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Opiniones

No a la guerra

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Por José Serulle Ramia.-

No a la guerra. Sí a la paz mundial. Sí al respeto de la autodeterminación de los pueblos. Sí a la solidaridad humana. Sí a la biodiversidad.

No abuelito, no quiero que el zumbido de la guerra nos acorrale, nos mantenga en el miedo, el espanto, el horror y la muerte.

Por qué crear armas mortíferas y medios enormes de destrucción, cuando lo que necesitamos es crear lo necesario para producir bienes que nos den el gozo de la buena alimentación, de vivir en salud, de transitar libremente y con seguridad, y de alcanzar un bienestar compartido en la fraternidad del trabajo y en la cosecha repartida entre versos y cantos…

Abuelito, te pregunto: es tan difícil cultivar la armonía, hacer que los seres vivos e inanimados recibamos la luz del sol, de la luna y de las estrellas con el espíritu de un radiante porvenir para todos?

Tú crees que es correcto mantener para este próximo año conflictos y desgracias causantes de tanto dolor y angustia, desvelo y desolación?

El abuelo frunció el cejo, se quedó por un momento cabizbajo como si su mente fuera trasladada a lo ignoto, y respondió a la nieta de 9 años:

Mi Virginita amada, hay dos formas de evitar la guerra, vivir en armonía e iniciar un proceso de convivencia, paz y felicidad en este 2025.

Lo primero es dialogar. Saber más de nuestra historia, es decir, estudiar lo que hemos sido hasta hoy y qué ha impedido que seamos capaces de tejer una sociedad fraterna.

Segundo, tras una buena comunicación, comprometernos a crear un suelo y un techo que den seguridad a nuestro hábitat y por tanto florecimiento a la vida, en todo su esplendor.

Y tercero, para garantizar lo anterior, dotarnos de organizaciones que nos mantengan unidos en propósitos y logros, como forma concreta de que prevalezcan los derechos al vivir sereno, el trabajo creativo que enaltece, la conciencia critica que libera y la justicia que dignifica.

Solo así cerraremos el paso a la sin razón, al egoísmo y a la ambición de unos cuantos.

Solo así trillaremos el sendero que marca por fin el horizonte de grandeza de la Humanidad, envuelta en el nutriente suelo de una naturaleza en flor.

El abuelo suspiró, y mostró sin querer las décadas vividas y, no obstante los desengaños experimentados, su creencia en el porvenir.

La nieta sonrió. Abrazó con una fuerza inusual al abuelo. Dijo sin prisa y sin temor:

-Este 2025 volaremos junto a las aves y veremos al mundo desde una perspectiva mejor. Y tus sueños que también son los mios, y estoy segura de todo el género humano, comenzarán a hacerse realidad.

De ambos brotaron de sus ojos lágrimas de alegría y sus corazones unidos latían como un zumbador, buscando el polen de una flor.

PAX IN MUNDO

Ankara, Turkiye.
26 de diciembre de 2025. 21h35