La niña nació ocho semanas antes de lo normal y los doctores le diagnosticaron una enfermedad congénita mortal en los sistemas respiratorio y digestivo. El esófago de la niña no está unido al estómago sino a los pulmones. A causa de esta particularidad, cada alimento que asimila puede ser el último para Ami Rose. El bolo alimenticio no pasa por la zona correcta y eso provoca una fuerte tos. A veces trozos de comida se pegan debido a una cicatriz en la garganta, lo cual obstaculiza el ingreso de aire.
Un día Ami se atragantó al punto de comenzar a perder el conocimiento. Los labios de la pequeña se pusieron azules y Amanda entendió que no alcanzaría a llevar a su hija al hospital. Agobiada por el suceso, la mujer agarró de la mesa una botella con Coca-Cola y se la hizo tomar.
Antes había oído de las propiedades beneficiosas de la gaseosa para disolver el alimento y acabar con su obstrucción. Pero mi decisión fue más que nada una acción desesperada» dijo la madre.
Para sorpresa su hija dejó de toser apenas tomó la bebida y ni siquiera fue necesario llamar al médico. En la actualidad Amanda utiliza la ‘nueva medicina’ de manera regular.