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MANOS A LA OBRA, LLEGÓ EL 2014

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en

humberto-salazar-foto1POR HUMBERTO SALAZAR.-
A pesar de las actividades productivas y académicas se iniciarán la semana próxima, llegó la hora en que debemos dejar atrás el ánimo festivo y, entre todos: gobierno, oposición y las fuerzas organizadas de la sociedad dominicana, plantearnos enfrentar los retos de una sociedad que se ha transformado y exige cambios estructurales profundos en diversos sectores de la vida nacional.
La República Dominicana de hoy, ha logrado surgir del fondo de los países menos desarrollados de América Latina, para convertirse en la novena economía de región y la mas grande de Centroamérica y el Caribe.
En estos casi 50 años, hemos crecido económicamente sin parar, creando empleos formales e informales; tenemos hoy una sociedad urbana y al mismo tiempo somos capaces de producir los productos alimenticios básicos de nuestra dieta.
No hay dudas de que el proceso democrático que se inició en 1966, ha diseñado un país con una fisonomía diferente; con miles de nuevos emprendedores, negocios que luchan para adaptarse a las competencias que vienen del exterior y una población que exige de su clase política respuestas nuevas para nuevos problemas.
Tenemos una gran tarea pendiente para llegar a acuerdos en el mediano y largo plazo; ya es imposible, a nuestro juicio, postergar mas los cambios estructurales en las áreas mas importantes del desarrollo económico y social del país; y esto está por encima de candidaturas, luchas internas en los partidos políticos y nombres sonoros, que por su longevidad y falta de actualización, ya perdieron el tren que marcha irremediablemente hacia el futuro.
SECTOR EDUCATIVO
Hemos asumido económicamente la consigna de asignar el 4% del PIB a la educación básica.
El aumento del presupuesto para el Ministerio de Educación, produjo una mejoría del continente; hoy se construyen miles de nuevas aulas en todo el territorio nacional, la tanda extendida (que resuelve un gran problema a las familias pobres) ya es un hecho y se expandirá durante este año por todo el país, los maestros reciben mayores ingresos y, entre otros avances, casi el 100% de todos los niños en edad escolar a nivel básico asisten a las escuelas.
La gran meta del año 2014 es declarar a la República Dominicana como territorio libre de analfabetismo, con el programa ¨Quisqueya aprende contígo¨.
El 10% de nuestra población, que no sabe leer y escribir, será integrado a una sociedad que los excluye por no poseer estas habilidades.
El grave problema de nuestro sistema educativo es lo que se enseña, la forma en que se hace y quienes lo hacen.
Urge una reforma profunda de todo nuestro sistema educativo, desde la educación preescolar hasta la educación superior, de modo que podamos construir la generación de futuro de un país y un mundo en constante cambio.
Debemos importar maestros, que sirvan de facilitadores para que nuestros jóvenes se interesen en hacer carrera en educación, y mejorar los niveles de conocimiento en lengua española, matemáticas y ciencias básicas.
No podemos continuar ampliando la brecha entre ricos y pobres desde la infancia, cuando al salir de las aulas universitarias, los hijos de las familias de clase media y alta, tiene mejores oportunidades de empleo y progreso, pues su educación es de mejor calidad que la de las escuelas públicas.
SECTOR SALUD
Las reformas contenidas en las leyes 42-01 y 87-01 han sido implementadas solo en parte, huyéndole todos, como el diablo a la cruz, el asumir lo que esta contenido en esas leyes y la adecuación del sistema sanitario a la nueva realidad de un sistema publico de prestación de servicios descentralizado y su financiamiento a través de la seguridad social.
El principal escollo de la reforma se centra en el Ministerio de Salud Pública, organo rector del sistema.
Los que han encabezado el sector en los gobiernos del PLD, a pesar de confesarse convencidos de la necesidad de la transformación del sistema, se han acomodado a la situación imperante y han llevado a todo el sector a una crisis provocada y prolongada, solo por la falta de voluntad política para cumplir la ley.
