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Domínguez Brito: RD sólo quiere verdad y justicia sobre caso Wesolowski

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dbANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ.-

CIUDAD DEL VATICANO.- Justicia con apego a la ley y al derecho internacional. Que se llegue a la verdad. Eso quiere la República Dominicana en el caso del ex nuncio polaco Jozef Wesolowski, que afronta un proceso en los tribunales civiles del Vaticano por abusos sexuales contra menores y posesión de material de pornografía infantil. Así lo sostuvo el procurador general dominicano, que este día saludó al Papa Francisco.

Francisco Domínguez Brito se reunió, ayer martes, durante más de una hora con el promotor de justicia asignado al caso Gianpiero Milano y por 30 minutos con el Sustituto de la Secretaría de Estado, Angelo Becciu. En entrevista exclusiva con el Vatican Insider, el procurador habló sobre el inédito caso.

¿Qué resultados tuvieron sus reuniones?

Acordamos continuar con los procedimientos legales y las normas establecidas, es decir el juez de instrucción vaticano tiene que hacer su sumario, utilizando los convenios internacionales de coordinación judicial ya sea a través de rogatoria o cualquier otro requerimiento. No discutimos las pruebas, si es verdad este o aquel interrogatorio; ellos no pueden hacerlo y tampoco es mi rol. Fue una conversación muy importante porque delimitamos todos los protocolos a seguir.

Hay procedimientos aquí que dependen de la Santa Sede, lo que yo puedo afirmar es que he visto buena voluntad, colaboración, acercamiento. No es normal que el juez de instrucción te reciba. El sustituto nos recibió y analizamos de manera conjunta un caso que tampoco es normal. Ni para el Estado Vaticano, ni para República Dominicana. El deseo común es que prevalezca la verdad y la justicia.

Según usted, ¿la Santa Sede tiene conciencia de la magnitud de este proceso, por tratarse de un ex embajador papal acusado de delitos muy graves?

Yo percibo que sí. Percibo como muy positivo el papel de la Santa Sede. Si en el pasado se utilizaba la estrategia de que no salieran las cosas, con el Papa Francisco se ha ido delimitando cuál debe ser el espíritu necesario. Que no se cometan injusticias y que prevalezca la verdad. Si alguien se equivocó que asuma su responsabilidad. Veo buena voluntad de parte de la Santa Sede y en los jueces que conocí, me llevo una buena impresión, son personas de mucho reconocimiento ético y profesional.

¿La Iglesia dominicana comparte este espíritu?

La Iglesia dominicana ha sido una gran colaboradora de nosotros. Incluso antes de la investigación oficial, un obispo hizo una denuncia pública. Se ha portado con mucha altura y mucha responsabilidad.

¿Fue difícil abrir un proceso contra un diplomático, que además era representante papal?

Nosotros iniciamos la investigación cuando explota el escándalo. Debemos reconocer que no había una investigación previa. Fue el rumor público el que generó la puesta en marcha de la investigación dominicana. Después, apelando a la convención de Viena, nosotros enviamos información al Vaticano.

Pero para ese tiempo ya el arzobispo (de Santo Domingo) y el Vaticano tenían conocimiento de esta situación, porque meses antes el cardenal había venido a presentar un informe al Papa Francisco. ¿El gobierno no había sido informado entonces?

Primero se hicieron los informes aquí, posteriormente -cuando todo salió- se hicieron las comunicaciones de protocolo. Hay que aclarar que un informe no necesariamente implica las pruebas que nosotros tenemos. Las pruebas son fruto de denuncias genéricas que indicaban dónde se había visto a ese señor y su posible acercamiento a menores, pero no se tenía claridad ni se podía hablar de delitos penales. Esos datos no los tenían ni los obispos dominicanos, ni el cardenal ni nadie, eso sale después del rumor sobre el nuncio que participaba en acciones necesarias de estudiar. Entonces se producen interrogatorios al asistente del nuncio que estaba detenido y eso generó una serie de informaciones, una búsqueda de estos muchachos en la ciudad y saca a relucir otras cosas que nadie sabía hasta ese momento.

¿Se plantearon alguna vez la posibilidad de enjuiciar ustedes a Wesolowski? Algunos observadores han criticado el actuar de la justicia dominicana argumentando: “estaba acá y se nos escapó”. ¿Fue así?

Cuando comenzamos a investigar él ya no estaba en el país. Pero, aún cuando hubiese estado allá, nosotros no podíamos proceder. Por el hecho de ser diplomático, de ser nuncio, él siempre estaba bajo la competencia del Estado que lo acreditó. Él lo sabía. Cualquier situación penal hubiese tenido que intervenir el Vaticano. Jurídicamente no podíamos intervenir. Ningún juez nos hubiera dado una orden de arresto si él invocaba la Convención de Viena. Esa es la ley.

¿Ustedes siguen conduciendo investigaciones?

Básicamente por requerimiento de los Estados que lo soliciten. Porque ya la investigación formal está a cargo del Estado Vaticano.

¿Cuál sería el papel de la magistratura dominicana en un posible juicio vaticano a Wesolowski?

Nuestra voluntad es la de colaborar en todo lo que necesite la justicia del Estado Vaticano. Si requieren los testimonios, incluso a través de teleconferencia, si necesitan que un juez de menores haga evaluaciones. Todo lo que se requiera estamos en la mejor disposición. Nosotros queremos que esto se haga de acuerdo a los procedimientos establecidos.

¿Qué significa este proceso para la República Dominicana?

Es una lucha, es una batalla buscando que casos como este no sucedan tan fácilmente, ojalá que nunca sucediesen. Ojalá que el temor por este proceso sirva de obstáculo y de referencia para que no se vuelvan a cometer hechos de esta naturaleza. A veces la conciencia es importante, pero también el temor a una sanción juega su rol. (Fuente: Vatican Insider).