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Opiniones

El naufragio de los valores humanos

Publicado

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Por Teodoro Díaz Cuevas (*)

Lo que se vislumbra en el panorama mundial, nos muestra con meridiana claridad que los valores humanos están naufragando. Lo que se ve, es el algo sumamente difícil e incomprensible por lo horripilante de los hechos que acontecen a cada momento.

Es penoso ver como en los estados unidos las escuelas se han convertido en escenario de la violencia armada, al punto que en este año 2022, ya son varios los tiroteos en centros educativos, uno de ellos ocurrió en una escuela primaria de Texas y el mismo dejó un saldo de 21 personas muertas su mayoría estudiantes.

Dígame apreciado lector, ¿No es cierto que vivimos en un mundo desvalorizado, en donde ya a las personas no se le da valor? Pareciera que a los árboles y a los animales se estimaran más que a las personas.

La amistad que es una relación afectiva que se estable en dos o más personas, ya es solo retórica, valores fundamentales como el amor, la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso se despidieron de nuestro mundo. ¿Qué nos está pasando?

Al escuchar el lunes 6 de mayo del 2022, la infausta noticia de la muerte de este gran ser humano, pronación, amante del derecho, de las leyes y de las regulaciones, Orlando Jorge Mera, vemos evidenciado todo lo anteriormente expuesto. Su amigo de infancia con el cual el compartió sus mejores momentos de la niñez y la adolescencia, de adulto siguieron como buenos amigos, este le segó la vida. Sin duda naufragaron los valores.

A todo este desmadre hay que sumarle el afán de lucro de muchos, el anhelo de riquezas a la velocidad de la luz, sin esfuerzo y sin medir ningún tipo de consecuencias. El incremento de la violencia, el narcotráfico, la corrupción empresarial y administrativa, son lastres que emanan de la falta valores.

¿Habrá una salida de este laberinto en el cual se encuentran nuestras sociedades? Nuestra clase política ofrece paliativos para mitigar estos flagelos, pero pasa el tiempo y las sociedades más vulnerables no ven ningún resultado.

Necesitamos una alternativa que nos ayude a salir de estas problemáticas que nos aquejan. ¿Será que necesitamos dictadores a lo Hitler, Stalin, Mussolini, Somoza o Trujillo se hagan presente en nuestras sociedades para erradicar algunos de estos males? Claro que no.

Jesús les dijo a sus discípulos, “Por haberse multiplicado la maldad el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). En medio de este valle de sombra de muerte, en medio de este mal generalizado, Jesucristo es la alternativa. Él dijo “Yo soy el camino la verdad y la vida”.

Es tiempo de detenernos ya, de hacer un alto en el camino, meditar en nuestro accionar y rendirnos a Jesucristo, solo así podemos crecer en valores.

(*) El autor el Psicólogo, Abogado y Catedrático.

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