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Chispas!

ACTUEMOS COMO LOS BANILEJOS

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en

humberto-salazar-foto1POR HUMBERTO SALAZAR.-
En el sistema comercial dominicano, uno de los personajes mas conocidos es el dueño del colmado banilejo, no existe un barrio de la capital donde no esté presente este mini empresario.
La pulpería de la esquina abre a horas muy tempranas de la mañana, ofreciendo desde el pan y el chocolate para el desayuno, hasta la cerveza para la fiesta de la noche.
Ahora, la forma en que este comercio pequeño ha sobrevivido a la competencia de las grandes cadenas de supermercados, es con el sistema de mandar a buscar y anotar en un cuaderno, donde generalmente están los nombres de casi todo el barrio, los productos requeridos y pagarlos cuando los usuarios cobren sus sueldos.
Son dos procesos: uno es mandar a buscar y apúntemelo en mi cuenta, y el otro sáqueme la cuenta para pagar lo que debo.
LLEVEMOS NUESTRO CUADERNO
En el día de hoy se reunirán las comisiones de los gobiernos dominicano y haitiano para tratar temas de la llamada ¨agenda bilateral¨, entonces deberíamos imitar a los dueños de colmados banílejos y llevar nuestras cuentas.
El ¨gobierno¨ haitiano, que ha actuado como los gatos, quiénes no le miran la cara a los que les dan la comida, debería en el día de hoy recibir el papelito de cuentas que han hecho con los bolsillos de los contribuyentes dominicanos.
Pues de eso se trata, cada centavo que gasta nuestro gobierno en mejorar la calidad de vida de los haitianos, se pagan con nuestros impuestos, entonces llegó la hora de poner las cuentas claras.
Con nuestro cuaderno en la mano, saquemos las cuentas, para que la llamada comunidad internacional se entere, de lo pesado que ha estado cargando la sociedad dominicana por ser vecina del estado fallido que es hoy en día Haití.
FALTA GENTE EN ESAS COMISIONES
Las comisiones nombradas por ambos gobiernos están incompletas a la luz de las realidades que existen tanto en República Dominicana como en Haití.
Del lado haitiano faltan los que verdaderamente gobiernan ese territorio.
Hay que recordar que Haití es un espacio geográfico donde la ONU mantiene una fuerza multinacional, es decir un ejercito de ocupación, por lo que el gobierno haitiano es una caricatura y pantalla para disfrazar los intereses de las potencias que dominan la llamada Minustah.
Aceptar que un país invadido, que vive de la dádiva internacional, cuyos nacionales son rechazados por todos sus vecinos (excepto República Dominicana); puede nombrar autoridades que decidan temas bilaterales, es un infantilismo de parte nuestra.
Del lado dominicano faltan los que tienen las cuentas: los ministros de Educación, Salud, Trabajo, Economía y Hacienda.
Porque al final cada quien debe llevar a la mesa lo que es importante: ellos insistirán en el tema migratorio y nosotros debemos poner en claro lo que nos deben.
¨EL QUE PAGA ES EL QUE MANDA¨
A pesar de que sobre los dominicanos pesan acusaciones de racismo, xenofobia, nazismo, bovarísmo y hasta que somos genocidas civiles; lo cierto es que son nuestros bolsillos los que pagan la crisis de todo tipo que padece Haití.
Debemos poner sobre la mesa lo que nos cuesta dar servicios médicos a las embarazadas y niños haitianos que nacen en nuestras maternidades.
Cuánto hemos pagado para mantener una campaña educativa, medicamentos y áreas exclusivas para la prevención y tratamiento del cólera, en un país que no conocía ese padecimiento.
Todo lo que invertimos en los enfermos de malaria, una enfermedad que había sido erradicada, cuyos casos aparecen alrededor de las concentraciones de haitianos en nuestro territorio.
También que se ponga en la suma los servicios médicos que damos a los adultos haitianos afectados de las enfermedades mas diversas, a quienes se les brinda el mismo trato en nuestros hospitales que a los nacionales dominicanos.
Pongamos lo que cuesta a nuestro sistema educativo, que es lo mismo que a nosotros mismos, el dar clases a una población de niños extranjeros cuya única puerta para educarse la hemos abierto los dominicanos.
Cuál es el costo de los estudiantes haitianos que disfrutan de los beneficios de la educación superior en nuestras universidades, especialmente la universidad estatal, que se paga con nuestros impuestos.
En la cuenta también deben ser incluida la competencia desleal que hacen los haitianos a nuestra clase trabajadora, porque es mano de obra ilegal y barata, que no paga seguridad social ni impuestos.
El Ministro de Hacienda podría muy bien llevar todas esas cuentas, claras y sumadas, a ver quién es que le debe a quién.
Y el de Economía debería poner sobre la mesa la proyección de lo que costará a nuestro país cada año a partir de ahora, el tener que sostener como muleta a una población con los estándares de calidad de vida mas bajos de occidente.
Después que sumemos y restemos entonces será hora de comenzar a dialogar, porque en este caso como en todos los demás, el que paga es el que manda.
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