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El Líder en tiempos de crisis

Por Pascual Ramírez.-

Cuando un torero experimentado sale al ruedo, sabe cómo lidiar con las furiosas embestidas del animal, para evitar una cornada fatal. Si el matador muestra falta de valentía, habilidades y destrezas, hará que se evapore rápido el entusiasmo inicial y en vez de loas y admiración, recibirá la rechifla de la plaza.

De igual, manera nuestro país necesita un líder ducho y diestro en el manejo de situaciones difíciles, como las que se presentan en estos tiempos donde se combinan pandemia, crisis, recesión, carácter en los actores públicos, y cierre a gran escala de fuentes productivas.

Esta crisis de desempleo, con balanza de pagos desmejorada, turismo y flujos de inversión extranjera disminuidos y remesas que pronto ya no serán las mismas, amerita un líder que sepa tomar por los cuernos el toro de las adversidades, para controlar los daños que pueda causar.

El actual contexto difícil por la que atraviesa la nación, solo un capitán avezado y un líder fuerte, puede evitar que la nave del país naufrague y encalle en los filamentosos acantilados de una crisis de convulsiones sociales que puede sacudir los cimientos de la paz y estabilidad dominicana.

El gobierno del cambio está lleno de buenas intenciones, pero luce débil y pobre, en términos de conocimientos y experiencia. A cualquiera se le puede aceptar novatadas en el desempeño de una función pública, pero no a un presidente de una nación, pues se estima que su ascenso al poder es producto de la incapacidad del anterior, y que él se comprometió resolver una vez acceda al poder.

En tiempos tumultuosos, de grandes adversidades, son las ocasiones en que un líder se crece y demuestra todo su potencial y capacidad para sacar su país hacia adelante.  Así lo hizo Churchill durante los aciagos días de la Segunda Guerra Mundial. También es digno de citar a Abraham Lincoln, quien se convirtió en el presidente más grande en medio del juicio. Usó la adversidad para crear una federación, que duró 300 años y aún se mantiene.

Pero todo apunta desde ya a que estamos padeciendo de la carencia de un liderazgo unificador y de un déficit de administración nacional. Las medidas improvisadas que al rato son derogadas, demuestran eso.

Demuestran que no hay un norte fijo o una hoja de ruta en las acciones de un gobierno que luce desorientado, sobrepasado y sobrecargado por las circunstancias. Vemos que el actual gobierno luce con buenas intenciones, pero hasta el camino del infierno está empedrado de ellas.

Este es el momento para que el presidente de la República aproveche la buena brisa que sopla a su favor para enrumbar su gestión hacia la edificación de un gran consenso nacional, basado en propuestas enmarcadas dentro de un gran pacto social y político que encare los desafíos de la Republica con carácter y determinación. Un líder se prueba en la adversidad. Cualquiera maneja un avión en piloto automático.

Es momento de grandes decisiones y de hablar solo para dar informaciones útiles e importantes y que tengan impacto en la vida del ciudadano. Hablar como para decir que va a donar su salario a una causa justa, no resuelve problemas, ni es algo tan trascendente como para decirlo en una alocución al país. Con intenciones y desprendimientos aislados, no se resolverán los problemas estructurales de la nación dominicana, y mucho menos la crisis por la que atravesamos.

Decisiones como esa deberían ir acompañadas de un recorte al salario de todos los funcionarios del tren público, incluyendo los legisladores. Todo para hacer más austero y eficiente el gasto público. El presidente debe convocar al liderazgo nacional y hablarle al país con un plan integral para enfrentar la crisis en donde todo nos sacrifiquemos, aunque sea de manera temporal.

El cierre de muchos negocios y la consecuente pérdida de empleos en Estados Unidos y Europa parece que va a continuar durante cierto tiempo, con las subsecuentes repercusiones en nuestro país, lo cual impone que seamos más certeros en las prioridades elegidas, y en el norte a seguir.

Solo así estaremos con mayor capacidad para enfrentar con éxito los desafíos de las crisis generados por la pandemia y todo el desastre heredado del gobierno pasado y que, hoy crea una mayor dificultad al presente gobierno. También alertamos contra el politizar la crisis, para sacar provecho particular de la situación.

Lo que se impone es tratar de salir de la crisis y avanzar con firmeza hacia un proceso de recuperación y reconstrucción del aparato productivo de la nación. Y para ello es vital que el gobierno del cambio logre integrar a todos los sectores de la vida nacional, haciendo al gobierno más incluyente y mejor conectado con la sociedad y con las necesidades nacionales. Utilizar la crisis como excusa para justificar incapacidades, no es una opción. Los humanos rara vez han creado algo de valor duradero a menos que hayan sido probados o lastimados.

De esta manera, podremos preservar la gobernabilidad, la estabilidad socioeconómica y política del país. Y como dijo recientemente el presidente Fernández, posibles estallidos sociales.

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Dominicanos en el exterior: El cambio que no ha llegado

Por Pascual Ramírez.-

Ya pasaron las elecciones, y con ellas también pasaron la atención y la importancia temporales que se les concede a nuestros exiliados económicos, los cuales están aquí porque no pueden estar allá, en su propio país, como sería lo normal si otra fueran las condiciones y el ambiente socioeconómico prevalecientes.

Al pasar el torneo electoral, el centro y el foco de las prioridades gubernamentales se desplazaron a otras cosas y problemas, donde no figuran los olvidados de siempre, los esforzados hombres y mujeres trabajadores que hacen de su radicación en el extranjero una plataforma de apoyo y solidaridad hacia su país y sus seres queridos.

Es la misma historia y el mismo resultado que se repiten años tras años, cuatrienios tras cuatrienios, gobiernos tras gobiernos, sin que se avizore un verdadero cambio en la importatización que merecen los dominicanos que viven fuera de la tierra patria.

Los criollos que residen allende los mares, solo son buenos para aportar recursos, votos, divisas, trabajos, pero no lo son para ser tomados en cuenta como parte de una política de Estado que se afinque en sus necesidades, problemas, sueños y proyectos. Amén de que nunca los toman en cuenta para posición de relevancia.

A la diáspora dominicana tradicionalmente se le ha tratado como ciudadanos de segunda, sin que se advierta una clara voluntad política de que eso cambie, ni a corto ni a mediano plazo. Y así será mientras no cambie el criterio utilitarista de nuestros políticos, que usan a los dominicanos solo para sus propios fines particulares y cuando les convienen.

De manera que los políticos dominicanos, generalmente, tratan a la diáspora como ciudadano de categoría inferior. Eso es visible, muchas veces, en el trato que se le dispensa a un dominicano cuando llega a uno de nuestros aeropuertos, donde recibe un trato vejatorio. Mientras a un extranjero le reciben con mayor pleitesía.

La diáspora solo existe en la mente del político nativo como un mero número, como una cuenta de cálculos políticos y económicos utilizables a conveniencia, como estadísticas que solo se visibilizan a través las remesas. Pero ya está bueno de que se les mire de soslayo y se les tire como un papel estrujado o un vaso desechable tras ser usados.

El cambio para ser un cambio de verdad debe reflejarse en hechos fehacientes. Y los dominicanos del exterior estamos todavía esperando ese cambio. Lo estamos esperando en el trato, en las políticas públicas hacia nosotros que no presentan indicios de articularse en nuestro favor.

En este sentido, esperamos del presidente Abinader políticas más concretas y definidas que recojan el sentir y las aspiraciones de nuestra comunidad emigrante, acciones que trasciendan las palabras. Esto lo decimos porque el nuevo mandatario solo se refirió a ella superficialmente en su discurso de toma de posesión y hasta donde se conoce no hay un solo perremeísta del exterior que haya sido nombrado en una posición de relevancia, ni en la República Dominicana, ni fuera de sus fronteras, lo que demuestre que para el presidente y su gabinete los dominicanos del exterior no figuran en las prioridades del nuevo gobierno. Esta situación se da a pesar de que el PRM se alzó con más del 70% de los votos valido emitido en el exterior y todas las diputaciones. El PRM en el exterior tiene dirigentes de muchas valías y prestancia dentro de la comunidad que bien podrían representar nuestra diáspora. Hasta donde tengo entendido muchos perremeistas del exterior ni siquiera lo reciben las nuevas autoridades.

Esperamos que las palabras del presidente se conviertan en hechos, y no solo palabras. Si bien recuerdo, solo a Peña Gómez y Leonel Fernández les cabe el mérito de haber valorado la diáspora dominicana adecuadamente, colocándola en el centro de sus afanes y en orden de importancia que merece, por el peso que tiene en nuestras emociones, en nuestras almas y en nuestra economía.

Ambos líderes apreciaron que los dominicanos de “fuera” están más adentro que muchos que viven físicamente en la República Dominicana, y no solo por las remesas, sino por la conexión que mantienen con su país en todos los sentidos. Los dominicanos a diferencia de otros extrajeros, siempre están alerta y pendiente de todo lo que nos pasa y siguen con fiel interés los problemas nacionales, participando desde allá en las soluciones posibles.

Tanto es así, que ni siquiera la pandemia ha sido un obstáculo para que los dominicanos del exterior muestren su solidaridad con el país. De modo que pasando balance y comparando lo que dan con lo que reciben, la cuenta queda en déficit. Un déficit que no cesa de acumularse.

Por todo lo anterior, ya es hora de reciprocar a los quisqueyanos radicados en el exterior sus grandes contribuciones al bienestar general de la nación, expresadas en aportes que sobrepasan los 8 mil millones de dólares. Con nuestros residentes en el exterior tenemos una deuda de gratitud que hay que comenzar a pagar. ¡Pero ya!

-El autor es abogado y político. Reside en Nueva York.

 

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Son solo palabras, no hechos

Por Pascual Ramírez.-

Dicen que del dicho al hecho, hay un gran trecho. Que el papel lo aguanta todo. También se habla que las palabras se las lleva el viento. Si analizamos la historia de los líderes políticos, veremos que muchos han hecho correr ríos de tinta diciendo cosas que no fueron correspondidas por los hechos.

Por eso no debemos apresurarnos alegremente a subrayar como cierto todo lo que se dice en un discurso de asunción al poder, porque generalmente está  concebido, estudiado y pronunciado para generar expectativas y alinear a la población detrás del presidente que inicia un nuevo mandato.

Casi siempre, el populismo y el afán de crear impacto acompañan a los discursos presidenciales de toma del poder. Por eso, hay que cuidarse de caer preso de la mentalidad de rebaño, que se rige por la emoción, la impresión de lo novedoso y de lo que proyectan las apariencias en el primer momento.

