Dogmatismos, lucha de intereses y la cámara de representantes

Por Samuel Sánchez E.

Por primera vez, la cámara de representantes de los Estados Unidos destituyó a su vocero Kevin McCarthy, quien representa al partido republicano y al estado de California; su destitución se produjo a través de una moción de anulación que logró una votación de 216 a favor y 210 en contra.

La salida intempestiva de McCarthy evidencia la férrea lucha de interés al interior del partido republicano y el creciente poder de los sectores de extrema derecha en la sociedad estadounidense que tiene su expresión política en la cámara.

Las razones evidentes para la remoción del speaker están relacionadas con el acuerdo que hizo el líder con la bancada demócrata del organismo legislativo respecto a impedir el cierre del gobierno federal por la ausencia de presupuesto.

Cuando se conoció la posibilidad de que el vocero fuera removido de su posición, algunos vieron la posibilidad de que los demócratas, facilitaran una tabla de salvación que lo mantuviera en la posición, partiendo del hecho de que McCarthy, se jugó su liderazgo en su bancada para facilitar el acuerda bipartidista que evitó el cierre del gobierno federal.

Pero como sabemos en política dos y dos no son cuatro y las dudas sobre la conducta pendular del líder, parece no le dio suficiente confianza a los demócratas para salvarle el pellejo. Todo lo contrario, por ejemplo, la congresista por nueva york Alexandria Ocasio-Cortes estableció algunos puntos: “ Los republicanos no deberían esperar que (le) ayuden tan pronto después del acuerdo sobre el gasto público … creo que corresponde le corresponde a ellos determinar su propio liderazgo y abordar sus propios problemas, pero no corresponde a los demócratas salvar a los republicanos”.

Quien llevó la bandera para la salida de McCarthy el “diputado” de La Florida Matt Gaetz, miembro distinguido del grupo de ultraderecha Freedom Caucus, planteó “lo único que tenemos en común los demócratas, los republicanos y la Casa Blanca es que Kevin McCarthy, en un momento u otro, nos ha mentido a todos”. Tal vez aquí está la razón de la acción demócrata a favor de su salida.

Sin embargo, pienso que el avance del pensamiento extremista y dogmático de la ultraderecha en la cámara y su propósito de provocar el cierre del gobierno federal pretendiendo dejar sin presupuesto a la Casa Blanca, nos muestra los niveles de irracionalidad a que pueden llegar.

La lucha de intereses y la representación de sectores que están en las antípodas del pensamiento político me dice que lo que se avizora en los procesos políticos pendientes en esta sociedad, no parece traer buenos augurios.

La salida de McCarthy no es una buena noticia para la gobernanza demócrata porque los halcones que removieron a su “speaker” no echaran agua para un molino moderado y más bien, trataran de imponer en esa posición a alguien que tranque el juego sin importar las consecuencias.

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