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Opiniones

El periodismo, sostén de la democracia

Publicado

en

POR CARLOS NINA GÓMEZ.-
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Si el periodismo se muestra «blandengue» y sus trabajadores ejercen con miedo, entonces República Dominicana -y hay que escribirlo en forma clara, categórica- podría dar un retroceso en todas sus instituciones…y su democracia trillaría un peligroso camino.

Es una advertencia que tiene justificación. Porque, por ejemplo, cuando un gobierno -sin importar su ideología- se propone coartar el derecho a opinar de la gente, el deber de los medios noticiosos es impedir que eso ocurra.

Es ahí donde el ejercicio del periodismo entra a jugar el rol que le corresponde. El rol de publicar todo lo que considere que atenta contra la sanidad de la patria.

Actuar contra todo lo que intente acogotar las libertades públicas y el juego de las ideas que es lo mismo que decir que la colectividad tenga la opción de pensar libremente, sin ataduras ni represalias.

El argumento de que el periodismo es el sostén de la democracia no obedece a ningún invento ni teoría barata, o divorciada de la realidad democrática.

Y mucho menos a «dar pie» a que los dictadores (y aspirantes a tiranos desde el Estado) trastoquen el derecho que tienen las mayorías a expresarse libremente y luchar contra cualquier intento de que en República Dominicana se llegue a un retroceso; a que volvamos a vivir aciagos momentos en los que hubo actuaciones que ocasionaron masivos apresamientos, crímenes, deportaciones e intentos de ponerle un bosar a la prensa independiente.

En la primera entrega de este artículo expuse que hay quienes creen que «el pueblo dominicano es olvidadizo». Esto significa que no tiene memoria y que, por consiguiente, no recuerda (¿?) hechos pasados.

Me refiero, por ejemplo, a terribles momentos registrados en el gobierno (de los 12 años) encabezado por Joaquín Balaguer. Ningún periodista es ignoto a tan cruel realidad.
¿Cómo olvidar los crímenes de aquellos fatídicos 12 años contra cientos de dirigentes revolucionarios y democráticos asesinados solo por manifestar sus ideas contra el régimen de turno?

Pero, además, ¿cómo olvidar los crímenes contra los periodistas Orlando Martínez, Gregorio García Castro y Plinio Díaz quienes fueron estandartes del pensamiento libre, las libertades públicas y la crítica a un gobierno despótico y criminal?

Pero tampoco borrar de nuestras memorias el crimen contra el abogado y comunicador Narciso González (Narcisazo) quien fue también un firme abanderado del periodismo responsable y ético.

En esta etapa, donde impera una auténtica democracia, al periodismo le corresponde jugar su estelar papel. Seguir siendo el sostén de la democracia dominicana.

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