Fijémonos en la algarabía y el entusiasmo que al principio provocaron presidentes que tuvieron un comienzo promisorio y esperanzador, pero que terminaron muy mal, enlodados de pie a cabeza, de tanto  haberse sumergido en el fango. De ahí que tenemos que tomar con pinzas y mucha cautela las palabras y el discurso de un nuevo presidente.

Y si queremos un ejemplo más reciente, ahí tenemos como referente el de quien acaba de abandonar el solio presidencial, que por acción u omisión, fue responsable de sonoros casos de corrupción por los que tendrá que responder pronto ante la justicia.

Le toca al pueblo darle seguimiento a las palabras y promesas del presidente Luis Abinader para velar por que las mismas se cumplan y se conviertan en hechos, y que no sean  un simple recurso retórico para generar aplausos y ovaciones que muchas veces terminan en frustración y burla de las esperanzas populares.

Deseamos muchos éxitos al nuevo presidente, porque el éxito de su gobierno será el éxito del país. Por eso, hacemos votos para que no nos defraude como ha pasado anteriormente y ahora más reciente con el presidente que acaba de salir que frustro a toda una nación.

Ojala que el presidente Luis Abinader en sus anunciadas intenciones de combatir la corrupción no se quede enredado en la maraña de intereses creados, que sin duda van a pedir la ración del boa. Los días que vendrán confirmarán si el gobierno “del cambio” es tal como se presenta y como se está anunciando.

Por nuestra parte, le damos el beneficio de la duda y un voto de confianza, y no porque seamos escépticos, sino porque es tanto lo que se ha engañado al pueblo con discursos vacíos y propaganda hueca, que no queremos caer víctimas de espejismos.

Esperamos que todo no concluya en un circo mediático para desviar la atención de problemas principales, como la pobreza, el desempleo, la delincuencia, la inseguridad, la carencia de viviendas y la misma gravedad de la pandemia, que hasta ahora hemos enfrentado con mucha deficiencia.

De modo que no nos dejemos envolver por la magia de las palabras, en tanto no se conviertan en hechos incontrovertibles. Por ahora son solo palabras, no hechos.

 

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A votar sin miedo e intimidación

Por Pascual Ramírez.- 

Ya se acerca la hora cero para la democracia dominicana, hora en la que decidiremos el rumbo y el futuro de la nación. Varios candidatos contienden en estas elecciones en las que el bipartidismo tradicional ha sido roto por la irrupción con fuerza descomunal de una nueva opción que se perfila como la más potable, la más segura y la más promisoria.

Votar es un deber y un compromiso patriótico, sobre todo, en momentos en que tendremos que elegir quién tomará el timón del destino nacional durante los próximos cuatro años. Y este no puede ser alguien inexperto, sin experiencia de Estado, ni mucho menos alguien incapaz de articular bien sus propios pensamientos y embarrado por la corrupción gubernamental.

En este sentido, el voto que echemos en las urnas nos puede salvar o nos puede hundir más. También, al momento de sufragar hay que rechazar la intimidación, las bravuconadas y la coacción del gobierno de que impondrá resultados basados en la fuerza del poder y en trampas electorales.

El pueblo dominicano hace tiempo que creció y ya no le tiene miedo a ningún “cuco” azuzado por Danilo Medina y sus secuaces. Quienes tienen que estar bien asustados son ellos por las sombras de la derrota y por el asomo del fantasma del juicio que tendrán que enfrentar en los tribunales.

Es hora de poner en la balanza de la conciencia nacional a los candidatos que tercian en el actual torneo electoral. Si lo hacemos así, veremos que hay un candidato que inclina la balanza a su favor por su mayor peso intelectual, político, social, liderazgo nacional e internacional.

Es verdad que votar es una responsabilidad ciudadana. Pero más verdad es que debemos votar bien para evitar las negativas consecuencias de votar mal. Y votar bien es hacerlo por el mejor, por el más preparado y capacitado, por el más comprometido con los desheredados, por el que mejor representa los intereses comunes, por el que más sabe cómo enfrentar y salir de las crisis que nos sobrevienen, como es el caso del Dr. Leonel Fernández.

En cambio, votar mal es hacerlo por moda, por impulso superficial, por influjo de la propaganda falsa y dejarse llevar de encuestas tendenciadas. Debemos sopesar bien nuestro voto para que no tengamos que arrepentirnos después, para que no nos veamos posteriormente en la necesidad de salir a protestar por la mala gestión de un gobierno que nos crearía sentimientos de culpa por haberlo elegido nosotros mismos.

Medir y pensar bien el voto que vamos a depositar en las urnas significa considerar que no es por un par de meses que tendremos que sufrir las derivaciones de una mala decisión, sino por cuatro largos años de nuestra vida, que no podemos darnos el lujo de perder así por así. Y lo que se haga en ese cuatrienio hasta nos puede afectar por una década.

De ahí la importancia de no votar a la ligera por el más pegado en la propaganda, sino por el más medido y valorado en nuestra conciencia. Si los amigos lectores me han acompañado hasta aquí, sabrán a quien me refiero. A un líder de verdad, a un hombre curtido en el conocimiento y en muchos saberes. A un político innovador y renovado que aprendió del pasado para no repetir los errores incurridos.

Hablamos del doctor Leonel Fernández, el voto más consciente e inteligente, el voto de la esperanza nacional, el voto de los que los que más aman a su país, el voto que nos rescatará del atolladero en que nos han metido.

 

 

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Leonel, en las manos del pueblo

Por Pascual Ramírez.-

Dondequiera que llega Leonel se siente la magia de un líder que imanta a las masas, que comulga con su pueblo, que levanta euforia y entusiasmo. Las gráficas y los videos son bastante elocuentes.  Muestran que la gente, espontáneamente, se arremolina alrededor de él, alineándose detrás de sus propuestas de nación; y las juramentaciones demuestran las adhesiones eficaces.

Pero a pesar de eso, se nota un esfuerzo malicioso de ciertos sectores por subestimar y minimizar esa realidad, que a fuerza de ignorarla, buscan invisibilizarla, pero la realidad es necia y le estalla en la cara. Las cifras de las encuestas ocultan, inexplicablemente la verdad en lo concerniente a la aceptación del leonelismo.  Y al hacerlo, buscan confundir la voluntad del ciudadano. Los grupos empresariales que manejan las encuestas buscan a toda costa redirecionar la voluntad popular ante la inminente derrota del candidato títere del gobierno.  

La fuga de militancia que en grandes hemorragias abandona el partido de gobierno, dejándolo debilitado y anémico, para engrosar las filas de la Fuerza del Pueblo, no se refleja en esas encuestas. No se concibe que releguen a Leonel en un lejano tercer lugar en base a percepciones creadas e impuestas mediáticamente,  a menos que existan unos extraños conciliábulos conspirativos entre sectores del poder económico-empresarial y el gobierno de Danilo Medina.

Estos grupos económicos le hicieron una concesión mediática a la facción corrompida del PLD, de que si no podían colocar al Penco en primer lugar, por lo menos, le concedieran un segundo lugar para impedir que el edificio corroído y alicaído del moribundo PLD se le derrumbe encima antes de tiempo.

De ahí que no importara cuan cuantioso, masivo y voluminoso fuera el crecimiento de la Fuerza del Pueblo y de su factor multiplicador: la candidatura presidencial del doctor Leonel Fernández, quien ya estaba predeterminadamente condenado a ser ignorado, opacado y apocado por ese pacto de los altos centros de decisiones del país.

Las gruesas diferencias entre las encuestas con relación al porcentaje de preferencia que le dan a Leonel solo se explican bajo este argumento lógico. Porque no se entiende que siendo las encuestas retratos de un momento, ese retrato sea distinto en el mismo momento en que el pueblo se volca a favor del Dr. Leonel Fernández.

Es decir, que según sea el ángulo desde el que te enfoquen, tú te verás más feo o más apuesto. Así de tendenciosas y sesgadas se están comportando las encuestas que relegan a Leonel a una posición que no se corresponde con las expectativas que está levantando y con el fervoroso apoyo que está concitando en el corazón del pueblo.

En este contexto, viendo las cosas panorámicamente, vemos que estamos en presencia de una gran conspiración coyuntural entre poderes facticos (políticos y económicos) en contra del arraigo que tiene Leonel en el corazón del pueblo, donde se ha sembrado y de donde nadie podrá sacarlo por más manipulaciones engañosas que ejecuten.

Estos grupos económicos, en principios aliados al gobierno, trataron de crear la percepción de un empate ficticio entre el candidato de Danilo y el candidato del PRM como forma de ir orillando a Leonel, para sacarlo del juego de la competencia electoral ante el inminente triunfo que representa Leonel al clasificar en una primera vuelta.

Ahora, al darse cuenta que el candidato del gobierno no despega ni repunta, redirecionan la estrategia y empiezan apuntalar otro escenario electoral dando a entender un cambio de actitud en el pueblo, pero en verdad es el que ellos quieren. Esos poderes fácticos en la actualidad buscan imponerle al pueblo candidatos mediante mecanismos artificiosos.

Desestiman  a Leonel,  porque no es un candidato al que ellos podrán narigonear o manipular, conscientes de que están frente a un líder de firmes convicciones, sólidos principios y de alta formación intelectual. Sin embargo, toda esa estrategia es contradictoria con la realidad electoral de la República Dominicana, en donde Leonel ha venido de forma sostenida mostrando que el país le apoya.

El país en las actuales circunstancias tiene dos caminos, primero votar por el candidato que deseen esos grupos facticos, o elegir el que el pueblo quiere y desea para la solución de sus males.

En sus manos está la decisión de votar por Leonel, que es el candidato ideal en las actuales circunstancias que vive el país, con el plan más inclusivo e inteligente para sacar al país de la actual crisis o votar por un candidato que desde ya está amarrado a los intereses de los grupos facticos. Por todo esto, la suerte de Leonel está en las manos del pueblo.

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El gobierno y su película de terror: “El covid mata; No existe vacuna contra el coronavirus”

Por Pascual Ramírez.- 

El miedo siempre ha sido un instrumento sumamente poderoso para inducir conductas en una dirección u otra. La utilización del miedo reporta beneficios políticos momentáneos que se diluyen tan pronto desaparece la causa que lo provoca o se descubre la mentira en que se apoya.

