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¡¡¡REELECCIÓN….REELECCIÓN!!!

Publicado

en

humberto-salazar-foto POR HUMBERTO SALAZAR.-
En la democracia liberal existen dos sistemas para implementar la representación de la voluntad popular: el método parlamentario, predominante en Europa, donde el jefe o presidente de gobierno se elige por la correlación de fuerzas en el congreso y el p
residencialismo, donde el ejecutivo se ejerce por un presidente electo por el voto popular.
En Europa por ejemplo, el tema del periodo de tiempo que debe estar un Jefe de Estado no está en discusión, corresponde a los partidos presentar listas con los candidatos al congreso y quien logre formar una mayoría absoluta, solo o con alianzas, será quién encabece el gobierno.
En ese caso, nadie cuestiona el tiempo que podría una persona estar al frente del estado, ya que, esta sometido al doble control, del congreso, que podría con un voto de castigo o falta de confianza obligar a una elección anticipada, así como también cada cierto periodo de tiempo debe expresarse la voluntad popular para la conformación de un nuevo cuerpo legislativo.
En el caso del presidencialismo, la elección se puede hacer de forma directa, con mayorías absolutas o relativas, así como de forma indirecta, como ocurre con el colegio electoral de los Estados Unidos, formado por los llamados grandes electores.
DOBLES PESOS Y MEDIDAS
El tema de la reelección presidencial parece consustancial con la misma existencia del presidencialismo, sin embargo, en los Estados Unidos, país de origen del sistema, no se establecieron límites a la cantidad de mandatos a que podía aspirar un presidente, hasta que se introdujo la XXII Enmienda a la Constitución en 1951.
Desde George Washington en 1789, primer presidente de la historia, hasta Franklin Delano Roosevelt en 1944 (quien ganó cuatro elecciones consecutivas), el tema de la reelección no era tema de discusión de los políticos en Norteamérica.
En nuestro caso, tenemos una clase política con evidente retraso en su formación, lo que limita el debate a los intereses individuales y grupales, causando por lo tanto los consiguientes desvaríos que caracterizan las discusiones marcadas con el tinte del personalísimo.
Los que se dicen tener posiciones liberales por ejemplo, son partidarios de la reelección en Venezuela (caso Hugo Chávez), Nicaragua (caso Daniel Ortega), Argentina (caso Cristina Fernández) y adversarios acérrimos de la continuidad de un mandatario en la República Dominicana.
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
En el capítulo I, artículo 2, nuestra Constitución dice los siguiente: ¨La soberanía popular reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce por medio de sus representantes o en forma directa, en los términos que establecen esta Constitución y las leyes¨.
Este texto debería dejar claro que la voluntad popular, expresada con el voto universal, debería ser el único instrumento de permanencia o continuidad de un presidente en el ejercicio de sus funciones.
Eso fue exactamente lo ocurrido en las elecciones del 2004, donde el Presidente en ejercicio, Hipólito Mejía, se presentó a la reelección y fue ampliamente derrotado en la primera vuelta electoral; en este caso funcionó la voluntad del pueblo para sacarlo del poder.
También ocurrió en el 2008, en que Leonel Fernández se presentó como candidato, desde su posición de Presidente de la República, y fue reelecto para un nuevo periodo por mayoría absoluta.
En ambos casos, hubo un juicio popular, usando el voto como vehículo de expresión, y los resultados fueron diferentes.
Se expresó soberanamente el único depositario de los poderes públicos que es el pueblo dominicano, hecho que cumple perfectamente con lo estipulado en la Constitución del 2010.
VOLVEMOS A LO MISMO
Dos hechos se han producido esta semana para revivir el tema de reelección versus no reelección; primero la entrega de parte de la Junta Central Electoral al Congreso de la ley que organiza la realización del referéndum, mecanismo incluido en la Constitución del 2010, y las declaraciones de un Senador del Partido de la Liberación Dominicana, planteando la modificación constitucional para permitir dos periodos presidenciales consecutivos y nunca mas.
Bizancio, la cuna del cristianismo de oriente, se caracterizó por largas y tediosas discusiones sobre temas religiosos.
A veces estas discusiones se extendían pos días y semanas, se dice, que cuando los otomanos ocuparon Constantinopla, los bizantinos se encontraban en una discusión interminable sobre el sexo de los ángeles en plena Catedral de Santa Sofía.
De este cúmulo de alegatos interminables surge el término ¨discusiones bizantinas¨, usado para definir un diferendo retórico que no llevará a ninguna parte.
En la República Dominicana parece que nos vamos a embarcar en el 2014 en la discusión bizantina de; reelección si, reelección no.
Lo cierto es, que cuando el pueblo ha tenido que ratificar un mandato, casos 1970, 74, 90 y 94, lo ha hecho.
Y cuando ha decidido relevar a un grupo gobernante, casos 1978, 2004, también lo realiza con la única arma que existe en la democracia: el voto.
Todo lo demás es una discusión sin fin que no llevará a ninguna parte.
En el caso de quien escribe, siempre hemos estado de acuerdo en la repostulación sin límites, si hay un referéndum votaremos Si con las dos manos, ha sido nuestra posición desde la primera vez que asistimos a una reunión política en 1985.
Cuatro años para un gobierno bueno es muy poco, pero esos mismos cuatro años para un gobierno malo es demasiado.
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