Al llegar al 2014, el sector sanitario dominicano se encuentra mas fragmentado que nunca, el norte se ha perdido y se insiste en crear expectativas de mejoría en base al sistema hospitalario, que por ley, debe ser entregado a la Red Publica de Servicios de Salud.
La reforma es resistida desde el Ministerio, ya que, los ministros dicen una cosa y hacen otra, su función, según la ley, es la regulación del sistema, pero parece que es mas cómodo arreglar hospitales y comprar equipos que asumir la responsabilidad de la reforma.
Mientras esto ocurre, el gasto de bolsillo en co pago y medicamentos es el mas alto de la región.
Si una enfermedad de las llamadas catastróficas toca a las puertas de una familia de clase media, es una catástrofe económica de tal magnitud, que la lleva a la pobreza.
Tenemos la tasa mas alta de fallecimientos por dengue de toda la región, ya que, el tema de la calidad de atención se queda en el discurso intrascendente.
Seguimos con altísimas tasas de mortalidad por parto e infantil neonatos, puesto que nadie se encarga de la cartera de servicios que corresponden a atención primaria y prevención.
Mientras persiste la visión curativa desde el Ministerio de Salud Pública; mueren miles de dominicanos por accidentes de transito, la drogadicción (que es un problema de salud pública) se esparce por todas las clases sociales; miles de ¨clínicas¨ realizan abortos prácticamente en forma publica y en condiciones infrahumanas, no existe la certificación y rectificación de los especialistas y la habilitación de los centros médicos (que contempla la ley) es un sueño irrealizable.
Es decir todo lo que corresponde a rectoría del sistema esta abandonado a su suerte.
Hemos creado ciudadanos de primera categoría, los que pueden pagar una clínica privada o un hospital autogestionado y de segunda categoría, los que no tiene un carnet, ni dinero para pagar los servicios médicos, que es el 50% de nuestra población.
Es impostergable un cambio profundo en toda la estructura sanitaria de la República Dominicana, es imposible sostener financieramente un sistema como el que hemos construido a parches.
En este sector si es verdad que hay que hacer lo que nunca se ha hecho.
SECTOR ELECTRICO
El gran dolor de cabeza de todos los gobiernos del país desde la década de los 60, hasta ahora.
Un problema central: los dominicanos nos acostumbramos a recibir los servicios públicos sin pensar que cuestan dinero y por lo tanto necesitan ser pagados por los usuarios.
Si no mejoramos las cobranzas, será imposible resolver el problema eléctrico de la República Dominicana.
Además hay que desmontar de la estructura mafiosa que existe alrededor del sector eléctrico lo que es un trabajo de enorme responsabilidad política.
En este tema, se ha tejido todo un entramado de intereses empresariales y de negocios, que convierten la energía en un producto con mayores beneficios que los que reciben los capos de la droga.
Para poner un ejemplo; el parque eólico de Los Cocos en Pedernales, produce energía con el viento que provee la naturaleza y sus dueños la venden como si se produjera con fuel oil en el mercado eléctrico, con beneficios tan altos, que en solo 2 años han pagado la inversión y el resto es todo ganancia.
Mientras las familias ricas del país aumentan sus fortunas a costa del gobierno y el subsidio, y los pobres no pagan la energía que consumen, la clase media soporta el peso económico de un servicio deficiente, caro e inestable.
Mientras las industrias y empresas de los ricos buscan la forma de cometer fraudes, contratar por la izquierda, borrar sus deudas y engañar a las distribuidoras; los consumidores de los barrios de clase media son acosados, sometidos a la justicia y suspendido el servicio por la mas pequeña causa.
Ademas de las plantas de carbón, que proveerán de energía a precios competitivos de parte del gobierno, y así impulsar hacia la baja la tarifa, el tema del cobro es impostergable.
Que cada quien pague lo que consume, pues este costo dividido entre todos cabe a menos, una simple regla de división.
Bienvenido el 2014 para: Continuar lo que está bien, Corregir lo que está mal y Hacer lo que nunca se ha hecho.
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