Ahora, en la República Dominicana, a través del ministerio de miedo y espanto, llamado Salud Pública, se está construyendo a través de bocinas pagadas una narrativa de miedo que es amplificada por los medios masivos de comunicación, con la idea de que lo mejor no es votar sino esconderse dentro de la casa.

Con mensajes (dramatizados con calaveras para que produzcan un efecto más tétrico) como “El covid mata”, “No existe vacuna contra el coronavirus”, el gobierno está realizando su última película de terror, explotando  nuestros temores y nuestras pesadillas, para que, paralizados por el miedo, nos quedemos en nuestras casas junto con el voto con el que  podríamos cambiar este gobierno y el destino del país.

El protagonista de esa película es la pandemia de coronavirus y sus productores son el Gobierno, Danilo y Gonzalo, quienes se están convirtiendo en asustadores profesionales para amedrentarnos hasta la parálisis. Saben que atemorizados nos transformamos en personas más manipulables, y eso es lo que ellos quieren hacer de nosotros.

Nos quieren asustados, para que solo pensemos en salvarnos individualmente, azuzando el temor a la amenaza invisible que acecha en cada esquina. Valiéndose del terror buscan paralizarnos o hacer que huyamos frente a la responsabilidad que tenemos con la nación, con la historia, con la patria y con el pueblo. Es decir, andan buscando una masiva abstención forzosa.

Pero no lo van a lograr, porque ya este pueblo perdió el miedo de tanto vivir en el miedo: miedo a la delincuencia, miedo a la violencia, a los abusos del gobierno, miedo al chantaje, miedo a la extorsión, miedo a los ladrones de toda calaña, miedo a la corrupción que roba nuestro futuro, miedo a los fraudes electorales, en fin ya no hay miedo.

De modo que, ante este capítulo de terror aumentado en este tramo final de la campaña electoral, para crear un ambiente de pánico nacional que se traduzca en menos votos en las urnas el 5 de julio. Sí, porque el temor del gobierno es que la gente salga a votar y que lo haga masivamente.

Porque su derrota será del mismo tamaño de la cantidad de dominicanos que vaya a votar, por eso quieren provocar una gruesa abstención electoral, acompañada por la poderosa maquinaria peledeísta de tráfico de voto que lleva a  muchos infelices a votar por un picapollo más 500 pesos en los bolsillos.

La clase media que llenó la Plaza de la Bandera y propicio la derrota electoral en las elecciones municipales pasadas, tiene otra vez la misión de cargar el país en sus hombros, yendo a votar con determinación y decisión. A ellos no llega el pan con salchichón.

Los sectores de clase media, que son los más conscientes, y por ende, los que más se cuidan, solo deben mantener la distancia y asumir sus protocolos de seguridad, dentro de la decisión de ir a votar para poner fin  a la verdadera pandemia que nos azota: el peledeísmo danilista.

La Fuerza del Pueblo y Leonel Fernández los exhortan a vencer el miedo para derrotar a los corruptos insaciables que todavía aspiran a seguir pegados de la ubre nacional.

 

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Las bases del PLD en la hora de las definiciones

Por Pascual Ramírez.- 

Se acerca la hora de las grandes definiciones y no es tiempo para titubear ni quedarse paralizado por el miedo o la indecisión, esperando a que el tren de los acontecimientos nos pase por encima y nos aplaste. Es tiempo de reaccionar y darse cuenta dónde está nuestro verdadero lugar y las raíces de nuestros principios e ideales que una vez nos llenaron de orgullo, utopía,  motivación, y que nos dieron una razón de ser que ya no existe, pero que todavía estamos a tiempo de rescatar.

Las bases del PLD pueden recuperar la mística, la disciplina, la organización y el método de trabajo que una vez hizo a su partido grande, aun siendo pequeño estructuralmente. Pero no podrán conseguirlo quedándose allí, anquilosadas, usadas y secuestradas por una corporación financiera que solo las utiliza como plataforma para satisfacer sus ambiciones desmesuradas.

Las bases moradas se encuentran ante el reto de empacar y hacer la mudanza hacia un nuevo hogar donde podrán encontrarse a sí mismas y reencontrarse con el liderazgo político que las llevó por primera vez al poder, donde han estado desde hace veinte años.

Esos 20 años se ven ahora amenazados, con riesgos de perderlo todo, por culpa de un candidato que no las representa ni tampoco ha podido calar dentro del electorado nacional. Y es que la simpatía, la credibilidad, la admiración y el respeto entre la población no pueden ganarse a salchichonazos limpios y lanzando pollos, al puro estilo de un hombre de pocas luces como el penco, quien burla y humilla al pueblo al tratarlo como perros hambrientos, a quienes le asigna un precio como si fuera un producto de baja calidad.

Es hora de dar el salto para salvarse y miles de miembros del PLD lo están haciendo ya, cuando renuncian en masas de ese barco que está haciendo agua y que se está hundiendo. Las masivas juramentaciones diarias por toda la geografía nacional de exmiembros y dirigentes del PLD que pasan a engrosar las filas de la Fuerza del Pueblo, debe hacer sonar la alarma para los que están indecisos se decidan.

Las crisis, el peligro, las amenazas y los desastres que se avizoran en el ambiente brindan a la militancia peledeísta, que todavía se ve obligada y forzada a permanecer allí por empleos y conveniencias del momento, la oportunidad de centrarse en lo que tienen en común con la Fuerza del Pueblo y con su líder, Leonel Fernández.

Si pasan balance, verán que tienen más en común con el partido verde que con el morado, lo que debe ser un sabio motivo para reexaminar su lealtad y su militancia. Y cuando hagan este reexamen se darán cuenta que sus reales vínculos, similitudes y esperanzas están en los predios de la Fuerza del Pueblo.

De modo que, ante el desastre electoral que se aproxima, el ciclón batatero que amenaza con chapear a todos los peledeístas en la administración pública, los peledeístas de abajo deben ya de reflexionar para saber que Leonel es su mejor garantía de triunfo y que esto debe importar mucho, porque corren el riesgo de durar varios cuatrienios fuera del poder, como le sucedió al PRD.

A los miembros de la corporación financiera del Comité Político que acumularon fortuna y que pueden vivir hasta 5 vidas sin que se les acabe el dinero, eso les he indiferente. Pero a quienes solo tienen su empleo para responder a las necesidades de su familia, su empleo lo es todo, y más en un país donde el estado es el principal empleador. Y eso es lo que está ahora en la cuerda floja, con un candidato, que por cierto, es un mal equilibrista.

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Leonel Fernández: Entre lo imposible del uno y la desesperación del otro

Por Pascual Ramírez.-

Hay quienes utilizan las encuestas de una manera viciada para distorsionar la realidad y crear percepciones falsas que se correspondan con sus intereses políticos. De este modo, un instrumento valioso para sondear lo que pudiera suceder electoralmente a partir de la foto de un momento, se convierte en una herramienta perversa, que en lugar de medir preferencias y proyectar tendencias, lo que busca es hacer daño político mediante la manipulación y la trampa.

El objetivo de dañar políticamente al adversario a través del uso tramposo de las mediciones electorales, se potencia cuando los números no le dan a un candidato, cuando éste se encuentra en una posición desventajosa y para  sortear su incómoda situación recurre al falseamiento de datos, a fin de tratar de colarse forzosamente entre las opciones presidenciales y por ende manipular la intención del elector.

Es decir, la estrategia de hacer pasar lo imposible como posible, basada en buscar cierta lógica al absurdo, degenera en desesperación ante una campaña que no puede vender lo invendible, sobre todo, cuando se sabe que el producto es malo per se.  Así vemos, que la estrategia del tristemente célebre Penco, pendula entre el extremo de la imposibilidad y el extremo del desespero, a tal punto que ha llevado a su compañera de boleta a sufrir pesadillas a destiempo.

Qué tarea más cuesta arriba tiene el Penco: La de crear una realidad ficticia, convirtiendo el absurdo de su candidatura en la lógica de la mayoría del electorado. No es fácil chocar de frente con las duras paredes de la realidad y absorber los golpes recibidos en el empeño de la tozudez.

Partiendo de lo racional y de lo lógico, a nadie podría ocurrírsele que el candidato ilegitimo del presidente saliente Danilo Medina pueda aparecer en una encuesta delante del candidato del PRM, pero tampoco que ese candidato pueda estar por encima del tres veces presidente de la república, el Dr. Leonel Fernández.

Los números de las encuestas pro-Penco solo sirven para presentarlo como un iluso fantasioso que se cree sus propias imaginaciones. Pero la realidad está ahí, y por más que quieran y tergiversen, colocando a Leonel Fernández en un lejano tercer lugar en sus proyecciones, el candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo es una realidad electoral de primera línea.

De esta manera, quienes buscan socavarlo, empequeñecerlo y descalificarlo, se llevarán tamaña sorpresa cuando vean cómo el León pasa sin mucha bulla a la segunda vuelta, con el voto del pueblo y el apoyo silente de las bases del PLD, convirtiendo su empuje electoral en el mejor sueño de la esperanza popular y en la peor pesadilla del danilismo en el ocaso, y la más seria amenaza al candidato del PRM que ha perdido el encanto pasajero que tuvo en algún momento.

Vista así las cosas, Leonel se encuentra bien situado entre el uno y el otro. Entre aquel que confunde lo imposible con la realidad y que por eso no va para ninguna parte, y  aquel que ya está siendo presa de la desesperación al ver cómo se le escapa entre sus dedos un triunfo que solo le sonrió momentáneamente. Porque la verdad es que a la candidatura del puntero en las encuestas parece que le dio coronavirus y lo ha dejado muy anémico y desmejorado políticamente, y en esa situación de debilidad le aterra tener que enfrentarse a Leonel Fernández, en una segunda vuelta.

Las encuestas perremeistas manejan también la estrategia de escoger al candidato más vulnerable, al más fácil de vencer (el Penco), que sería para ellos como un paseo dominguero. Y por la misma razón, colocan a Leonel en el tercer lugar, buscando desmoralizar a sus seguidores y sacarlo de la competencia, pues le atormenta pensar el tenerlo como contendor en una segunda vuelta.

Es decir, que tanto el candidato del gobierno como el candidato del PRM tratan de imponer la percepción de que uno está en primero y el otro en segundo, cuando en realidad todas las encuestas serias le dan un sólido segundo lugar al doctor Leonel Fernández, que es todo lo que necesita para desbancar a quien está transitoriamente en primero. ¡Y eso lo comprobaremos pronto!

