Por Juan Manuel Ventura (*)
Reflexionando sobre los casi cuatro años de gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), la conclusión a que hemos llegado es que tiene una peculiaridad, de que desde su inicio se ha visto envuelto en situaciones desfavorables para la soberanía del país.
Hay que recordar que esta administración del PRM desde que asumió en agosto le propuso al pueblo dominicano una justicia independiente, lo cual terminó siendo una práctica de la politización, sometiendo a la justicia a exfuncionarios del pasado gobierno que tres años después están en sus casas por que hasta el momento no han encontrado pruebas que demuestren que actuaron de manera incorrecta en sus funciones públicas.
Luego de esta práctica, el partido de gobierno inició la campaña pro transfuguismo político, conquistando, o mejor dicho comprando, a regidores, diputados y dirigentes de todas las fuerzas opositoras, ofreciéndoles desde reposición en el tren gubernamental a cancelados peledeístas hasta pensiones lujosas. Y esto ocurre mientras el país vive en una de las peores situaciones económicas.
Además, hay que resaltar, que con esta práctica, el PRM golpea el sistema de partidos políticos en el país.
La lectura de este proceder del oficialismo es una muestra de desesperación en sus planes reeleccionistas.
Hay que decir que estos dirigentes opositores que pasaron a las filas del PRM tras ser atraídos por las ofertas del oficialismo, salieron a las calles a realizar su trabajo político en sus respectivas demarcaciones, ya que al parecer no podían hacer la dirigencia fundadora de ese partido.
Volviendo al tema de la justicia independiente que prometieron desde el mismo inicio del gobierno, el país ha visto cómo funcionarios del actual gobierno, entre ellos algunos ministros, fueron suspendidos de sus cargos por supuestas irregularidades en sus funciones, pero enviados a sus casas sin tener la más mínima consecuencia legal. Solo algunos, como el caso del exdirector de la Lotería Nacional o el ex administrador del instituto agrario dominicano, fueron a prisión.
En pocas palabras, lo que el PRM vendió como cambio terminó siendo algo más que al cubo de lo que criticaban de manera demagógica del PLD.
Y en lo que respecta a las recientes elecciones municipales, hay denuncias de entrega de altas sumas de dinero y raciones alimenticias por dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano en diferentes barrios de mi ciudad natal, Santiago, y otros pueblos.
Personalmente, la última experiencia que viví con raciones alimenticias en la ciudad de Santiago, cuando todavía el PLD era gobierno fue que brigadistas del Plan Social entregaban estas raciones en los barrios en medio de la pandemia del COVID-19 y lo hacían casa por casa, sin pedir voto y sin ver color de partido político.
Para finalizar, quiero dejar claro que cuando observamos la conducta del PRM solo nos queda por decir que la fórmula que están usando es una receta catastrófica para la democracia en República Dominicana.
(*) El autor es diputado ante el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
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