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Los manipuladores de conciencia

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Manuel Vólquez

Por Manuel Vólquez

Estoy inmerso en la intimidad de la temática relacionada con la Inteligencia Artificial (IA), un asunto que ha causado mucho interés en el mundo debido a las cosas que se pueden lograr. En el contexto de las ciencias de la computación, se la define como una disciplina y un conjunto de capacidades cognoscitivas e intelectuales expresadas por sistemas informáticos.

Se trata de una tecnología que imita la inteligencia humana para realizar tareas y mejorarse a sí mismas. Para que se entienda con más claridad, es una herramienta que coloca al ser humano en un segundo plano en cuanto a las tareas productivas e intelectuales. De ese fascinante asunto hablaré en otras entregas.

Lo cierto es que el mundo ha ido evolucionando de forma acelerada. Ahora se habla de un proceso a base de inseminación artificial, una técnica de reproducción asistida que se utiliza para facilitar el embarazo en casos de dificultades de fertilidad o para aquellos que requieren el uso de donantes de esperma.

Si bien se ha dicho que es un procedimiento médico que no implica la creación de un bebé artificial o robot, todavía existen muchos mitos frente al proceso y las tecnologías que se emplean para que el bebé sea concebido de forma natural.

A través de avances significativos, se han mejorado las técnicas de preparación del semen, la selección de espermatozoides, la monitorización de la ovulación y la transferencia embrionaria mediante el vientre prestado de las mujeres.

Sin embargo, se está pronosticando que ese procedimiento médico sirve para crear bebés robot. Algunos de los elementos que se utilizan son: incubadoras de cultivo embrionario: son como casas especiales donde se colocan los embriones en el laboratorio; sistemas de microscopía invertida: son como lentes mágicos que permiten ver los embriones muy de cerca. Los médicos pueden observar y elegir los embriones más saludables para transferir al útero de la mujer.

Además, usan centrífugas, aparatos que ayudan a separar los espermatozoides más fuertes y rápidos del resto. Esto asegura que solo los mejores espermatozoides se utilicen para la inseminación.

Se afirma que la inseminación artificial representa una técnica que ayuda a facilitar la concepción en ciertas situaciones, pero los bebés resultantes son biológicamente humanos.

Hace poco leí que en un país europeo un hombre se ufanaba de haber procreado más de 400 hijos mediante el sistema de donación de semen “In vitro”, una técnica de fecundación para realizar un determinado experimento en un tubo de ensayo, o generalmente en un ambiente controlado fuera de un organismo vivo. La proyección de ese sujeto es llegar a 500 hijos.

Si van a crear bebé robot aplicando esa técnica, entonces sí se complicarán las cosas porque de hecho ya tenemos muchos niños y adultos con comportamientos robóticos por el uso excesivo de celulares inteligentes.

Las personas actualmente se comportan como esas máquinas en las calles, centros comerciales, a bordo de los aviones, barcos, automóviles, autobuses y hasta cuando están almorzando de manera individual, en grupos o en familias. En esas circunstancias, es nula la comunicación colectiva.

Es decir, se concentran tanto con esos dispositivos al extremo de que no fijan la atención hacia el alrededor. La humanidad del futuro está en manos de la ciencia y de los cerebros manipuladores de conciencia.

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