 

 

 

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El costo de la improvisación y el aprendizaje pueden salir caros

Por Pascual Ramírez.- 

Las empresas operan bajo el criterio de obtener la máxima utilidad al menor costo posible. Nadie está dispuesto a pagar por un beneficio transitorio o duradero un precio demasiado alto que haga injustificable la adquisición de un bien.

En la vida todos nos comportamos poniendo en la balanza la relación costo-beneficio en todos los órdenes. Incluso, hasta la belleza y los placeres los sometemos a este juicio de la racionalidad. Ese cuadro, que tanto nos gusta y tantos goces estéticos nos produce, no vale la sangría que sufriría nuestra economía personal o el bienestar familiar.

El ser humano tiende a hacer comparaciones entre lo que obtendrá y lo que significa esa obtención para sus bolsillos. Esa mujer bella o ese hombre atlético no valen los daños a nuestra salud física, emocional o espiritual que nos produciría en una relación tóxica.

También, las organizaciones humanas vivas como la sociedad y las naciones se rigen por la búsqueda de lo que nos produce felicidad y bienestar, pero no a cualquier costo. Porque hay precios que nos resultan impagables desde el punto de vista de los sacrificios y de lo que estamos dispuesto a pagar para obtener algo.

Si eso lo hacemos con las cosas que nos dan sensación de agrado, con más razón no estamos dispuestos a pagar ningún precio por una mercancía mala. Así también hay políticos de mala calidad, sin ninguna capacidad ni preparación para gobernar. Son políticos que si lo ponemos en la balanza solo suman problemas.

Se trata de políticos improvisados, que careciendo de las cualidades más elementales para conducir los destinos de un país, nos saldrían muy caros por las consecuencias que tendríamos que pagar todos los dominicanos. El país entero se vería obligado a pagar el costo del aprendizaje con estos aprendices a presidente. Y a qué precios, pues a falta de capacidad, de experiencia  y de escuela política, tendrían que aprender a bases de golpes y de errores muy costosos para un país crisis.

Es más, desde ya hay uno que le está saliendo muy caro, no solo a su partido sino a todo el país, pues su candidatura se sustenta en el derroche de los recursos del Estado que pagamos con nuestros impuestos y ni aun así prende. En la relación costo-beneficio para el país, el aludido candidato políticamente no vale ni un centavo. Por eso, para darle algo de valor le han puesto al lado a una exprimera dama que también está perdiendo el atractivo que pudiera tener al ser segundona de un aspirante presidencial de baja calidad, opaco, sin ningún brillo.

Dicen que las equivocaciones cuestan mucho y es verdad. Todos sabemos las penurias que padecimos cuando elegimos a un presidente que nunca sabíamos cuándo actuaba como cómico y cuando como presidente, pues hizo de algo tan serio como gobernar un puro relajo y hasta tuvimos que soportar sus burlas y chistes ofensivos como signos de su presidencia.

Tuvo que venir Leonel Fernández para rescatarnos de los infiernos en que había arrojado el país.  Hoy, otra vez, Leonel tiene la igual misión de impedir que  el país vuelva a caer en el caos, propiciado por manos inexpertas e improvisadas, sobre todo, en tiempos de crisis que es donde más se necesita de la sabia guía de un estadista que sabe cómo es que vamos a salir bien de esto, pues ya lo hizo y lo hizo muy bien en las crisis financiera de 2008, cuando el país creció y salió indemne de aquella tormenta económica, mientras otros países naufragaban.

La República Dominicana tiene mucho que aprender del pasado y por eso no debe errar otra vez, eligiendo un candidato de dudosa legalidad, sin ningún conocimiento de la responsabilidad que conllevaban las cosas del Estado. Hemos aprendido, que los pueblos que no aprenden de su historia están condenados a repetirla.

Igualmente, de un tonto solo pueden esperarse tonterías, y de un improvisado, improvisaciones, y el país no es un tubo de ensayo para que se pongan a inventar con él. Máxime, si se trata de un mal experimentador. Por eso, hay que ir a lo seguro, a lo probado, a lo que funciona demostradamente y todo eso tiene nombre y apellido: Leonel Fernández.

Nosotros estamos apostando a la inteligencia del pueblo dominicano, y especialmente, de las bases del PLD, que ahora tiene la oportunidad de elegir a quien eligieron de verdad en las primarias, pero que luego retorcieron su voluntad. Es el momento de reconciliarse con su líder en las urnas  para así derrotar los despropósitos de los caprichos del presidente saliente Danilo Medina.

 

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Gedeón Santos: Los iguales se juntan

Por Pascual Ramírez.- 

Que los iguales se atraen es una ley natural de la vida que la podemos comprobar a diario en nuestras relaciones humanas, laborales, familiares, personales, sociales, sentimentales, y por supuesto, hasta en los contactos y afiliaciones políticas.

Existe una tendencia general de buscar y juntarse con gente como uno, que compartan los mismos intereses, visión de la vida, valores, concepciones, principios, afinidades. Es por eso que los perversos y las personas del bajo mundo se ven reflejados en otra persona igual de perversa y baja, formando así una asociación de malhechores, capaz de cometer olímpicamente todas las tropelías propias de las bajas paciones humanas.

Asimismo, los corruptos coinciden con otros corruptos y se alían para hacer desfalcos, enriquecerse ilícitamente, enlodar reputaciones y desfondar al país, sin importar si tales acciones rompen familias o producen miserias. En cambio, la gente honrada y correcta se esfuerza en no hacer causa común con bandidos, con degenerados, deshonestos, con prevaricadores, sin ética y con toda suerte de maldad.

El individuo honesto y correcto no quiere que lo confundan y marcan distancia, como si de una peste se tratara, con las personas de conducta turbia, opuesta a sus valores y creencias. Sabe que hay mucha verdad en la sabiduría del refrán que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.  Y en las organizaciones, en la política y en los partidos, la sentencia de este refrán se cumple a plenitud.

De ahí que el político honesto, digno y moralmente íntegro, cuando siente que su partido u organización ya no le representa dentro del marco de esos valores porque los principios fundacionales que le dieron origen ya no existen, renuncia de ahí. Porque no quiere que lo igualen con esas rémoras. Porque siente que su razón de estar ya no existe y tampoco se contenta con el relativismo moral de “juntos pero no reburujados”, porque se niega a aceptar la doble moral como  condición del ser.

En ese contexto, entendemos y comprendemos la renuncia al Partido de la Liberación Dominicana de Gedeón Santos,  a quien nunca he visto ni he tenido el gusto de conocer, pero a quien he admirado por su pluma preclara y por sus enjundiosos análisis que lo retratan como una persona con valores y principios contrapuestos a la entidad morada que acaba de abandonar.

A mi entender, Gedeón es un pensador profundo con convicciones políticas y sociales muy sólidas, y sobretodo, con una visión clara de hacia dónde debe ir el país. No me extrañó en modo alguno verlo acompañando al Dr. Leonel Fernández, partiendo del principio de que los iguales se juntan y lo hacen para grandes y buenos propósitos, en el caso de gente como ellos.

El apoyo de Gedeón a Leonel nos indica que los peledeístas que aún creen en los ideales boschistas, indefectiblemente, se irán a la Fuerza del Pueblo para apoyar a Leonel, porque como bien dijo Gedeón, el PLD no es hoy más que un cascarón “moribundo” en cuidado intensivo, cuya vida pende del respirador artificial que le provee el presupuesto nacional de la república.

Así como Gedeón huyó de aquel antro de pusilánimes y serviles, estoy seguro que otros, indignados y asqueados, seguirán sus pasos, sobre todo, aquellos que todavía ven la política como el arte de servir y a Bosch, como el estandarte más alto de la ética del servir público. Y creo que en ese contexto podríamos incluir las bases pertenecientes a la facción restante del PLD que liderea el presidente saliente de la Republica Danilo Medina.

Es por esta razón, que las bases, que son sabias, estoy seguro que se irán con Leonel en la primera vuelta y muchos de ellos empezaran a hacerlo públicamente. Al igual que, Gedeón Santos, ya esa base no tiene razón para estar ahí, debido a que esa organización hoy es una simple corporación financiera de millonarios y oportunistas, donde no se respira el aire limpio del aura moral que rodea a gente como Gedeón Santos.

 

 

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¿Por qué Danilo juega la Ruleta Rusa con el PLD?

Por Pascual Ramírez.-

La línea que separa al ser humano de los demás miembros del mundo animal es la posesión de la razón. Se supone que siendo el hombre un ser racional, todos los actos conductuales que emanan de él debieran estar basados en la razón y la lógica.

Pero vemos con asombro cómo algunos políticos parecen que lindan más, en sus acciones, con el estado de irracionalidad animal que con el uso de la inteligencia racional. Es más, muchos animales demuestran una inteligencia natural que los impulsan a olfatear el peligro, reaccionando ante la amenaza para preservar su vida, por simple instinto de conservación. Es decir, que ni siquiera los animales irracionales tienen una vocación suicida, pues ante todo, buscan la manera de ponerse a salvo frente a sus depredadores.

De un líder político, máxime si es un presidente, se espera un accionar más inteligente que el común de la gente, pues maneja información privilegiada para tomar decisiones acertadas, sabe siempre quien está arriba en la preferencia electoral y quien está abajo, quién puede ganar y quién puede perder.

Es el caso de nuestro presidente de turno, Danilo Medina, quien está más enterado que todo el mundo sobre las limitaciones imposibilizantes de su penco, sabe mejor que nadie que el contexto y la situación de crisis que estamos viviendo requieren otro tipo de liderazgo que su candidato nunca tendrá, porque no es capaz de manejar ni la idea más elemental.

Entonces, ¿cómo entender la conducta del presidente Medina? ¿Cómo explicar el empecinamiento de nadar contra la corriente, aunque vea próximo su ahogamiento? ¿Por qué apuesta todavía a una causa perdida, a un ‘caballo’ que no corre ni despega? ¿Cuáles pensamientos obnubilan su mente y su razón para no dejarle ver claro que camina hacia el abismo político?

El presidente debe ser consciente, de que al obstinarse en que Leonel Fernández no fuera el candidato del PLD, él mismo se estaba disparando un tiro en el pie. Porque ahora su futuro es incierto y su suerte está llena de interrogantes. Lo que le pasó al fenecido presidente Jorge Blanco debió haberlo aleccionado para que no se repita en su persona, el vía crucis del mandatario perredeísta.

