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Opiniones

¿Qué esperamos de Dios cuando nos bendice?

Publicado

en

César Aybar

Por César Aybar (*)
([email protected])

¿Qué esperamos cuando Dios nos bendice? Estoy seguro de que esperamos que lleguen cosas o pasen cosas que son consideradas buenas, según nuestro limitado criterio y nuestra limitada visión (limitado en comparación con Dios).

Pero bendecir es “Invocar sobre una persona, un lugar o una cosa la protección de Dios y su Espíritu Santificador” (Real academia de la Lengua Española, RAE). Es decir, que si es Dios quien te bendice, entonces eres una persona protegida y guiada por Él a la santificación.

Es importante subrayar que la persona bendecida por Dios es guiada por Él a la santificación; para que no se confunda con nada que no sea una decisión voluntaria de la persona de querer seguirle y ser santo a los ojos de Dios.

Gracias a que muchas veces te regalan peticiones sinceras de que Dios te bendiga, y a que el Señor conoce tus pensamientos y tus intenciones, conoce y sabe de qué estas hecho y qué cosa te angustia. Él suele poner, en ocasiones, sed de su amor en tu ser.

Lo hace para impulsarte a buscarle, y cuando apenas abres un poquito la puerta, entonces recibes una chispa de su gracia y te enamoras sin darte cuenta, es ahí cuando el Señor te bendice, porque tu corazón se lo está pidiendo a gritos.

Pero eso no quiere decir que, a partir de recibir su bendición, todo te irá de maravillas en esta vida, según los criterios humanos, más bien, quiere decir que su protección y guía estarán permanentemente contigo, incluso aunque a veces te pongas rebelde.

En esos casos, Dios sabe que esa rebeldía es igual a la de un niño con sus Padres cuando éstos no le complacen en lo que pide, sino que le llevan por un camino de disciplina y aprendizaje que le permitirá vivir mejor cuando sea mayor de edad y tenga que seguir solo por la vida.

Recibir de su protección y guía tiene mucho por donde interpretar. Es que la protección de Dios no es necesariamente la que te daría un guardaespaldas que tú contratas para que te guie, ni tampoco la de un asesor para que te indique con certeza dónde y cómo invertir para ganar más dinero y con menor riesgo de perder.

La protección de Dios va mucho más allá que eso. De acuerdo a Las Escrituras, el concepto de protección de Dios es mucho más amplio que el de los humanos, porque Dios mira lo eterno y quiere tenerte con Él en la eternidad.

Entonces esa protección y esa guía van dirigidos a que tú puedas discernir, a veces con la ayuda de su propia voz que te habla a lo interno, qué cosas de las que te presenta el mundo te dan vida y qué cosas te dan muerte, pues la vida, la que Él te ofrece, es eterna.

Y todas aquellas cosas que te llevan a la vida eterna y plena están relacionadas con Él, porque aquello que te abre las puertas del cielo se llama amor. Como el mundo confunde mucho con eso del amor, San Pablo en su carta a Los Corintios capítulo 13 describe con detalle las características del amor.

Al analizar la descripción de esas características del amor que hace Pablo, podemos confirmar con certeza la afirmación que hace el Apóstol Juan en su primera carta cuando dice: “Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.” (1 Juan 1,4)

Por eso, cuando Dios te bendice, te guía para que camines el camino del amor, que es el camino de la santidad; pero este camino no es fácil de andar, es estrecho y lleno de dificultades, con muchas trampas y muchos huecos, para que caigas y te canses. Este camino no es fácil porque contradice al mundo.

También, muchas veces contradice nuestros planes, y es ahí donde empiezan los peligros de caer en el no amor y desviar el camino, es entonces cuando se pone en acción su bendición porque “el Señor te guarda del mal, Él guarda tu vida.” (Salmo 121, 7)

Aunque estés caído, Él te levanta, te hace ver lo que otros no ven, te hace entender que lo primero es su Reino y su justicia, lo demás llega por añadidura (Mateo 6, 33). Comprendes que “el hombre hace muchos proyectos, pero solo se cumple el plan del Señor.” (Proverbios 19, 21)

Además, Dios prioriza “¿De qué le vale al hombre ganar el mundo, si pierde su alma?” (Mateo 16:26-27). De ahí que muchas veces flaqueamos en la fe y nos sentimos cansados y hasta algo decepcionados cuando las cosas se tornan tan difíciles en el quehacer diario.

Eso también tiene su explicación en la segunda parte del concepto de bendecir: “…y su Espíritu Santificador”, pues todos sabemos que la santificación es un proceso por medio del cual Dios permite que tú seas sometido a duras pruebas a veces por largo tiempo, hasta que hayas logrado la madurez y la fortaleza espiritual que te hace Santo a sus ojos.

Así es que, cuando te desean bendiciones de lo Alto, o recibes la bendición de un Sacerdote o autoridad religiosa, agradece por ellas; pero no te formes expectativas, simplemente pide fortaleza y sabiduría para enfrentar como un hijo de Dios la cotidianidad de tu vida.

Porque al final, uno quiere y pide cosas a Dios, pero ¿conviene lo que estoy pidiendo? Recuerda que no recibir lo que quieres o pides en el tiempo que esperas, puede ser parte de tu bendición.

(*) El autor es empresario agroindustrial e investigador.

Los artículos de opinión publicados en este diario no reflejan necesariamente la posición editorial de ÚLTIMAS NOTICIAS. Cualquier persona interesada en publicar un artículo puede hacerlo solo enviándonos el texto con el nombre completo del autor y una fotografía al correo: [email protected].

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