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Opiniones

Los vulgares «comunicadores» en TV y radio (y 2)

Publicado

en

Carlos Nina Gómez

POR CARLOS NINA GOMEZ
([email protected])

El trabajo decente, pulcro, acorde con las buenas costumbres en una sociedad civilizada, marcada por una democracia impuesta con sudor, sangre y lágrimas, debe primar en todos los medios de comunicación de República Dominicana.

Programas de la radio y la televisión nacionales, dirigidos por supuestos comunicadores -¿?- no cumplen con su principal propósito que es el de Informar, educar y concienciar a radioescuchas y televidentes.

Las «cantaletas», vocinglería vulgar y cháchara forman parte de la cotidianidad que se observa en los medios radiales y televisivos…

partiendo de esa realidad, que tiene como protagonistas a falsos comunicadores, es que los hemos bautizado con el calificativo de “programas basura”.

En mi larga estancia como periodista profesional -y que casi llega a los 44 años- nunca he lanzado “dardos” que puedan zaherir a nadie…y mucho menos a funcionarios públicos. Porque ese no debe ser el rol del periodista.

Pero sí, y es lo que busca este artículo (en el caso concreto de la Comisión Nacional de Espectáculos públicos y Radiofonía), que se cumplan las leyes o reglamentos.

Por ejemplo, que respecto a quienes violentan las normas de la radio y la televisión, que se les apliquen las sanciones correspondientes.

Como lo precisé en la primera entrega, Joseph Báez, presidente del referido órgano estatal, hace esfuerzos para que los malvados e irrespetuosos supuestos comunicadores no sigan atropellando el rico idioma castellano que utilizan con un lenguaje soez (con alta vulgaridad), y que atenta contra las buenas costumbres del país.

Recuerdo una dura sanción aplicada por las anteriores autoridades. Y la cito: “Sancionado por haber hecho uso vulgar, desaprensivo, irresponsable, soez e impropio, siendo la radio un medio de marcado interés general y que tiene influencia determinante en la conformación de la opinión pública”.

Ahora deben aplicarse -sin miedo- sanciones drásticas contra los vulgares “comunicadores” de la radio y la televisión.

¡Aplicar la ley sin contemplaciones, no importa quienes la violen!

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