Pero si no le importaba su destino personal, por lo menos debiera importarle la suerte de las bases del Partido de la Liberación Dominicana, a quienes le esperan momentos muy difíciles de ganar otro candidato distinto al Dr. Leonel Fernández. Y esa gente humilde y marginada del PLD se está dando cuenta de que el candidato del gobierno no gana en ningún escenario, ni en primera ni en segunda vuelta.  Y que todo se trata de una tozudez política y un ego personal que antepone sus intereses a los de los peledeístas de abajo, a quienes buscan tirarlos a la fosa de los leones. No creo que sea justo pedirle más sacrificios a esas bases.

Sin embargo, todo parece indicar que el jefe de estado, y la élite política de la facción restante del PLD, que tienen su problema económico resuelto, y hasta fortuna para comprar impunidad, no está pensando en la militancia del PLD que solo tiene su empleo para vivir y que corren el peligro de perderlo con un candidato que desde antes de arrancar, anda con la derrota en sus bolsillos.

Leonel Fernández, es sin lugar a dudas, el gran garante de que esas bases no sean humilladas, avergonzadas y barridas del tren de la administración pública después del 16 de agosto. Leonel es su seguridad y su garantía de que no perderán el sustento de sus familias, y mejor aún, con Leonel tienen la oportunidad de ser promovidas, dignificadas y consideradas en un nivel superior al que ostentan al día de hoy.

Es por todo eso, que la las bases del PLD debe reencontrarse en las urnas electorales con su líder real, con el doctor Leonel Fernández. No en la segunda, sino en la primera vuelta a fin de sesgar el riesgo de que una hecatombe suceda en primera vuelta. Ese reencuentro debe hacerse en el corazón de cada militante del PLD ahora, en la interioridad de su mente, de su corazón y de sus pensamientos, donde los hilos de la maledicencia de quienes haciendo uso de un poder transitorio, manipulan y chantajean a humildes hombres del pueblo que solo tienen para vivir el sudor de sus frentes.

Instamos a esas bases que no están comprometidas con todos los desmanes de este gobierno, a hacer esa alianza secreta en su corazón con el Doctor Leonel Fernández, el hombre que representa la verdadera materialización del verdadero de cambio de rumbo que ansía el pueblo dominicano, y guardián principal de los principios boschianos.

 

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El verdadero cambio

Por Pascual Ramírez.-

Todos aspiramos a que las cosas cambien y que cambien para mejor. Pero lo que no debemos perder de vista es que la desesperación por salir de los que están nos lleve a optar por un espejismo, por un cambio hueco y poco esperanzador.

En las actuales circunstancias el cambio no puede darse como un simple quítate tú para ponerme yo, como un cambio de color, un cambio de rostro, de nombre, un cambio de partido, un cambio de forma pero no de fondo, noooooo!. Ese no es el cambio que anhelamos y que necesitamos los dominicanos. Apostar por ese tipo de cambio seria jugar a la ruleta rusa.

El cambio para ser verdadero debe ser de esencia y no de apariencia. Para mejorar y no para dejar todo igual, o incluso, empeorar. Contra ese fraude conceptual, estamos previniendo al país para que evite sufrir una experiencia dolorosa como la vivida ya en el pasado. Después, seria tarde para el arrepentimiento

Cualquier cambio que se haga desde esta óptica no sirve a los intereses supremos de la nación y podría significar un salto al vacío o llevarnos a un laberinto, a un callejón sin salida. Sobre todo, cuando nos enfrentamos a una recesión económica como no la habíamos tenido ni conocido jamás. Circunstancia que nos obliga a aguzar más los ojos y la inteligencia para que no nos metan gato por liebre, y a ser más juiciosos, sensatos y acertados en la elección de quién conducirá la nación durante los próximos cuatro años.

Esto quiere decir, que el cambio que todos estamos pidiendo se haga desde la experiencia, desde lo racional, desde lo seguro y desde la certeza de saber que estamos eligiendo a alguien con la capacidad probada para dirigir con acierto, justicia y rectitud  los destinos nacionales.

El cambio por el cambio no tiene sentido.  Por eso, sería interesante que todos los dominicanos  nos preguntemos cambio de qué, y hacia dónde apunta el cambio que nos están vendiendo como cambio, si apunta a ser más de lo mismo.

También debemos que preguntarnos si ese supuesto cambio no será una nueva frustración y otro fiasco más, al carecer de contenido y estrategia de nación. Si estamos ante una falsedad mercadológica y ante una simple pose electoralista para engañar confundir incautos. Y según, vemos y anticipamos, el cambio que se disfraza como tal, solo se trata de siglas diferentes, pero en sí, son las mismas gente que hundieron al país en los insondables abismos de la inflación, de la inestabilidad, el desorden, el caos y la desesperanza.

El país requiere de una persona con la experiencia y con la capacidad probada para manejar crisis y turbulencias financieras, como la ocurrida en 2009, la cual pudimos capear sin grandes daños gracias a que tuvimos a un capitán experto que nos sacó del ojo del huracán y llevó la nave de la nación a puerto seguro, evitando el naufragio y el encallamiento.

Hoy, más que nunca antes, se requiere que el país sea dirigido por alguien con condiciones y habilidades superiores, dado que la crisis que ya se asoma al horizonte duplicaría en intensidad, golpeo y consecuencias a la que sufrimos en 2009. Por eso, no se puede improvisar ni hacer un juego de lotería con alguien sin experiencia de Estado.

Los tiempos que vivimos, con la crisis social que se avecina como consecuencia del Covid-19, así como los consabidos conflictos geopolíticos entre las grandes potencias y guerras comerciales que amenazan con una hambruna mundial, requieren de un líder nacional con trascendencia internacional, que comprenda lo que ocurre en el mundo, y que se mueva entre los líderes mundiales a fin de poder sortear con mejores resultados, los difíciles momentos a que non enfrentamos.

Ahora bien, Leonel Fernández si representa el verdadero cambio, porque ya no está atado al pasado, ya está libre de operar según sus más profundas convicciones y principios, ya tiene las manos sueltas para hacer el gobierno que siempre ha querido y tenía en mente, pero que se hacía imposible desde un partido que actuaba como retranca, producto de una dirigencia rancia en franco proceso degenerativo y de corrompimiento cupular.

Sin grupos corporativos que actúen como mafia y socios de negocios impuros, sin personajes tramposos que urdan componendas y fabriquen emboscadas traicioneras, sin nadie que le ponga trabas y atraviesen palos en las ruedas, Leonel camina libre y seguro hacia el objetivo de lograr el sueño de una patria liberada de miseria, corrupción y atraso.

Ahora tenemos a un Leonel Fernández recompuesto y renovado en términos de sus ideales, visión y vocación de servir a su pueblo. Y ese es el verdadero cambio.

 

 

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Leonel Fernández, más allá del intelectual

Por Pascual Ramírez.-

Hablar o tratar de describir a Leonel en su dimensión política y humana es como tratar de establecer dónde empieza la línea del horizonte cuando contemplamos el paisaje marino. Ser humano y ser político a la vez se confunden, se unen, se funden, se entremezclan, se complementan, pues ambos aspectos se impregnan y se intercambian, haciendo que el político sea más humano y el ser humano más político, para formar una unidad de propósito y un objetivo de vida.

El origen humilde de Leonel Fernández, nacido en el barrio de San Carlos y criado en Villa Juana, impregnaron su formación desde muy temprana edad, haciendo que este hombre, proveniente de la misma entraña del pueblo, sienta que sus mismas raíces lo llaman a abogar por los humildes, por aquellos que no tienen voz  ni tribuna que los defienda.

De ahí la exquisita sensibilidad social y humana que lo hace identificarse con el sentir popular, con los de sus mismos orígenes, con los desheredados de la fortuna, cuya redención social se ha constituido en la gran misión de su existencia.

Veamos a Leonel como el ser humano que tuvo que irse a Nueva York con su madre como miles de dominicanos los hicieron antes y después de él, como tantos de los que estamos en los Estados Unidos, en el exterior y en la gran urbe neoyorkina. Hasta que la historia y el destino lo convocan a jugar su rol en el territorio que lo vio nacer.

Movido por sus profundas convicciones sociales y políticas, decide que su compromiso y crecimiento como ser humano no estaba en quedarse en la gran nación norteña, pese a las grandes oportunidades que para un joven como el representaba quedarse en los Estados Unidos; sin embargo él no pensaba solo en su superación individual sino en la superación colectiva a través del aniquilamiento de la pobreza, el hambre, el atraso, el desempleo y el porvenir de sus conciudadanos en la Republica Dominicana.

Al llegar al país, no se asocia al poder de turno, ni se involucra en una empresa personal de carácter pecuniario, sino que se va a la cera del frente, (pese a los riesgos que en aquel entonces eso representaba para un joven) y se pone del lado de los humildes, donde él entendía que en ese momento estaban los ideales de liberación y libertad para el pueblo. Se pone al lado de un prócer como Juan Bosch, se nutre de su ejemplo, sabiduría y sacrificios patrióticos, destacándose como su discípulo más aventajado. Así inicia una carrera política que lo llevaría a la cumbre, pero no para ascender y acumular bienes materiales o hacer negocios con el estado, sino más bien,  para servir mejor al país y a su gente.

Esta decisión, nacida de lo más profundo de su conciencia y del amor por su pueblo,  no auguraba en la época una vida de confort sino de pesares, desprendimiento y posible persecución. Entendiendo que esta misión de vida requería dotarse de una formación intelectual,  académica y política, se hace un gran pensador cuyas reflexiones y estudios de las realidades del país se convierten en proyectos de esperanza en espera de cristalizarse, llegado el momento de saldar la deuda social acumulada, y que el prometo realizar en lo que ha llamado, la segunda ola de transformación en la Republica Dominicana.

Desde la presidencia de la República Leonel Fernández emprende la más vasta obra de redención social y humana, que empieza en el año 1996 y continúa en el periodo 2004-2008, inaugurando una época de oro para el país, de crecimiento al más alto nivel, de estabilidad económica y recuperación de la confianza y fe en el país, tras la debacle del gobierno hipolitista que nos dejó en ruinas.

Fernández se distingue por impulsar una política exterior que rescató a la República Dominicana del aislacionismo, poniéndola  en el mismo centro de los procesos de integración regional y globalización del país.

Como estadista y hacedor de obras que benefician a las grandes mayorías y que marcan su impronta, Leonel sembró el país de infraestructuras que crearon las condiciones para nuestro posterior desarrollo: escuelas, parque cibernético, hospitales, centros educativos, carreteras, túneles, puentes, elevados, etc. De ahí que sus gestiones de gobierno sean consideradas y tenidas como las más progresista y modernizadoras que el país haya tenido en toda su historia.

