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Opiniones

¿Por qué no tenemos una línea aérea bandera en República Dominicana?

Publicado

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Por Francisco Figuereo Diaz ([email protected]).-

La respuesta a una pregunta tan compleja es simple: Un problema de costos. Nuestro país goza de una estructura fiscal poco amigable a una industria como la del transporte aéreo. Nuestros hacedores de política por diversas razones no han comprendido la complejidad y lo competitivo que es el negocio de la aviación.

Por eso, muchos proyectos fracasan antes de nacer y las líneas aéreas que tenemos actualmente no están ni cerca de poder competir con las internacionales en las rutas aéreas más consolidadas para los dominicanos. Si hablamos de los aspectos económicos que se constituyen en la primera barrera de entrada para que un proyecto serio despegue en nuestro país son creadas por las distorsiones emanadas en el Código Tributario Dominicano. Su desactualización del mismo frente a una industria tan cambiante y compleja como la aérea.

Muchos países de la región disfrutan de un marco fiscal que les permite disfrutar de exenciones tributarias que las dominicanas ni en sueño podrían tener. Por ejemplo; el impuesto sobre los activos. Este es una carga que no tienen ningunas de las aerolíneas internacionales que tienen el 80% del mercado del transporte de pasajeros. ¿Cómo se podría comprar o alquilar un avión decente y moderno para que sea explotado con 18 y 14 horas de vuelos diariamente, si hay que pagar un impuesto de esa naturaleza? Hacemos de conocimiento del amigo lector que las empresas que son intensivas en capital tienen exenciones discrecionales como las del sector bancario y energético que no pagan este tipo de tributo.

El segundo impuesto que resulta oneroso son las retenciones realizadas fruto de los pagos realizados al exterior; un sector como el de las aerolíneas tanto sus costes como sus ingresos son foráneos. Pues la naturaleza de la actividad las hace moverse en un mercado internacional dando lugar a una potencial doble tributación. Desde luego este impuesto no lo paga las principales aerolíneas que viajan a nuestro país pues sus países han realizado exenciones para este tipo de tributo.

La tercera carga fiscal que afecta el modelo de negocio de una línea aérea es el anticipo, los negocios en los cuales su volumen de efectivo es determinante para solventar su ciclo de negocio; una carga como esta, los afecta negativamente al lesionar su flujo de caja. Este tipo de tributo no existe en ninguno de los países donde las líneas aéreas internacionales tienen su casa matriz y compiten nuestro mercado.

El cuarto elemento es el impuesto sobre las primas o pólizas de seguro de las aeronaves. Este tipo de herramienta legal es una materia prima en el negocio de la aviación, elemento que es necesario y determinante para poder ofrecer el servicio. Entendemos que el Estado no puede cobrar por un insumo intermedio como lo es una póliza de seguro internacional que por demás ya es muy costosa y es un pilar importante en el modelo de negocio de cualquier aerolínea.

Al interactuar con hacedores de política siempre me expresan que cambiar esta realidad afectaría las recaudaciones; nada mas lejos de la realidad. Las empresas aéreas internacionales no pagan impuestos sobre la renta, ni anticipos, ni impuestos sobre los activos, ni impuestos sobre las primas de seguro en fin no pagan prácticamente nada. Solo el impuesto al valor agregado y la renta presunta. En cambio, las dominicanas pagan 27% de impuesto sobre los ingresos, 1% sobre los activos, 10% sobre los pagos en el exterior, 16% de selectivo en la prima de seguros, anticipos mensuales sin saber si ganaste o vas a ganar algo, entre otros. En fin, tienes impuestos por mas de 54% afectando los ingresos de las aerolíneas nacionales y las internacionales solo 10%. ¿Como se compite así?

Este tipo de política fiscal ha dado pie a que las empresas nacionales tengan serias dificultades para despegar en República Dominicana y que su mercado de pasajeros potenciales sea en aquellas rutas en las cuales las aerolíneas internacionales grandes no tienen interés en su volumen de pasajeros y frecuencia. Sus prácticas monopólicas de bajar los precios cuando una empresa dominicana entra en una ruta para evitar su competencia y cuando la aerolínea dominicana no logra superar las condiciones de mercado más los impuestos onerosos que el Estado les obligó a pagar, estas salen derrotadas. Entonces; como es lógico las internacionales, suben los precios a los pasajes burlándose de la inteligencia de los reguladores y del pueblo dominicano. Esto es totalmente lesivo; pero más lo es, las cargas fiscales que le tiene el Estado Dominicano a las líneas aéreas nacionales.

Esta práctica monopólica ignorada por los hacedores de política, por su falta de conocimiento de cómo la industria aérea impacta en forma positiva a tantos sectores de nuestra economía facilitando la creación de valor a través de su efecto multiplicador; crea un asalto al bolsillo de los dominicanos, reduciendo su ingreso disponible e impidiendo que los turistas puedan gastar más dólares en el país.

Las autoridades conscientes de esta realidad deben darle un giro en este momento de crisis creado por el COVID19 colocando en igualdad de condiciones a las empresas nacionales dominicanas para que puedan despegar en un horizonte plano, democratizando el transporte vía aérea para que más dominicanos se puedan montar en un avión.

-El autor es economista, con estudios en transporte intermodal del Instituto de Méxicano del Transporte (IMT) y fue encargado del área económica del transporte aéreo en la Junta de Aviación Civil.

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