Diputados en el exterior: ¿servicio público o posibilidad de negocios?

Por: Samuel Sánchez E. (*)

Por tres periodos legislativos los dominicanos en el exterior “tenemos” representación congresual y la experiencia no es nada plausible; los votantes, por lo menos de la circunscripción uno, no saben como se llaman sus diputados tampoco donde ubicarlos aun sea para solicitar una orientación, pero más, la comunidad no conoce iniciativas legislativas a favor de nuestros electores.

Sin embargo, la representación del exterior en la cámara de diputados es necesaria pues ese es el espacio legal y constitucional en el que los diferentes sectores sociales, acuerdan pactos y esos acuerdos solo son posible, si estamos representados en esa instancia del estado.

Debemos tener veedores que velen por nuestros intereses en el congreso y “pelee” a favor de quienes dejan el cuero en factorías, taxis, bodegas, salones de belleza, barberías y una lista infinita de iniciativas de negocios, con el único propósito de ver a su familia con mejores condiciones de vida.

En el afán y la necesidad de trabajar de sol a sol, sin descanso, en la mayoría de los casos, los siete días de la semana, sin tomar vacaciones y con el deseo de regresar a la tierra que nos vio nacer, olvidamos vivir, mejorar nuestras propias condiciones de vida y cuando nos damos cuenta, casi siempre es tarde.

Afrontar esta realidad que padecemos casi todos, requiere de un enfoque distinto del estado dominicano respecto a sus connacionales en el exterior que solo buscan el bienestar de su familia y sus vecindarios y lograr que el estado nacional nos vea con otros ojos, lleva implícito no ser acolito e incondicional de las autoridades de turno, significa una representación genuina por quienes sienten la realidad de los trabajadores y los “no exitosos” los de a pie, los que no salen en los podcast de la “diáspora” por su condición social, pero que son quienes mayor sacrificio hacen para mantener a su familia allá y aquí, pues no envían lo que le sobra; sino que se incumple con compromisos aquí para que sus familias no pasen vergüenza allá.

Ahora bien, una genuina representación congresual requiere entender qué es el servicio público y además que servir a la patria y la comunidad, no está sujeto a privilegios y beneficios marginales porque entonces la razón de ser de la representación no es lograr conquistas para el bienestar común, sino buscar prestigios, nombre, cercanía con el poder, trafico de influencias y en muchos casos, concretar sus propios negocios.

Tener vocación de servicio a través de la acción política, es entender que la participación en el sector público es hacer votos de pobreza, es entender que al estado no se va a buscar nada y que quienes tienen deseos de riqueza, deben explorar otros caminos distintos al servicio público.

El sueño común a todos los migrantes dominicanos es regresar a su tierra, con su casa, atención de salud de calidad, seguridad pública y jurídica; conseguir estos propósitos es difícil frente a autoridades que prefieren acciones cosméticas y se hace impostergable que los congresistas de ultramar entiendan que su representación no es para sí mismos o intereses personales y de grupo, sino que son electos para legislar a favor de los propósitos entes enunciados.

(*) Samuel Sánchez E. coordina el Colectivo Causa Común y es candidato a diputado de ultramar por el Partido Patria para Todos.