A Leonel no se le conocen empresas ni acumulación de riquezas, sino más como un servidor social, como un líder orientador, hombre sensato, conciliador, humanista, hombre que cree en la palabra dada, en el compromiso, en fin, un hombre que mira a la persona de frente, y cuya mirada se funde en una razón más que justifica su presencia en escenario político. Su férrea formación académica, le facilitan en el mundo una posición acomodada, sin embargo a diferencia de otros, su formación intelectual la ha puesto al servicio de las masas irredentas del país.

A juzgar por todo esto, Leonel Fernández es un hombre en el cual se puede creer y confiar para seguir y completar su misión de engrandecimiento del país y de todos los dominicanos. Leonel es más que un intelectual. Aprovechémoslo!

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Leonel Fernández, un líder renovado

Por Pascual Ramírez.-

Los cambios más importantes que han sucedido en la historia provienen de líderes o personas que se han atrevido a dar pasos arriesgados y desafiantes, pero con la certeza de que conducen a un destino cierto, máxime cuando se comprendía que desde donde estaban no se podía llegar a donde querían y se necesitaba llegar.

El profesor Juan Bosch, también tuvo que hacerlo en su momento cuando se dio cuenta de la imposibilidad de “desgarrapatizar al buey”, en referencia a una organización carcomida por un proceso acentuado de inversión de valores, de lo cual nunca se ha podido recuperar.

Leonel Fernández Reyna.

Bosch sabía que renovarse era un imperativo del momento para potenciar las perspectivas de poder del nuevo partido que fundó y también para recomenzar mejor su misión  política socialmente redentora. Hoy, su discípulo más aventajado, el doctor Leonel Fernández, se vio compelido por la historia a seguirle los pasos. De ahí la fundación del partido Fuerza del  Pueblo que nace como negación y superación del PLD de hoy, en lo ideológico y en los principios.

El nuevo PLD se ha convertido en una estructura corroída por el arribismo, esclerotizada por el sectarismo y el grupismo; desgastada por el oportunismo y las ambiciones desmedidas, y anquilosada en el tiempo. Ya no tenía sentido para el presidente Fernández quedarse en un partido que había perdido su razón de ser y su mística original, y sobre todo, se había constituido en una corporación de intereses pecuniarios, donde lo único que unía a su cúpula dirigencial era la pura y simple repartición de los cargos y canonjías del poder .

En este sentido, me atrevería a retar a cualquier ciudadano a que me diga cuando fue la última vez que  escuchó a un miembro del Comité Político o Central del nuevo PLD,  quizá con alguna excepción, hablar de un problema nacional, de alguna propuesta de solución o de interés para la ciudadanía.

En ese contexto, resultaba cuesta arriba para Leonel tratar de liderar un partido con un grupo de individuos que habían dejado atrás los principios del boschismo y los planes de nación que le dieron fundamento existencial al viejo PLD, entidad que ha involucionado, convirtiéndose actualmente en un ente corporativo para la búsqueda de lucro personal, como fin último del usufructo y búsqueda del poder.

En este histórico momento de cambio que vive el mundo en todos los órdenes de la vida cotidiana, incluyendo el aspecto político, los líderes de las tallas del Dr. Leonel Fernández tienen que ponerse a la altura de las circunstancias, no temiendo enfrentar a las fuerzas obstruccionistas que impiden dar un giro de timón a la nación para superar el atraso y colocar al país, en el concierto de naciones avanzadas y civilizadas del mundo.

Es por todo eso, que la fundación del Partido Fuerza del Pueblo debe ser visto como un gran salto hacia adelante en el camino de la renovación política y el fortalecimiento del liderazgo leonelista, sin aquellos individuos que solo servían de retranca para que no pudiera impulsar sus ideas y su visión de país.

Durante sus últimos años de militancia en el nuevo PLD Leonel tuvo que cargar sobre sus hombros situaciones que solo por disciplina partidaria tenía que soportar, pero que no representaban sus íntimas y verdaderas convicciones de estadista y profundo amor por la liberación de las masas irredentas.

Hoy, Leonel Fernández es un líder renovado, es una realidad nacional, es un compromiso con la mayoría humilde del país, es un proyecto renovado acorde con las necesidades y expectativas de todos los dominicanos de buena voluntad  pero con la aguda inteligencia de entender todos y cada uno de los grandes problemas que aquejan a la nación dominicana.

La renovación no depende de la edad, de cara nueva, ni del que haya o tenga muchos tiempos gravitando en el quehacer público; pues nada se consigue con individuos representando estructuras que reeditan las conductas y los peligros que deseamos superar.

Ha llegado la hora de renovar la confianza y la fe de nuestro pueblo en un mejor futuro y un mejor destino, y eso no se podía lograr en un viejo partido que había devenido en feudos de grupúsculos creados para la repartición de privilegios y que habían mostrado su inefectividad para atender las demandas del pueblo. Sin esa carga, Leonel ha devenido en un Líder Renovado.

 

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El voto electrónico y la irrelevancia de la opinión de la Vicepresidenta de la República

Por Pascual Ramírez.-

Qué pena que en asuntos de fidelidades políticas la exprimera dama haya venido dando tumbos, altibajos y vueltas que marean  a cualquiera: un día apoya y se junta con quien la sacó de ser un personaje anodino en el mundo de la política, y  hasta lo besa públicamente, como hizo Judas cuando traicionó a Jesucristo, y otro día abre una zanja política de separación.

Pero como dijo su esposo, el doctor Leonel Fernández, a quien le juró ante el altar estar en las buenas y en las malas, ella tiene su derecho a decidir y hasta opinar. Pero su última opinión, que el danilismo ha utilizado como una daga política y emocional contra Fernández, carece de importancia y trascendencia.

En mi opinión, si bien es cierto que ella tiene derecho a opinar, no es menos cierto que en las actuales circunstancias  políticas que vive la nación, ella debe entender que su opinión puede ser utilizada por los adversarios de su esposo para seguir torciendo la verdad.

La Vicepresidenta Margarita Cedeño,  se  destapó recientemente respaldando el voto electrónico, a contrapelo de lo posición de su esposo que fue afectado por el manejo  desaseado e inescrupuloso  que se le dio en las cuestionadas primarias abiertas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que produjo el candidato del fraude.

Respetamos el derecho que tiene la Vicepresidenta de asumir posiciones públicas conforme a sus intereses cambiantes, mutables y mudables, pero no le damos ninguna principalía política, porque el asunto no se trata de que lo diga una Vicepresidenta, divorciada, no de su esposo, sino de la realidad política que vive el país, muy en especial del partido d Bosch.

La cuestión fundamental va mucho más allá de lo que opine la Vicepresidenta. Lo esencial es que el voto automatizado tiene sus bemoles y que la conservación de la integridad y pureza de nuestra democracia no puede sujetarse a la voluntad omnímoda, empecinada y caprichosa de un zar entronizado en la Junta Central  Electoral que está haciendo peligrar la idoneidad y la confianza en nuestro sistema democrático, y más aún el próximo torneo electoral de 2020.

El líder del partido La Fuerza del Pueblo (LFP) y de una coalición de partidos que creen en su proyecto de nación, Leonel Fernández, no está solo en su posición de oponerse a la implementación del Voto Automatizado, sobre todo después de haber experimentado en carne propia sus consecuencias fraudulentas. Detrás de él hay un historial de desaguisados electorales que respaldan sus objeciones.

Países avanzados y democracias desarrolladas como Alemania, Finlandia, Holanda, Irlanda, Noruega y Reino Unido están contestes con Leonel Fernández en que el sistema electrónico de votar no es absolutamente confiable, es vulnerable y hackeable, y por ende, no se puede hacer depender de él a la fiel expresión de la voluntad popular.

Por ejemplo, en Alemania, en 2005, después que se realizaron las primeras elecciones parlamentarias con votación electrónica, desistieron de utilizarla en 2009, tras varios pleitos y denuncias judiciales. Allí, la Corte Suprema declaró inconstitucional la utilización de urnas electrónicas por “no permitir el sistema de votación electrónica la fiscalización del proceso electoral por personas sin conocimientos técnico”.

En tanto que en Finlandia, en 2010, el gobierno decidió descontinuar la votación electrónica. El Gobierno de ese país creó en el 2016 una comisión de expertos para estudiar la factibilidad del voto electrónico. En el 2017, dicho grupo de trabajo determinó que no se debía utilizar la votación automatizada ya que la tecnología no tiene el “nivel suficiente para cumplir con los requisitos de verificabilidad y de secreto electoral”.

Mientras que en Holanda, que fue primera y pionera en la implantación del voto electrónico en 1965, ya en 2006, un equipo de investigadores desvelaron que dicho sistema de voto presentaba fallos de seguridad, lo que motivó al gobierno holandés renunciar en el 2008 a ese sistema de votación, regresando al voto físico en boletas de papel.

Lo mismo pasó en Irlanda, que en año 2000 introdujo el voto electrónico, pero ya en el 2004, “el gobierno irlandés creó una comisión independiente para evaluar la seguridad y confidencialidad del voto electrónico. La comisión examinó la insuficiente seguridad y concluyó que no garantizaba la integridad de la elección”. Como consecuencia de ello, años más tarde, en el 2009, el gobierno anunció la suspensión del voto electrónico, y en 2012, el gobierno decidió de manera definitiva deshacerse de las 7500 máquinas electrónicas adquiridas en el 2002 por falta de fiabilidad.

Lo mismo hicieron los gobiernos de Noruega y Reino Unido. De modo, que si así procedieron en la civilizada Europa con relación al voto electrónico, ¿qué importa, qué importancia tiene lo que diga la Vice presidenta de la República? Lo que importa es la salud y el fortalecimiento de la democracia en la Republica Dominicana la que, sin lugar a dudas encarna la lucha del Dr. Leonel Fernández.

 

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El Voto Electrónico: Cuidados y Advertencias

Por Pascual Ramírez.-

Mueve a justificadas sospechas y suspicacias el comportamiento asumido por los miembros de la Junta Central Electoral, el hecho de que se pretenda imponer un consenso fabricado alrededor del voto electrónico per se, sin someterlo a validaciones y filtros que refuercen la confianza en dicho método de conteo. Los “todólogos” dominicanos y las bocinas pagadas buscan desorientar a la opinión pública con relación al ejercicio del voto electrónico, confundiendo la cautela y el sentido de previsión con la inseguridad, el miedo y la sensación de derrotismo.

