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Opiniones

A Miriam, Yeni y Camacho

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Por Guido Gómez Mazara.-

El PLD pretende reducir el alcance de los procesos de persecución de la corrupción, dándole una connotación política. En esencia, la trampa consiste en llevar al terreno de la discusión partidaria aspectos que pertenecen a la jurisdicción de los tribunales.

Por eso, los magistrados que encabezan las actuaciones del Ministerio Público no pueden dejarse provocar porque el único escenario de desventaja para sus actuaciones institucionales está asociado al interés de dejar el afán de adecentamiento en las trincheras que nunca hablan de las pruebas irrefutables. De ahí, la articulación de todo un tinglado de plumíferos y escribas, siempre dispuestos a defender la fuente de su movilidad financiera. Y lo repito: ni en la prensa y menos en las redes, se ganan los procesos legales.

Lo cierto es que la batalla no puede desarrollarse más allá de los canales que la ley establece. De paso, una de las tantas aberraciones con que se daña el espíritu de la Justicia es en la retorcida intención de creer que los factores mediáticos penetran con tanta fuerza en la sociedad, manipulan el criterio de la gente y obnubilan a los que administran Justicia. En la lógica estrictamente politiquera, el PLD quiere imponer un ritmo de pelea que perdió en la sociedad y electoralmente la nación lo demostró.

Respeto a los pacientes de Alzheimer, aunque siento que una parte importante de la estructura directiva del PLD padece de sus síntomas. Intentar acusar a Miriam Germán, Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, de operar en coordinación con el oficialismo, constituye una de las tantas aberraciones del debate alrededor de las acciones del PEPCA. Inclusive, la fuerza política que actuaba desde el Gobierno, colocando a miembros de su comité político al frente de la Procuraduría, es la misma que proyecta hacia los actuales responsables de la persecución de la corrupción un comportamiento propio del litoral capaz de imponer en la actuación del Ministerio Público un criterio de subordinación a los beneficiarios del voto popular.

Entender que las organizaciones partidarias sirven de instrumentos defensivos y/o protección ominosa, implica una subestimación de la inteligencia ciudadana. Aquí, los conceptos de incuestionable presunción de inocencia deben preservarse hasta las últimas consecuencias. Ahora bien, la sociedad observó patrimonios insostenibles al tenor de salarios públicos que no pasan la prueba de una auditoria visual. Y en definitiva, pocos se atreven a impugnar las piezas acusatorias con destrezas y total transparencia, porque el camino más corto es darle tintes de persecución política al vendaval de pruebas en capacidad de asociar los tentáculos y beneficiarios de un red de acumulación de fondos del presupuesto nacional sin precedentes.

Es aberración acusar al MP de operar en coordinación con el oficialismo

El PLD quiere imponer un ritmo de pelea que perdió en la sociedad

Miriam Germán, Yeni y Camacho, no pueden dejarse provocar del PLD

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