidente Balaguer. Una tarde.

Los periodistas conocen lo que se llama un pool de noticias. Cuando hay 50-100 periodistas y no caben en un lugar, no pueden entrar todos, se seleccionan varios de ellos para que ingresen y después les informen al resto de los que no pudieron entrar. Pues, para entrar a la Casa Blanca ese día no iba solamente el Presidente Balaguer, iban otros Jefes de Estado, pero Carter los iba recibiendo por turnos, iban llegando.

Entonces, el Servicio Secreto de los Estados Unidos y la oficina de prensa de la Casa Blanca, -el Servicio Secreto es el que proteje al Presidente-, decidieron lo del pool y para ese pool de noticias escogieron a dos periodistas dominicanos: a Marino Mendoza y a un servidor, a Victor Grimaldi, y los dos ingresamos.

Cuando terminó la entrevista privada del Presidente Jimmy Carter y el Presidente Joaquín Balaguer, Carter -ya Balaguer estaba ciego, totalmente ciego- venía con el Presidente Balaguer practicamente agarrado del brazo, no era así muy evidente, pero era como guiándolo porque venían por una acera estrecha por un jardín, incluso había una curvita y cuando iban a pasar por la curvita Carter le dijo: “cuidado, cuidado”, nosotros vimos y escuchamos todo eso y despidió al Presidente Balaguer y entonces vino el Presidente Carter hacia donde los periodistas que estábamos ahí porque habíamos de varios países. De la República Dominicana éramos Marino Mendoza y yo.

Carter habló un minuto-minuto y medio. Dijo unas palabras elogiosas hablando bien del Presidente Balaguer, que había sido un ejemplo para la América Latina, la transición a la democracia que había habido con Balaguer en la República Dominicana, etc. Yo grabé todo eso y lo tuve ahí en mi grabadora, una grabadora portatil. Cuando nosotros llegamos al hotel después que nos marchamos de la Casa Blanca, nos hemos enterado de que en la República Dominicana, por Radio Comercial se había pasado una noticia que decía todo lo contrario de lo que había dicho el Presidente Carter. Le atribuyeron a Carter por Radio Comercial que el Presidente Carter, el Presidente de los Estados Unidos había criticado a Balaguer que era una Dictadura, muchísimas tonterías. Esas son las cosas increíbles porque ahora se habla de fake news, pero eso fue una barbaridad.

Marino Mendoza era el corresponsal en Washington, o sea, él viajó a Washington también en este caso a cubrir las incidencias, pero él mandó la información grabada y todo, pero él no fue el que redactó esa noticia. Fue alguien que estaba en la República Dominicana que cambió todo lo que pasó. Entonces, en el hotel eso fue un escándalo, pensaron que fuimos Marino Mendoza y yo los autores de ese desaguisado fake news de la época y todo se aclaró.

El Ministro de Relaciones Exteriores que era el Contralmirante Ramón Emilio Jiménez Reyes me pidió que le facilitará la cinta para él grabarla, copiarla, el gobierno envió la información correcta. Yo también publiqué la información correcta en el periódico La Noticia y todo se aclaró.

Después hubo una conferencia de prensa. Antes o después de ese día. Creo que fue después o antes en la residencia del embajador de la República Dominicana ante el gobierno de los Estados Unidos, don Horacio Vicioso Soto.

El Presidente Balaguer respondió preguntas de varios periodistas, había una periodista norteamericana muy agresiva haciendo preguntas incluso que no venían al caso. Le preguntó al Presidente Balaguer que qué él opinaba de una bomba que se había escuchado en Washington en esos días que habían tirado, una especie de acto terrorista, pero que no tuvo mayor trascendencia tampoco porque no hubo muertos ni heridos ni daños, supuestamente, en Washington, D.C. según ella. Ella fue que lo dijo, pero nadie sabía de eso ni en los medios en Washington se había publicado.

Yo intervine y le pedí respetuosamente a la periodista que en vez de hacerle ese tipo de preguntas a un jefe de Estado, al jefe de Estado de la República Dominicana, le hiciera una pregunta constructiva, que por qué no le preguntaba sobre el tema de la cuota azucarera , que era muy importante la cuota que nos asignaba el Departamento de Agricultura o el Ministerio de Agricultura del gobierno de los Estados Unidos para colocar azúcar dominicana en el mercado de Estados Unidos que era una cuota preferencial, a un precio preferencial, a un precio más alto que el del mercado mundial del azúcar.

