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Opiniones

La verdadera Restauración que requiere nuestro país

Publicado

en

Por Alfredo Cruz Polanco
([email protected])

Muchos dominicanos, sobre todo los más jóvenes, ignoran qué se celebra el 16 de agosto y el por qué se conmemora esta importante fecha.

La independencia de la República Dominicana, lograda a base de grandes sacrificios, sangre, sudor y lágrimas el 27 de febrero de 1844, fue usurpada, mancillada, malograda y negociada por la ambición del caudillo Pedro Santana, el 26 de marzo de 1861, cuando decidió anexar la República Dominicana a España, con la cual perdimos nuestra soberanía e independencia, convirtiéndonos, además de Cuba y Puerto Rico, en otra colonia de ese imperio.

El próximo16 de agosto se celebra el 158 aniversario del Grito de Capotillo, con el cual se dio inicio al acontecimiento armado más sangriento y patriótico de nuestra historia, conocido como la “Guerra de la Restauración de la República”.

El 16 de agosto de1863, después de encarnizadas batallas, un puñado de valientes, decididos y fervorosos patriotas, encabezados por Gregorio Luperón, considerada la Primera Espada de la guerra restauradora, decidieron rescatar nuestra soberanía e independencia de España, destacándose también: Ramón Matías Mella, Fernando Valerio, Benito Monción, Santiago Rodríguez, José María Cabral, Gaspar Polanco, José Antonio Salcedo, Pedro Francisco Bonó, Cayetano Germosén,

Además, Marcos Trinidad, Benigno Filomeno de Rojas, Basilio Gil, José Cabrera, José Contreras; José María Cabral, Pedro Antonio Pimentel, Ulises Francisco Espaillat, Pedro Francisco Bonó, Carlos Lora, José Antonio Hungría, Olegario Tenares, Eugenio Perdomo, Alfredo Detjén, entre otros, quienes decidieron ponerle fin a la anexión y devolverle a nuestro país su soberanía e independencia.

Francisco del Rosario Sánchez, que había ingresado por Haití junto a un grupo de patriotas, su tía María Trinidad Sánchez, Antonio Duvergé, fueron los primeros que se opusieron a dicha anexión y fueron fusilados por Santana el 4 de julio de 1861.

El 11 de julio de 1865, después de casi dos años de combates, el ejército dominicano, débilmente armado pero rebosado de dignidad y coraje, logró derrotar a un ejército español fuertemente armado, volviendo la República Dominicana a ser libre y soberana, tal como lo soñó, ideó, luchó y se sacrificó el fundador de nuestra nación, el Patricio Juan Pablo Duarte Diez.

Según la Real Academia de la Lengua Española, restaurar significa: reconstruir, reponer, restablecer, rescatar, reparar, recuperar, recobrar, readquirir, volver a ser u obtener lo que alguna vez tuvimos o fuimos

Si bien es cierto que en materia de soberanía, teóricamente somos libres e independientes de toda potencia extranjera, que hemos tenido grandes avances en muchos aspectos materiales e institucionales, no menos cierto es que aún no nos hemos liberado del flagelo de la: corrupción, tanto pública como privada; delincuencia, falta de seguridad social y ciudadana, pobreza, inversión de valores, falta de aplicación de un régimen de consecuencia; del enriquecimiento ilícito, lavado de activos, del narcotráfico, endeudamiento externo desenfrenado, entre otros.

Necesitamos restaurar urgentemente nuestra familia, la falta de transparencia y la rendición de cuentas de nuestros funcionarios públicos; nuestro sistema de partidos políticos, la confianza, la esperanza y la fe en nuestro país y en nuestras instituciones públicas; el respeto a las leyes, a las autoridades, a nuestros recursos naturales y al medio ambiente; a los valores y símbolos patrios, la defensa de nuestra soberanía; la protección a nuestra frontera, los valores y los principios morales, a nuestra cultura y costumbres.

Necesitamos, en fin, restaurarnos nosotros mismos, para de esta manera, poder restaurar nuestras instituciones públicas, a los distintos poderes del Estado, y por consiguiente, al país que tanto queremos.

Cuando cada uno de nosotros cambie de actitud y actúe correctamente; cuando cumplamos con nuestras obligaciones y deberes ciudadanos, solo así lograremos la verdadera Restauración de la República que tanto requerimos. Ojalá que así sea.

El autor es Contador Público Autorizado, máster en Relaciones Internacionales, exdiputado al Congreso Nacional y exmiembro de la Cámara de Cuentas de la República.

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