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VUELVE Y VUELVE EL TEMA HAITIANO

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humberto-salazar-foto111POR HUMBERTO SALAZAR.-

Asumiendo el lenguaje de los organismos internacionales definiremos el problema de la isla Hispaniola, territorio de aproximadamente 75 mil kilómetros cuadrados ubicado en medio del Mar Caribe, como una constante para los próximos años.

En la visión geopolítica de los que dominan al mundo, debe resultar inexplicable, de que la parte Española de la isla, sea uno de los países de mayor progreso en toda América Latina, y que en estos momentos la principal preocupación de su gobierno sea repartir equitativamente la riqueza, que en forma sostenida produce.

En solo 50 años, la República Dominicana, saliendo del fondo de los países de la región, ya es la primera economía del área del Caribe, la primera entre los países miembros del SICA y la novena en América Latina.

Mientras al otro lado de la frontera, los herederos del colonialismo francés, permanecen como el país mas pobre de occidente, preso del analfabetismo, el atraso, la ruptura institucional y la ausencia crónica de mecanismos de organización interna.

Esa es la situación que visualizan los estrategas que hacen planes en las Naciones Unidas, Francia, Canadá y los Estados Unidos; países que por diversos motivos tienen vínculos históricos o de intereses geopolíticos con Haití.

TRES HECHOS Y UNA CONCLUSIÓN

FRITZ CINEAS PRESIDENTE; 2016-2020

En sólo tres dias se han producido hechos que demuestran la imposibilidad de los dominicanos, aunque nos tilden de reiterativos, de quitar los ojos de la conspiración que realmente existe en contra de nuestra soberanía, nuestra historia y nuestra existencia como nación.

Las declaraciones del Embajador de Haití en la República Dominicana, Fritz Cineas, a la salida del Congreso Nacional después de escuchar la rendición de cuentas del Presidente Danilo Medina, demuestran que se quedo esperando el proyecto de ley de naturalización.

Son muchas las informaciones que se han ido conociendo sobre este tema, incluso la barbaridad de la ONU de pedir que sea usada una encuesta, que para nada es un censo, donde señalan existen mas de 500 mil haitianos que deben ser regularizados en territorio dominicano.

Aprobar la naturalización de esa cantidad de personas por medio de un proyecto de ley, sería el acta de defunción de la nacionalidad dominicana, ya que, integraría con todos los derechos de los nacionales a una población extranjera.

Ya el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, señaló, después de una investigación en los libros de las oficializas civiles hecha a mano y página por página, la verdadera cantidad de personas inscritas en forma irregular, que es el número que como indica la palabra habrá que regularizar.

Acceder a las pretensiones de Haití, defendidas por su Embajador, probablemente sería el inicio de la campaña electoral de Cineas para la Presidencia de la República Dominicana, apoyado por el ¨colchón¨ de 500 mil haitianos a quienes exige le den nacionalidad dominicana.

POLLOS Y HUEVOS

El viernes, día de los mercados bi-nacionales, las autoridades haitianas advertían desde temprano a los adquirientes de productos en territorio dominicano, que no compraran pollos y huevos, porque estaba prohibido el ingreso a su país.

Después de las reuniones de la comisión bilateral y algunos acuerdos a que se había llegado con el equipo agropecuario de la República Dominicana, este tema parecía haberse resuelto.

Sin embargo, surge de nuevo al parecer como forma de presión a nuestras autoridades, en el sentido, de que la no presentación del proyecto de ley de naturalización, aprobado por la ONU y la OEA, ante el Congreso de parte del Presidente Medina, traerá consecuencias económicas en contra de nuestros productores.

En esta ocasión, no se ha usado el ridículo y mentiroso argumento de que existe en el país gripe aviar, o que se necesita una certificación internacional para exportar pollos a una población que literalmente se moriría de hambre si no existieran los emprendedores productores dominicanos.

Simplemente, a todos los que compraron estos productos, se les despojaba de ellos de parte de los aduaneros haitianos, lo que sin dudas hará florecer el contrabando hacía el vecino país, porque nadie esta obligado a lo imposible.

Esperemos como se desarrollan los hechos en los próximos días, donde suponemos seguirán presionando sobre la exportación de otros productos que son tradicionalmente comprados al comercio de nuestro país, no porque nos quieran, sino porque están obligados por la cercanía y bajo costo.

BOCA DE CACHÓN

El pasado sábado se escenificaron hechos violentos en la Provincia Independencia, específicamente donde se construyen las viviendas que darán cobijo a los damnificados por las inundaciones del Lago Enriquillo.

Un problema, al parecer de burocracia bancaria, impidió el pago a los obreros haitianos que trabajan en la obra, los que, se levantaron violentamente en contra de las autoridades, llegando incluso a incendiar la casa que ocupaba el General Rafael de Luna Pichirilo, quien dirige la Dirección de Promoción de las Comunidades Fronterizas.

Las turbas incendiaron las oficinas de los ingenieros que construyen la obra y atacaron con piedras y palos a las fuerzas militares que sirven de la custodia de los bienes que se usan para la construcción.

La reacción de los militares, que no están entrenados para el orden público sino para la guerra, fue disparar sus armas para defenderse de la agresión y dispersar a la turba, causando la muerte de un nacional haitiano y varios heridos.

Se dice que había en el terreno un equipo de noticias de la prensa internacional y que los hechos quedaron grabados para su difusión posterior y ser usados como prueba de la agresión racista que tenemos los dominicanos en contra de los haitianos; esto demostraría la existencia de planificación en los hechos con la intención de hacer daño a la República Dominicana.

Tres temas aislados, que se conectan sobre el mismo hilo conductor: la intención de hacer daño económico y de imagen a nuestro país para chantajearnos y obligarnos a cargar con el peso de la crisis haitiana.

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