Eso y el resto de mi comportamiento, evidentemente que le agradó al Presidente de la República porque cuando Domingo Mariotti y yo fuimos de nuevo donde FontBernard; es decir, en esta vez ya que acudimos a darle las gracias porque facilitó que yo asistiera a la ceremonia. Había que tener el visto bueno del gobierno para que le dieran las credenciales a uno después en Washington, así eran las cosas en esa época. Ramón FontBernard me dijo que el Presidente Balaguer estaba muy agradecido de mi comportamiento.

Unos dias después entonces, yo recibí una llamada de lo que era la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores que hoy es Ministerio de Relaciones Exteriores. El Canciller te quiere ver y fui. El Canciller, Secretario de Estado de Relaciones Exteriores que hoy se llama Ministro de Relaciones Exteriores, Contralmirante de la Marina de Guerra, en este caso en funciones civiles, Ramón Emilio Jiménez Reyes.

Me recibe junto a la ViceCanciller que era doña Liselotte Marte de Barrios. Me dice: Grimaldi, nosotros lo invitamos a venir al Despacho porque queremos informarle que el Presidente de la República nos ha ordenado que lo nombremos a usted embajador adscrito a la Cancillería encargado de la Oficina de Prensa. Usted va a sustituir al Dr. Salvador Pittaluga Nivar, que fue el Director del Instituto Dominicano de Periodismo y mi profesor, y que con Joaquín Salazar, el diplomático de carrera que fue embajador en varios países, firmaban el título de mi graduación. Yo le dije: yo voy a evaluarlo, a pensarlo porque esa es una decisión que no se puede tomar así de repente y en los próximos días les aviso. Por qué yo hice eso? Primero, porque yo era un periodista de trabajo profesional pero, sobretodo, por razones políticas. Y, en tercer lugar, por delicadeza verdad y yo consulté, naturalmente, a Juan Bosch, ya yo era un militante del Partido de la Liberación Dominicana y, por consiguiente, no podía aceptar esa función. Esa fue la primera ocasión en que se abrió una puerta para yo entrar a la diplomacia.

La segunda, fue ya con Juan Bosch en el año 1989 cuando yo publico la 2da. edición de mi libro El Diario Secreto de la Intervención de la Intervención Norteamericana del 1965, se lo llevo un dia temprano a su residencia, ya él vivía en la calle Paseo de los Locutores y lo hojea, me mira y me dice con el dedo: tú vas a ser mi embajador en Washington. Yo me quedé estupefacto porque en esa época los peledeístas no aspirábamos a cargos.

En el sentido de que no decíamos yo quiero ser ni nada y yo no pensaba ser embajador ni mucho menos y me quedé callado en silencio, y a los pocos segundos me dice: ¿tú sabes por qué Victor? Porque si tú eres embajador en Washington tú vas a tener, como representante del gobierno, el poder para solicitar los documentos norteamericanos del año 1963 que demuestran que a mi me derrocaron por órdenes de la misión militar de los Estados Unidos.

