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Opiniones

EL TRAUMA EN LA VIOLENCIA (y III)

Publicado

en

Por Nicanor Rodríguez Tejada.-

En la investigación detallada en la anterior entrega, se planteó también si el
daño del hipocampo o la sobreprotección de la amígdala no producían
síntomas similares a los experimentados por los pacientes con epilepsia del
lóbulo temporal (ELT) que interrumpe esporádicamente el funcionamiento
de estos núcleos cerebrales.

Durante los ataques de epilepsia del lóbulo temporal (ELT) donde los
pacientes permanecen conscientes mientras experimentan varios síntomas
psicomotores provocados por las tormentas eléctricas que se producen en
dichas regiones. Entre los efectos concomitantes se incluyen la aparición
brusca de situaciones de hormigueros, entumecimiento o vértigo y
manifestaciones motrices.

La epilepsia del lóbulo temporal (ELT) puede también causar alucinaciones
o ilusiones en cualquiera de los cinco sentidos, apuntando dicha investigación
que no es raro que quien padece este mal experimente distorsiones de los
tamaños o formas de los objetos, como Alicia en el país de la maravilla. Son
asimismo comunes las sensaciones de desconexión y el de la disociación
cuerpo mente.

LOS MALTRATOS CAUSAN SEPARACIONES EN EL CEREBRO
A fin de explorar y determinar la relación entre los malos tratos a edad
temprana y la disfunción del sistema límbico, a tales fines en 1984, se dispuso
a indagar la manera en que la frecuencia con que los pacientes de epilepsia
del lóbulo temporal (ELT) experimentan lo indicados síntomas, en tal
sentido el Dr. Martin y colaboradores en 1993, llevaron a cabo la evaluación
con 253 adultos que acudían a consulta de psiquiatría, reflejando un resultado

en que la mayoría dijo haber sufrido durante la niñez malos tratos físicos,
abusos sexuales, o ambas cosas y comparados con pacientes que no habían
tenido ninguno de esos maltratos, el promedio fue de 38% más alto que en el
caso de los pacientes físicamente maltratados, pero que no habían sufridos de
abusos sexuales, mientras que en un 49% en el de quienes habían padecido
abusos sexuales, pero no malos tratos físicos de otros tipos.

Por igual los pacientes que declararon haber sufridos malos tratos físicos y
sexuales tuvieron un promedio de puntuación de 113%, más ato que lo que
habían declarado no haber sufrido ningún tipo de violencia.

Confiere el estudio que el maltrato antes de los 18 años de edad afectaba más
que el inferido más tarde, siendo similar entre los hombres y mujeres, destaca
la investigación que, en 1994, por medio de otra investigación se procuró
determinar si existía una relación entre los malos tratos físicos y psicológicos,
o los abusos sexuales inferidos a los niños y las anomalías de las ondas
cerebrales observables en los estudios de electroencefalograma (EEG) y que
proporcionan una irritabilidad límbica.

En un registro de 115 ingresos de pacientes psiquiátricos para niños y
adolescentes, se encontró anomalías clínicamente significativas en las ondas
cerebrales en u 54% de los pacientes con un historial de traumas a edad
temprana y solo en un 27% de los que no habían sufrido ningún tipo de
maltrato o agresión, mientras se observó anomalías en los estudios de
electroencefalograma (EEG) de quienes habían sufrido graves maltratos
físicos y abusos sexuales. Las irregularidades surgían en las regiones frontal y
temporal del cerebro y para sorpresa afectaban al hemisferio izquierdo en vez
de ambos lados como había sido la espera.

Los hallazgos tenían una relación similar con estudio realizado en 1978 con
electroencefalograma (EEG) en adultos que fueron víctima de incestos, el
referido estudio realizado por Robert Davies de la universidad de Yale,
encontró que un 77% tenía anomalías en los electroencefalogramas (EEG) y el
27% padecía ataques.

Los trabajos posteriores realizados por las imágenes de resonancia magnética
(IRM), siguen demostrando la relación que hay entre el maltrato sufrido acorta
edad y el tamaño del hipocampo en la edad adulta, encontrándose que la
amígdala puede ser menor de lo normal.

Otro estudio del 1977 en la misma universidad de Yale, en este intervino el
Douglas Bremner y colaboradores llevaron a cabo una intervención de
imágenes por resonancia magnética (IRM) en 17 sujetos adultos que
padecieron en su infancia malos tratos físicos o sexuales y sufrían el trastorno
por estrés postraumático (TEPT) con 17 sujetos sanos equivalentes en edad,
sexo, raza, años de educación y de abuso de alcohol y en cuanto a si eran
zurdos o diestros. En hipocampo de los que padecieron maltratos y tenían el
TEPT era, en promedio un 12% más pequeños que el de los sujetos sanos del
grupo de control, el derecho era de tamaño normal convulsión.

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