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Opiniones

Ese bombardeo de falsa modernidad

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Por Petra Saviñón.-

En este convulso devenir de cosas, de prisas y de modernidad lesiva, que por ende no es más que una falsa, transitamos entre situaciones que terminan por ser problemas vestidos de progresismo. Así, elevamos ídolos cuyo comportamiento vemos cómo de avanzada, sin detenernos a sopesar lo que mueve a esas actitudes.

De lo más natural, los medios de comunicación, las pantallas nos saturan con historias de adolescentes con una vida sexual precoz y nos la venden como lo más natural, lo único que les indican es que deben cuidarse.

Pero ocurre que las relaciones sexuales tempranas son un riesgo, aunque los que las practiquen tomen previsiones contra embarazos y contra infecciones de transmisión sexual, porque el organismo humano está listo para la sexualidad entre los 18 y los 19 años.

¿Qué quién lo dice? pues la ciencia, que explica los daños físicos y emocionales que corren los que incurren en esa acción muy jóvenes. A esto hay que sumarle que a mayor precocidad, más peligro de deserción escolar, de pandillerismo y de drogadicción.

Un punto a resaltar es que los los muchachos y muchachas inmersos en actividades culturales, deportivas, comunitarias, religiosas, literarias y de cualquier otra índole que redunde en beneficios, retrasan su primera vez.

Esto lleva a concluir que sus vidas están plenas y no necesitan recurrir al sexo para llenar vacíos. Son por tanto, menos vulnerables a manipulación, a perseguir ídolos de barro en los que algunos quieren ver como libertad sus gruesas cadenas.

Sucede que ese comportamiento desinhibido que muestran frente a las cámaras algunos famosos seguidos por los jóvenes, muchas veces es fruto de sustancias narcóticas o de una vida llena de huecos y de amarguras, de acuerdo con lo que han confesado ellos mismos.

Entonces, es bueno revisar qué tan moderno es el sistema de lujuria, de desenfreno, de consumismo que nos permea y hasta qué punto nos arrastra disfrazado de letras de canciones urbanas, de gestos lascivos ante las cámaras y de expresiones cargadas de morbo, que aceleran la precocidad sexual.

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