En el año 1990, entonces, el Partido de la Liberación Dominicana concurrió a las eleciones. El Dr. Leonel Fernández era el encargado de la Oficina de Prensa en esa época, hablamos de ese tema en algún momento. Él me dijo a mí , el Dr. Leonel Fernández, que él iba a ser el Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Juan Bosch si ganábamos las elecciones. Yo le dije: ah, a mi Juan Bosch me dijo que yo iba a ser el embajador en Washington. No ganamos y en el año 1996, cuando el Dr. Leonel Fernández gana las elecciones con el apoyo de Joaquín Balaguer y, naturalmente, como candidato del Partido de la Liberación Dominicana y con el apoyo del líder Juan Bosch, también, pero sabemos la importancia que tuvo el apoyo de Joaquín Balaguer. Ya juramentado, en la Catedral, el 16 de agosto él me dice: Victor yo quiero hablar contigo. El me dijo. Somos amigos hace tiempo, compañeros de Partido. Cuando usted diga, Presidente. Pues quedamos en vernos. Nos vimos al otro día en el Palacio Nacional y él me habla de que tiene dos puestos disponibles, me dice que él se recuerda que en el 1990 yo quería. Antes de que dijera, yo le dije no era que yo quería. Usted sabe que fue Juan Bosch que decidió que yo iba a ser embajador en Washington. Dice: no, pero es que yo ahí tengo a Bernardo Vega. Le dije: no, pero es que yo no estoy pidiendo puesto de embajador ante la Casa Blanca. Yo estoy diciendo simplemente eso. No, no, mira Victor, yo quería hablar contigo porque es que yo tengo disponible embajador en las Naciones Unidas y embajador en la OE. Yo le dije embajador en la OEA. El día 23 de agosto fue publicado el Decreto donde él me designó Embajador Representante Permanente -o sea, jeje de la Misión- ante la Organización de Estados Americanos. Esa fue la segunda oportunidad. El Senado de la República me confirmó como embajador, pero después yo decidí quedarme en la República Dominicana.

Ya posteriormente, en el año 2008, doce años después de 1996, cuando ya el Dr. Leonel Fernández había vuelto a la Presidencia en el 2004 -gobernó del 1996 al 2000- se repostuló en el 2008 y ganó las elecciones. Ya en el 2008, entonces, él retomó esa idea. Hablamos en una ocasión y él me dijo que él quería que yo formara parte de su gobierno y yo le dije que retomaramos la idea del 1996 del cuerpo diplomático y ahi es que él después de ofrecerme varios puestos finalmente, y después de pasar unos meses, él me propone el Vaticano y así el 23 de enero de 2009 emitió el Decreto 44-09 designándome embajador ante la Santa Sede concurrente, posteriormente, -dos nombramientos que vinieron después- concurrente ante la Orden de Malta y ante la República Helénica que es lo que llamamos Grecia, un estado independiente muy importante en Europa.

En ese puesto estuve hasta, recientemente, que el Presidente de la República Danilo Medina, quien estuvo en Audiencia Oficial con el Papa Francisco, que organizamos el 13 de junio de 2014, el Presidente Danilo Medina a través de Flavio Darío Espinal -quien fue el que ocupó el puesto de embajador en la OEA; es decir, jefe de la Misión, después que yo decidi no viajar, no asumir el puesto en el 1996, le tocó a Flavio Darío.

Después fue embajador ante el gobierno de Estados Unidos, pero primero ante la OEA. Flavio Darío un amigo de cierto tiempo, sobrino, además, de una profesora mía de la escuela primaria en el colegio Nuestra Señora de la Altagracia, amigos que somos, me llama a finales de noviembre de 2019 y me dice: el Presidente te mandó a decir que él tiene un compromiso hace tiempo para esa embajada donde tú estás y que él te propone la India o Perú. Yo le digo: Flavio Darío, la India es muy lejos. No le hablé de Perú. Pues déjame hablar con el Presidente, yo le dije: pero dile al Presidente que yo acato lo que él decida, que él es el jefe del Servicio Exterior. Al otro día, entonces, me escribió por whatsapp y me dijo: el Presidente te propone Suecia. Y yo le dije: muy bien, dile que si. Entonces le digo: comienzo hacer los preparativos para mi despedida y me dice: no, espérate que eso es un proceso, eso se toma su tiempo, ahora vamos a iniciar los trámites. Me dijo que no iniciara nada. Entonces, así es como en diciembre de 2019 el Ministerio de Relaciones Exteriores, por órdenes del Presidente de la República, naturalmente, de la Presidencia, inicia las gestiones para la nueva embajadora. Una embajadora que no ha asumido funciones todavía ante la Santa Sede y para mí, para Suecia. A finales de enero salgo de Roma, ya con todo ese proceso vinculado al servicio exterior, el placet llegó en esos días. Unos días después y el 4 de marzo de 2020 fue publicado ya el Decreto que me designa como embajador ante el Reino de Suecia.

Esa es la historia, sintéticamente, de mi recorrido diplomático y de como llegué yo a ser embajador.

Santo Domingo, República Dominicana, 15 de junio 2020.

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