Dado que es la primera vez que vamos a votar bajo el método del escrutinio electrónico, no contamos con experiencias previas que garanticen la certeza y la exactitud del conteo de la votación pese a que ha sido ya, una preocupación externada por la sociedad civil. Creo que  lo correcto, justo y precavido es que guardemos ciertas reservas, y blindemos el sistema con el más amplio sentido de transparencia, amén de que servirá como precedente para el próximo certamen electoral.

La defensa del voto popular y la real expresión de la voluntad democrática merecen que no entremos a ciegas por caminos desconocidos, sino partiendo de premisas creíbles y confiables que aseguren resultados aceptables para todos los bandos y no solo para un grupito.

Todos sabemos que el doctor Leonel Fernández es y ha sido el gran impulsor de la modernidad tecnológica en la Republica Dominicana, y por consiguiente sabe que como producto humano la tecnología no es infalible y está sujeta a errores, manipulaciones y distorsiones técnicas, voluntaria o involuntariamente, y ejemplo de ello tenemos a diario hackers en el mundo  violentando los más sofisticados sistema de tecnología.

Por eso los leonelistas entienden que es mejor, como dice el refrán, prevenir que remediar. De ahí, que buscando adelantarse a los acontecimientos, para controlar sus efectos cuando todavía tienen cura, han alertado sobre la necesidad de ser cuidadoso frente al novedoso método que vamos a estrenar por primera vez en un país con escaso desarrollo en la participación democrática. Ser cuidadoso no es ser miedoso, sino ser verdaderamente inteligente y consciente de quienes le adversan. No puede tener miedo un candidato que, las encuestas creíbles y serias del país le dan más de un 70% en la intención del voto.

El profundo compromiso con la democracia que motivan las perspicacias y advertencias del sector del presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), es lo que lo impulsan a exigir total transparencia  en la implementación de la nueva modalidad del voto, validándola con el conteo físico para que no haya lugar a dudas en la transmisión de sus resultados.

A favor de esta petición está la historia de diabluras, trampas, fraudes y desaseos que se han hecho con el aludido método electrónico, como cuando Al Gore en los estados unidos fue despojado de la presidencia a causa de las distorsiones técnicas que se cometieron en Miami bajo la sombra  y modalidad del voto electrónico.

En tanto que en Holanda se introdujo el voto electrónico en los 90, pero luego de que un grupo de hackers probara en 2006 lo fácil que era alterar los resultados, volvieron al proceso manual.

¿Acaso es mucho pedir que se revise lo que dicen las máquinas versus lo que dicen los votos físicos? ¿A qué le tienen miedo y quienes son realmente los miedosos? ¿Tienen miedo a ser descubiertos y puestos en evidencia? ¿Debemos tenerle miedo a la transparencia? ¿O es que el elector no merece saber que su voto haya sido contado?

Leonel Fernández como demócrata, lo que aboga es que tengamos mecanismos de control y transparencia en las tecnologías de votación que vamos a incorporar por primera vez en las primarias del 6 de octubre. Se trata de defender y proteger la integridad del voto y la voluntad del ciudadano a fin de que los resultados se correspondan con los votos emitidos.  Eso significa ser un verdadero demócrata y un gran amante de la verdadera democracia y la paz del país. No juguemos con candela, y permitamos el conteo manual en el nivel presidencial!

 

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El danilismo, las hormigas y las pisadas del elefante

Por Pascual Ramírez.-

El danilismo tiene mucho que aprender de las hormigas, y se niega, tercamente, a tomar sus lecciones. Las hormigas calculan, desde su diminuta pequeñez, que no pueden desafiar a las pesadas pisadas del elefante, so pena de sucumbir.

De acuerdo al refranero popular, cuando pasa un elefante, las hormigas huyen o se echan a un lado, para evitar ser pisoteadas y aplastadas. En la vida política, hay quienes debieran pedir prestada la inteligencia de las hormigas, y saber, que desde la miniatura política no se puede enfrentar a un paquidermo, a un peso pesado del liderazgo político como el tres veces presidente de la República y presidente del Partido de la Liberación Dominicana, doctor Leonel Fernández.

Con el aval que le da su intelectualidad, y su gigantesca figura política frente a la cual los enanos solo pueden mirarle desde abajo, casi rozando el suelo, según todas las encuestas, Leonel Fernández se encamina con pasos firmes y seguros hacia una indiscutible victoria.

Ante  la realidad de ser sepultado por una avalancha de votos populares, lo mejor que puede hacer el danilismo es abandonar su revanchismo y dejarle el terreno franco a quien el pueblo y las bases peledeista ya validó de antemano, con las firmas de más de dos millones de dominicanos y dominicanas (a los que se les han añadido muchos miles más) que se volcarán en las urnas el 6 de octubre próximo y en consecuencia en las próximas elecciones de Mayo 2020.

El danilismo no puede andar de errores en errores. Si su gran error fue pretender modificar la Constitución a contracorriente del país, de la sociedad, de sus fuerzas vivas y de la opinión pública, no debería cometer el desliz de incurrir en otra equivocación mayor: apostar a un caballo cojo e incapaz de competir en una carrera donde su derrota ya se da por descontado.

La mayoría de los danilistas, primero que todo son peledeístas y no van a suicidarse electoralmente, ni van a sacrificar la obra y legado de Juan Bosch con un candidato políticamente anémico, sin conexión social ni partidaria, que ponga en riesgo el poder político y mande a las calles los escasos humildes peledeístas que hoy están en la administración pública. Hasta donde sabemos, los miembros del partido de Juan Bosch y la estrella amarilla, no tienen vocación suicida.

Los mismos danilistas de las bases están conscientes, y así lo hicieron saber en las encuestas del mismo grupo, de que no pueden poner su suerte ni su destino en candidatos coyunturales salcochados a toda prisa y sin ninguna convicción social, política o partidaria.

Que nadie sueñe que los votos de Danilo se transferirán automáticamente a su pupilo, pues la militancia del PLD no está compuesta por autómatas, ni “borregos” que obedecen ciegamente a la presión de un botón. Las bases peledeístas son talvez o sin el talvez, las bases partidaria de mayor formación política en el país., por lo que es poco probable que vendan la obra de Juan Bosch a un empresario.

Es más, hasta dudamos que Danilo Medina se exponga a una humillante derrota política, respaldando abiertamente a su delfín o participando directamente en manifestaciones de apoyo.

Sin Danilo en la boleta electoral, las fuerzas que los apoyaban están desmotivadas y desganadas, sin ninguna inspiración que las impulse a ‘inventar’ con un candidato improvisado. Por eso, ya muchos están en franca retirada, apeándose del  barco para no hundirse con él.

Nadie puede permitir que la ceguera política y la obstinación sean fuente de su perdición, sobre todo si se tiene un mínimo sentido de autoconservacion y sobrevivencia. La prudencia aconseja cautela y dejar caminos abiertos para el reencuentro, sin animosidades ni resentimientos.

No es lanzando salvas de fuego artificiales que se convierten en humo en el momento en que explosionan, tal como el anuncio de los 22 senadores y los 17 miembros del Comité Político,  en apoyo al candidato del danilismo derrotado,  que podrán parar la fuerza del pueblo que ha hecho suya la candidatura triunfante del Doctor Leonel Fernández.

La agrupación fundada por el profesor Juan Bosch y todo el pueblo que le sigue, ya decidió por conciencia y por principios que su candidato presidencial es Leonel. Y ojalá que aprendan de las hormigas.

 

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Atraco político en la Catedral

Por Pascual Ramírez.-

Uno nunca espera ser víctima de una ratería en un lugar donde reina la confianza de sentirse seguro; donde supuestamente quienes te rodean son gente tuya, que te cuidan y te protegen. Por eso, cuando se usa el dicho popular “eso fue un atraco en la Catedral”, se quiere significar que a uno lo perjudicaron en el lugar más impensado y menos esperado.

Algo parecido acaba de suceder con los precandidatos presidenciales del danilismo, que sintiéndose seguros del sentido de justicia, equidad e igualdad que emanaba de su líder, aceptaron el desafío, y se lanzaron a las calles tras la primera magistratura de la nación.

Apostaron todas sus cartas a esta presunción, incluyendo renuncias a ministerios y privilegios. Sacrificios que en las actuales circunstancias políticas han sido dejados a un lado, como si no importara nada. Nunca revelaron que todo se trataba de una estratagema del danilismo para represar el crecimiento y avance del leonelismo, mientras el mandatario maniobraba sobre cómo colar la reelección. De ahí que el seudónimo de “alitas cortas”, dado a los candidatos del danilismo, es un tanto injusto. No se puede levantar vuelo, cuando la carga es mayor que la fuerza que lo impulsa.  Danilo siempre pensó en él.

El danilismo nunca vio un futuro en ellos más allá del propio Danilo Medina y sus intereses. El plan A, el B y el C se llamaba Danilo. Pero para ocultar su hambre continuista de poder, intentó arroparse con una vestidura democrática lanzando al ruedo de las aspiraciones presidenciales  a algunos de los que en su momento parecían ser sus más conspicuo discípulos.

Derrotados los amagos reeleccionistas ante la pujanza de la presión popular, en defensa del orden constitucional y la vigencia del estado de derecho, Danilo se reúne prontamente con todos sus pupilos, y entre ellos, el más pupilo de todos sus pupilos, el favorito de los designios del palacio: Gonzalo Castillo.

No hacía falta que Medina le levantara las manos o lo señalara con el dedo para nombrarlo como su sucesor o heredero político, con el encargo de proteger sus intereses  y arreglar su futuro regreso como opción de poder en el 2024. El recibimiento del apoyo de más de 140 alcaldes que días antes ya se habían reunidos con Castillo y Ramón Peralta en el palacio presidencial, es un indicativo claro de dónde vino la orden superior.

Esto, en virtud, de que el danilismo está condenado a desaparecer ya que carece de un liderazgo sólido que pueda sobrevivir más allá del ejercicio del presupuesto nacional. Necesita del poder como Drácula necesita de la sangre para existir, y preferiblemente si es ‘sangre nueva’.

El recién renunciante ministro de Obras Públicas se presenta así, como un advenedizo en la campaña interna del PLD; como un invitado de último a la mesa, pero que viene a servirse primero. Como una especie de paracaidista político que cae delante de los que ya estaban en el terreno, y habían desarrollado un trabajo de base.

