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«EL IMPERIALISMO HAITIANO» (1927 periódico La Información)

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en

humberto salazarPOR HUMBERTO SALAZAR.-

Aunque algunos parecen haberlo olvidado, nuestro país surgió de la necesidad de los hispanohablantes del lado este de la isla de Santo Domingo, de liberarse del yugo a que lo habían sometido por mas de dos décadas las hordas asesinas francófonas venidas desde el lado oeste del territorio que hoy ocupan dos naciones.
En el juramento que tenían por obligación hacer antes de ingresar a La Trinitaria, sociedad secreta creada por el Padre fundador de la República, Juan Pablo Duarte y Diez, quedaba claro cual era el propósito de ¨cooperar con mi persona, vida y bienes a la SEPARACIÓN definitiva del gobierno haitiano¨.
Pareciera que los 170 años que ya han pasado del trabucazo de Ramón Matías Mella en la Puerta de la Misericordia, han obrado para mal en el espíritu patriótico de muchos, y para poner un ejemplo les transcribimos parte de un artículo que apareció en el periódico La Información de Santiago en el mes de diciembre de 1927.
Hay que hacer notar que lo firma un jovencito de 21 años de edad oriundo de esa provincia, que para la época, hacía sus primeros pininos en el mundo de las letras.
Recuérdese el contexto histórico en que estos párrafos fueron escritos; tres años habían pasado de la retirada de las tropas de los Estados Unidos después de una invasión de 8 años y solo 87 años de nuestra independencia.

El articulo dice lo siguiente:

“Hay para la vida de nuestra entidad republicana, un peligro más grave en la vecindad del imperialismo haitiano que en la expansiva absorción, prodiga en acechanzas del imperialismo angloamericano.
Es menos alarmante, para la salud de la República, el soplo imperialista que nos llega de Estados Unidos que el oleaje arrollador del funesto mar de Carbón que ruge, y como león encadenado, en el círculo que opone a sus sueños de expansión la inmutabilidad legal de las fronteras.
Hasta ahora sólo nos ha preocupado el imperialismo angloamericano. Pero el imperialismo de Haití, irritante y ridículo, tenaz y pretencioso, conspira con mayor terquedad contra la subsistencia de nuestro edificio nacional, digno, sin duda, de más sólida y firme arquitectura.
Haití como manifiestamente lo demuestran sus vinculaciones históricas con la Patria Dominicana, es una nación esencialmente imperialista.
Todos los mandatarios de aquel país vecino han tenido y tienen todavía la obsesión de abatir la República con el acero de sus espadas imperiales. El sueño de la isla una e indivisible es una pesadilla que ha echado ya hondísimas raíces en el África tenebrosa de la conciencia nacional haitiana.
Somos pueblos vecinos pero no pueblos hermanos. Cien codos por encima de la vecindad geográfica se levantan la disparidad de origen y los caracteres resueltamente antinómicos que nos separan en las relaciones de la cultura y en las vindicaciones de la Historia.
De ahí que no creemos en la mentirosa confraternidad dominico-haitiana. En el Palacio Presidencial de Haití han habitado y habitan los peores enemigos de la viabilidad de nuestro ideal republicano. Por eso, la obra de más empeño cívico, después de la creación de la República, es y será la colonización del litoral fronterizo.
Si por algo ha de pasar Horacio Vásquez con resplandores de inmortalidad al libro de la historia, es por la colonización de las fronteras. Esa es la obra más llamada a dar a nuestra nacionalidad vida imperecedera. La República está bajo la amenaza de dos imperialismos igualmente malditos: el angloxamericano y el haitiano.
Contra el primero, hay que oponer las ejecutorias ejemplares de una existencia ciudadana absolutamente sujeta a los postulados y a las normas de una moral política llamada a hacer perdurar en la historia nuestra entidad republicana.
Pero contra el imperialismo haitiano, lo que necesitamos es realizar una completa y científica colonización del litoral fronterizo y establecer el servicio militar obligatorio para que cada ciudadano pueda ser un baluarte desde cuyas almenas se alce la bandera de la República desplegada a todos los vientos por la grandeza del derecho armado¨.

Quien firma el artículo es Joaquín Balaguer, un joven de 21 años de edad nativo de Navarrete y colaborador del periódico La Información y se puede encontrar en el libro ¨Escritos en verso y en prosa¨ bajo el título: ¨El Imperialismo haitiano¨.
Sus letras son tan extraordinarias que deberían reproducirse y enseñarse a las nuevas generaciones de dominicanos, que al parecer han olvidado la génesis de nuestra nacionalidad y los peligros que acechan a la República Dominicana para sobrevivir a tantas conspiraciones en contra de su existencia.
De nuestra parte, asumimos las palabras proféticas de Joaquin Balaguer, ¨hoy que hombres sin juicio y sin corazón, conspiran contra la salud de la Patria¨.

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