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A RAJATABLA

Orion Mejia

POR ORION MEJIA.- 

Sin poder objetar absolutamente nada sobre la forma de conducción de las negociaciones con Barrick Gold ni los resultados del acuerdo alcanzado,  quienes almacenan  odios, fracasos y frustraciones en la vesícula, pretenden convertir ese triunfo del presidente Danilo Medina y su gobierno en derrota política del doctor Leonel Fernández, a quien endilgan promover un convenio contrario al interés nacional. En ese clan de lapidadores prevalece tanta ignorancia como infamia, sustancias que  administran a la población por vía de habilidosos sueros de mentiras o medias verdades.

Lo primero que  debe resaltarse es que las negociaciones con Barrick fueron  conducidas por un equipo de técnicos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que a su vez son funcionarios, con excepción del economista José Luis de Ramón, por lo que el éxito obtenido corresponde  al Gobierno y al Partido.

Un simple  vistazo al Memorándum de Entendimiento, demuestra que el equipo negociador oficial se centró en exigir el cambio de  figuras jurídicas en el contrato que resultaban lesivas al interés nacional por la única razón de que  han cambiado circunstancias  coyunturales, como son los precios del oro y de las tasas de interés de referimiento.

Cuando en 2008 se renegoció por primera vez ese contrato, el precio del oro  era de 565 dólares la onza y las tasas sobre los préstamos concertados por la multinacional estaban por las nubes. Otra cláusula difícil que  el equipo negociador logró  anular es la que  fijaba el 2019 como inicio para el pago de impuestos por utilidades, lo que tiene sentido porque  ahora,  en razón de los altos precios del oro (mil 600 dólares la onza en promedio), la Barrick dispondrá de adecuado flujo de ingresos para  suplir simultáneamente cuotas de recuperación de inversión y de beneficios.

El Gobierno ha logrado  recomponer la figura del triángulo invertido, mediante el cual, el  estado obtenía ingresos por la punta de abajo y esa empresa por la  ancha figura de arriba. Ahora Estado y minera  se reparten beneficio desde el primer día de operación.

¿Era malo  el contrato  firmado en 2008 era malo? No, en esa oportunidad se negoció en medio de una gran crisis financiera mundial, que redujo a solo dos los bancos  en disposición de financiar el proyecto y con la extrema necesidad del gobierno de  recibir  una inversión inicial de  dos mil 500 millones para aliviar el impacto de la crisis y otro motivo de frustración para ese clan de resentidos.

La gran verdad es que el gobierno actuó con firmeza e inteligencia y ha obtenido el ingreso en cuatro años de  más de dos mil 500 millones de dólares que servirán para impulsar su proyecto de revolución social, que también será un logro suyo y del PLD.

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