Pidió al presidente Danilo Medina aprovechar la alta popularidad de que goza para encarar definitivamente ese problema, que es transversal a la delincuencia callejera, la competitividad, el alto gasto de bolsillo de los ciudadanos, el derroche de combustibles y la contaminación.
Consideró que vale la pena que el gobernante asuma el costo político de ordenar el servicio de transporte, empezando por un sistema transparente de licitación de rutas que propicie la competencia sana, garantice la inversión ordenada, decente y un servicio eficiente.
Castro agregó que “el transporte público es una de nuestras peores cartas de presentación como país, es la síntesis de un desorden monumental, de la falta de voluntad política, de la impotencia y de la imposición de grupos mafiosos que usan el chantaje para mantener la ley de la selva en nuestras calles”.
El empresario añadió que el costo económico y emocional representado en el mal servicio del transporte colectivo, especialmente en las ciudades, es inmedible, por lo que señaló que una reforma en esa área proyectaría un nuevo país, una sensación de orden que impactaría positivamente en las demás actividades de la economía.