A mí me han asaltado tantas veces, que he perdido la cuenta…

Por Francisca Gerónimo.-

Santo Domingo. – La Urbanización Máximo Gómez, ubicada en Santo Domingo Norte, es un residencial conocido por sus vistosas y costosas viviendas, mas es presa fácil para el hurto y la inseguridad.

Sus calles asfaltadas y solitarias son el cebo perfecto utilizado por ladronzuelos que están al acecho de sus víctimas, y yo he sido una de ellas, probablemente, si la memoria no me falla, en tres, cuatro, cinco y tal vez en más ocasiones.

Y se puede asegurar, que al igual que yo, muchísimas otras personas que residen en el residencial han pasado por estos difíciles y aterradores momentos.

«Dame todo lo que tienes o te mato», fueron las palabras amenazantes del joven que me apuntó a la cabeza con un arma de fuego, para sustraerme la cartera, en la calle Bernabé Boza, alrededor de las 7:00 de la noche, cuando me dirigía sola a mi casa.

En esa misma calle, un par de años después, a plena luz del día, cuando salía de la iglesia que frecuento, otro individuo se desmontó sorpresivamente de un carro marca Sonata, color gris, y sin mediar palabras me colocó en el vientre un filoso cuchillo de eso que llaman “lengua é mime” con el que me amenazó con terminar mi avanzado embarazo.

Puede resultar difícil de creer que de los cuatro vehículos que he tenido, los ladrones o asaltantes han intentado quitarme tres en las proximidades de mi residencia.

Podría confundirse el hecho y atribuirlo a que una mujer que anda sola resulta vulnerable, pero los malhechores no desechan las oportunidades.

Expongo otro hecho: En una ocasión a un grupo de cuatro jóvenes nos despojaron de nuestras pertenencias, en circunstancias muy difíciles y peligrosas… los ladrones unieron fuerzas y esta vez sumaban cuatro, los cuales, en las oscuras calles del sector nos exigían de manera amenazante que les entregamos todo lo que teníamos encima.

Al exponer mis historias parecería que tengo mala suerte o doy señales equivocadas que atraen la mirada de estos depredadores. Pero al mismo tiempo, buena suerte -podría decirse- porque, gracias al Altísimo, no he sufrido daños físicos, mas sí psicológico.

Platicando recientemente con unos amigos, planteaba que si se realiza una encuesta en esta urbanización y se les pregunta a los residentes si han sido víctimas de atraco, de seguro que la inmensa mayoría respondería afirmativamente.

Esa es la triste realidad de un sector que lleva el nombre de un gran dominicano, el “Generalísimo” Máximo Gómez, una de las principales figuras de la independencia de Cuba.

Después de esta narrativa, ojalá la Policía Nacional ponga el orden y devuelva la anhelada tranquilidad y paz al residencial.

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