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Opiniones

La historia no olvida a Fausto -Ceja- Rodríguez

Publicado

en

Carlos Nina Gómez

POR CARLOS NINA GOMEZ
([email protected])

Fausto -Ceja-Rodríguez, el eterno carismático boxeador dominicano, sigue presente en un espacio muy especial dentro de la historia deportiva de República Dominicana.

El 14 de agosto de 1977 (¡waoooo, ya pasaron 46 años!), en un accidente ocurrido en la entonces resbaladiza autopista de Las Américas, y que llenó de luto a toda la nación, Ceja Rodríguez perdió la vida. Hoy, 14 de agosto del 2023, volvamos a recordar a nuestro siempre sonriente y popular atleta.

Nunca se borra de mi cabeza aquella lluviosa tarde del 14 de agosto de 1977 cuando junto a varios jóvenes del barrio San Carlos nos encontrábamos en el colmado (negocio que operaba en la esquina que forman las calles Alvaro Garabito y Juan Bautista Vicini) propiedad del siempre alegre banilejo Nelson Mejía, nos llegó la sorpresiva e infausta noticia de que nuestro gran amigo Qunino -como era conocido en nuestro barrio- había muerto en aquel fatal accidente automovilístico. ¡Las lágrimas de inmediato anegaron nuestros rostros!

Y repetir, porque siempre hay que refrescar memorias, que también murieron su esposa Bertha y su pequeño hijo que apenas contaba con un año y unos meses. Otra hija de Ceja, de menos de tres años, resultó herida al igual que su sobrino Luis Rodríguez. ¡Una desgracia nacional!

Es costumbre de este periodista recordar a Ceja Rodríguez cada vez que llega la fecha de su sentida ida de este pícaro mundo.

A propósito de cumplirse cuatro décadas y seis años de la muerte del inolvidable púgil sancarleño, que hizo la mayor parte de su exitosa carrera profesional en Puerto Rico (en la vecina Isla del Encanto la prensa lo bautizó como «La Maravilla Dominicana», cito el siguiente párrafo que marca un segmento singular de su historia y que sirve para orientación de la fanaticada boxística de estos tiempos. El texto lo plasmé en otro artículo que escribí en mi vieja columna Cuadrilátero cuando Ceja Rodríguez había cumplido 30 años de muerto.

Este es el párrafo: «Apenas unos dos días antes, en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo, Ceja Rodríguez había ofrecido una exhibición de técnica, de depurado boxeo, al vencer en diez rounds al estadounidense Alfonso Hayman. Fue su pelea de despedida. Pero ironía de la vida: Ceja Rodríguez nunca se caracterizó por ser un artista del ring. Siempre fue un pegador-noqueador. Para ganar sus peleas dependía de una pegada fulminante y de su probaba valentía”.

Ese acontecimiento se registró el seis de agosto de 1977. Ocho días después, el día 14, llegó la tragedia que dejó absorto -y arropado de un luto que todavía no se va- a todo el pueblo deportista.

Como lo he expuesto en otros trabajos, Ceja Rodríguez era un potencial campeón (mundial) del peso welter.

Tras su triunfo ante Alfonso Hayman, ya se hacían los preparativos, que tenía a su cargo su hermano Horacio Bakemón Rodríguez, para que se pactara un combate con el mexicano Carlos Palomino, a la sazón monarca welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Ceja Rodríguez se nos fue de este planeta con el título de campeón nacional welter que le arrebató (el 14 de agosto de 1974), al estelar peleador cibaeño Darío Hidalgo a quien venció en 12 violentos asaltos.

Este nuevo artículo para volver a recordar al más carismático boxeador dominicano de todos los tiempos, lo culminó así: Ceja Rodríguez, ¡inolvidable!

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