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Opiniones

New York rumbo a Primarias Demócratas, Ranked-Choice Voting y campañas sucias y negativas entre Dominicanos

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Por Belkys Martínez.-
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Camino a las Primarias Demócratas.
Uno de los temas más sensibles de una campaña electoral «La campaña sucia» entre los candidatos, las cuales son dirigidas y montadas por los equipos estratégicos de los mismos, para reguardar a los aspirantes y que los votantes no los acusen de ser parte del descrédito a que es sometido el adversario.
Si nos vamos a la historia política de nuestro país, debemos de considerar que si la elección de Jackson de 1828, fue —o no— la primera campaña de desprestigio real de la historia estadounidense, debería ser solo una anécdota de historia política, lamentablemente, al parecer también fue uno de los primeros productos de exportación de Estados Unidos para algunos paises.
Divide et impera, frase atribuida al emperador romano Julio César, escuchar la expresión “divide y vencerás”, o “divide y reinara”, nos llegan a la mente de manera ipso facto, las tácticas que nos remontan en el tiempo hasta el emperador romano, Julio César, que utilizaba la esencia de esta expresión para consumar su dominio sobre el gran imperio romano. Así como, también, nos ilumina la genialidad atribuida a Nicolás Maquiavelo, en su libro: «El Príncipe» y el pensamiento del general estratega militar Sun Tzu en su libro » El arte de la guerra».
Según Maquiavelo, en «El Principe» nos dice que los príncipes deben gobernar según las circunstancias que les permitan conservar exitosamente a sus gobiernos en su poder. Y, presenta como principal característica el método de dejar de lado sistemáticamente, con respecto a las estrategias políticas, las cuestiones relativas a la moral y la religión, alegando que sólo interesa conservar el poder.
Por su parte el general y estratega militar Sun Tzu, en su libro » El arte de la guerra», nos muestra que algunas de las enseñanzas fundamentales son » Lo ideal es vencer sin luchar y que la guerra se basa en el engaño y la confusión del enemigo»
Las campañas sucias, o como usted las quiera nombrar, son una forma de pelear electoralmente hoy en día y con lo cual se persigue el desprestigio del contrario y se implementan generalmente a una semana de las elecciones.
El receso obligatorio de la campaña electoral por los medios tradicionales ha trasladado a las redes sociales los esfuerzos que hacen los candidatos para conquistar o mantener los apoyos que se habían obtenido antes de que la pandemia mundial del COVID19, afectara la vida política local y suspendido todo intento de contacto físico con los electores.
Las campañas sucias, más que apartar, desbancar o descarrilar a un adversario, buscan destruirlo personalmente y por consecuencia, políticamente, pretende sembrar información falsa de la persona y hacerla viral en las diferentes plataformas de comunicación social, con el fin de destruir al adversario y minar su confianza entre los votantes .
El papel de los medios, no solo los convencionales, que ayudan a propagar mensajes interesados e incluso difamatorios que dañan la vida de un ser humano, aprovechandose de ciertas formas de consumo masivo de información que privilegia la velocidad, la superficialidad y la confianza ciega en las redes sociales”. Hablo de Facebook, Twitter ,Youtube y WhatsApp, pero también de «algunos medios inexpertos» y de políticos que reaccionan tan erróneamente que terminan multiplicando la circulación social de lo falso.
Además, si lo superficial o fragmentario no es suficiente para construir la historia premeditada y pensada en las cloacas de los equipos adversarios, no se duda en falsear, manipular e inventar datos, documentos y situaciones hasta que encajen en la calumnia diseñada. Se utilizan, especialmente, cuando el candidato adversario tiene una ventaja suficiente, imposible de recortar con estrategias positivas y negativas combinadas. Solo cabe la destrucción para frenar lo imparable.
Las campañas sucias desafían lo ético y se manejan abiertamente en las sombras de la conspiración, las mismas se nutren de algunas maniobras y no pueden ser atribuidas directamente al candidato que se beneficie de la desgracia ajena. Y, aunque no haya dudas sobre los hilos manejados y los intereses tramados, se evita, cínicamente, cualquier relación que comprometa o deje en evidencia la autoría intelectual de la fechoría material contratada o manejada.
Pero a veces lo que se obtiene es justo lo contrario de lo que se perseguía. Las campañas sucias (y el beneficio que hipotéticamente causa sobre algunos de los candidatos, gracias a la lesión en la imagen pública del candidato atacado) a menudo actúan como un boomerang. Cuando esto sucede, el que tiró la piedra y escondió la mano, recibe un impacto imprevisto e indeseado en su propia cara del veneno lanzado. La serpiente acaba, muchas veces, mordiéndose a sí misma.
La campaña sucia es un recurso muy utilizado por algunos politicos. Pero no debe ser el más importante de la comunicación política, ya que, de ser así, los candidatos se estarán centrando en crear mensajes para convencer por qué «NO votar por el adversario» en lugar de «porque SÍ votar por él o ella»; se crean campañas para generar miedo o enojo y no para crear esperanza, que es lo que necesitamos hoy más que nunca .
El nuevo sistema de voto por preferencia exige de los candidatos y sus jefes de campañas, mas cuidado a la hora de poner en marcha cualquier tipo de campaña negativa en contra de sus rivales políticos.
Ahora los candidatos se ven obligados a depender de los votos del segundo y tercer lugar en las elecciones por ranking, las campañas sucias pueden abrir el camino para que un tercer candidato obtenga apoyo. Se vuelve mucho más costoso volverse negativo, ya que se corre el riesgo de perder la capacidad de obtener votos de segunda preferencia y, en realidad, hace más daño que bien.
Con el uso de «La Campaña Positiva» que es la que se concentra en las cualidades del candidato y siempre es propia. Es decir, se busca posicionar al candidato o a la candidata a través de mensajes clave que pongan en valor atributos, logros, gestión, que generen empatía con el electorado.
Solo podemos alza la voz para exhortar a los candidatos y manejadores de campañas a que presenten sus propuestas políticas, en un marco de decencia, siempre sera una sabia mezcla de lo negativo y lo positivo, sin atentar contra la verdad. Pero también es sabio el uso de mensajes políticos basados en la esperanza, en la paz, la solidaridad, en alcanzar un futuro mejor, o en conseguir un cambio que se corresponda con las necesidades, demandas y derechos de los constituyentes.
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