Y eso es lo injusto y lo intolerable: que alguien venga a romper el orden de las filas para colocarse delante, sin apreciar el tiempo, el sol candente aguantado, los recursos invertidos, el esfuerzo y el trabajo hecho, el historial político en las filas del partido de la estrella amarilla.

¿Merecen los precandidatos Temístocles Montás, Domínguez Brito, Reynaldo Pared Pérez, Radhamés Segura y Amarante Baret que los pongan a competir en condiciones muy desiguales y desventajosas con el favorito del danilismo? ¿Son dignos ellos, de que sus sacrificios y su fidelidad sean lanzados por la borda y que los utilicen para atajar para que otro enlace? ¿Es así como serán compensados? ¿Es justo que los dejen oliendo donde guisan, mientras el guiso lo saboreará el elegido?

¿Merecen las figuras respetables y fundadoras del PLD, ser usadas como carnes de cañón para legitimar a un arribista y trepador, que ha sido el último en llegar y el primero que piensa servirse? ¿Vale la pena pasar tan indignamente a la historia como quienes se prestaron a esa jugarreta solo para enfrentar y cerrarle el paso al presidente Fernández en las primarias del PLD? ¿Vale la pena guardar lealtad a un danilismo que se presta al desplante, a avasallarlos y humillarlos en una contienda desigual? ¿Merecen ser llevados como carnes de sacrificio al altar del dios Gonzalo Castillo?

En un escenario plagado de desigualdad y con un claro engaño, lo más conveniente para un posicionamiento político futuro de cada uno de estos precandidatos es que vayan todos a las primarías, de lo contrario, quedarían enterrado políticamente por siempre.

Que cada quien sea el jurado.

 

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Señor Presidente, lo hizo muy bien, ahora no cometa un segundo error

Por Pascual Ramírez.-

Finalmente, el presidente habló, pero ya la Constitución había hablado varios años antes que él, en el 2015, por él y por cualquier ciudadano que se atreviera a contradecirla con aventuras continuistas como la que él inspiró, animó, permitió, cobijó y patrocinó subrepticiamente hasta crear algo nunca visto en la psicología “stress colectivo”.

También habló antes del discurso del presidente el enorme rechazo popular al proyecto reeleccionista que de forma abusiva y sarcástica promovían sus acólitos. Felizmente fue detenido por la presión popular y la resistencia social del pueblo dominicano que, a diferencia de otros países del área, entendió que era más factible detenerlo ahora. Leonel como gran líder con visión de largo alcance, se vio obligado y forzado a ponerse al lado del pueblo. No quisiera yo haber estado en cabeza de Leonel ante tal decisión!.

Errar es de humanos señor presidente, pero rectificar los errores es de espíritus nobles que se engrandecen ante las flaquezas superadas. Solo aquellos líderes que tienen la humildad de ver,  enmendar y aprender de los yerros cometidos están llamados a entrar por la puerta grande de la historia.

Por eso, vemos con gran simpatía que, cuando nos aproximábamos al borde del abismo, el Presidente dio reversa a tiempo, reino la sensatez, entró en razón y dejó que la voz de la cordura y el comedimiento guiaran sus pasos por la senda de la reflexión y la sabiduría, que hoy lo engrandecen y lo colocan como uno de los estadistas del  mundo civilizado.

Que el Presidente se plegara al respeto a la Constitución y la institucionalidad democrática, no es una derrota, es lo que hacen los grandes hombres de la historia, respetar la voluntad del soberano.  Es lo que todos esperamos de un gran presidente.  De esa decisión, no hubo un beneficiario personal ni un ganador que se atribuyera el triunfo. El ganador fue el pueblo dominicano y la beneficiaria fue la democracia que salió fortalecida al ser reconocida la exigencia de la gran mayoría poblacional. También ganó la sociedad y la paz ciudadana que salió del vilo y la zozobra con que era zarandeada.

Por esta razón, ahora no se puede dañar con los pies lo que se ha hecho con las manos y pensado con la cabeza. Es decir, no se puede dar lugar a un Segundo Error que eche por tierra esa victoria de todos los dominicanos y de su gobierno.

Y ese Segundo Error seria reeditar el revanchismo disfrazado de un supuesto apoyo a la llamada “sangre nueva”, un eufemismo bajo el cual se quieren cobijar gente que ni con una transfusión de sangre obtienen sangre nueva, porque representan el pasado, el anquilosamiento, el desfase y las viejas prácticas políticas. Ya usted hizo el ensayo con lanzar  al ruedo decenas de sus colaboradores y al día de hoy muchos de ellos ni siquiera aparecen en las encuestas.

Ojalá que el mandatario no pretenda hacer algún acto de taumaturgia política, tratando de sacar algún conejo debajo de un sombrero o resucitando a Lázaros políticos,  llenos de ambiciones personales, para oponérselos a Leonel Fernández, pues ese sería su Segundo Gran Error.

Apostar a una presunta renovación y un supuesto cambio en el liderazgo político, no les luce a quienes pretenden colarse por ese boquete, pues todos ellos estaban promoviendo la reelección y la reforma constitucional para seguir en el viejo orden y el viejo liderazgo que les garantizaba la permanencia en su zona de confort y en el disfrute de su opulencia.

En este orden, queremos recordarle al presidente que los liderazgos no se traspasan ni se crean artificialmente, y mucho menos a la carrera. Pretender convertirse en mentor de personajes apagados y deslactosados, insípidos, sin color y sin sabor, sería una nueva equivocación, que el pueblo ni los peledeístas que añoran con seguir en el poder, no le perdonarían al jefe del Ejecutivo.

Ahora es momento de zanjar heridas, limar asperezas, perdonar exabruptos, pasiones desbordadas, concentrarse en los puntos que unen más que en aquellos que desunen ; compactar y reunificar el Partido de Liberación Dominicana alrededor del puntero de las encuestas y el preferido por la mayoría abrumadora de la organización morada y el pueblo dominicano, el Doctor Leonel Fernández.

 

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Del PLD víctima vs. victimario

Por Pascual Ramírez.-

Hay quienes se esfuerzan para enlodar y empañar la imagen del Dr. Leonel Fernández, uno de los líderes de mayor trascendencia en la historia reciente de la Republica Dominicana. Hay quienes  procuran con malicia dañar su trayectoria y pensamiento político de alto vuelo, una figura que se ha convertido en el plano internacional en una marca país, solo por el hecho de haberse erigido en estandarte de la democracia y la defensa de nuestra Carta Magna.

Hay quienes no perdonan que existan líderes capaces de sintetizar la voluntad mayoritaria de un pueblo que en más de un 80% no quiere que se violente la Constitución, y estado de derecho solo para complacer ambiciones continuistas de poder de un hombre.

Hay quienes buscan meter en un mismo saco a la víctima y al criminal. Como abogado que soy, no he visto en tribunal alguno en que a la víctima se le dé el mismo trato que al victimario. A la víctima que es martirizada y al martirizador que hace el daño. A la víctima que se busca sacrificar por defender a la patria en peligro, y al victimario de la democracia que tanto nos ha costado.

Y eso es lo que pasa cuando queremos homologar a quien defiende la Constitución y al estado de derecho con aquel que busca mancillarla, violentarla calificándolo como una lucha de poder entre peledeístas. Nada más lejos de la verdad. Se trata de una lucha entre quienes asumen el compromiso con la historia, con el país, con nuestra institucionalidad, y estado de derecho y quienes hacen intentos de torcer nuestro rumbo democrático por vía non sanctas.

¿A quiénes les conviene o beneficia que los reeleccionistas no se salgan con las suyas? A la democracia, al estado de derecho, a la sociedad en sentido general. No es a Leonel ni a ningún grupo en particular, y si no, que se lo pregunten a Abinader que marchó hacia el Congreso Nacional bajo el lema de que se respete la constitución. Que se lo pregunten a los organizadores de la marcha anti reeleccionista de este domingo, de amplio abanico sociopolítico. Que se lo pregunten a las miles de personas y partidos emergentes que diariamente están estampando su firma frente al Congreso Nacional para abortar la reforma constitucional. Que se lo pregunten a las autoridades de la iglesia católica, y a la iglesia evangélica en persona de sus máximos dirigentes.

De verdad, que hay que tener una gran reciedumbre moral y una gran fortaleza de espíritu para resistir sin perder la compostura. Hay que estar armado de la coraza de la paciencia, la prudencia, la tolerancia y la sensatez para soportar la embestida de la calumnia y el ataque inmisericorde a través de bocinas pagadas y medios sobornados.

Hay que ser de un gran material humano para no sucumbir ante las piedras lanzadas por la infamia, el odio y el resentimiento de aquellos que no perdonan que puedan existir hombres que no se doblegan ni se rinden, ni dan marcha atrás cuando el poder desenfrenado quiere perpetuarse a como dé lugar y mancillar nuestra carta magna.

Hay un hombre que le ha dejado a sus detractores todas las cosas que envenenan el alma y la conciencia, porque él no pelea sucio en el cuadrilátero de los golpes bajos. La diatriba y la maledicencia no tienen espacio en su espíritu, y es por eso que les deja a sus persecutores la andanada de insultos y agravios, para que sean ellos quienes se intoxiquen con la carne del tiburón podrido y de los peores sentimientos humanos. Pese a la andanada de insultos e irrespeto contra él su grandeza de espíritu solo le da espacio para decir “siento un profundo respeto por el presidente de la República (Danilo Medina) y por todos los miembros del Comité Político, del Comité Central y por todos los estamentos del Partido de la Liberación Dominicana

Él se queda en la trinchera de la defensa de la democracia, los principios y los ideales más puros, dejando a sus contrincantes debatiéndose en el lodazal de las bajezas más abyectas. Y es que, como dijo el inmenso escritor cubano José Martí, que “cuando hay muchos hombres sin decoro, siempre hay otros que tienen el decoro de muchos hombres”.

Por eso, al ver su situación y la manera aviesa en que es combatido y detractado, cual cristo de la libertad y de la democracia,  pagados con la traición de los Judas Iscariote de hoy, no nos queda menos que admirar la grandeza y la nobleza de los valores que defiende el Dr. Leonel Fernández.

 

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El Comité Político de PLD de ahora vs. el Comité Político de antes

Por Pascual Ramírez.- 

Un partido es lo que es su alta dirigencia política. El prestigio y la respetabilidad que cosechó y ganó en la sociedad dominicana, y que luego catapultaron al poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), emanaba de la composición de su cúpula política, de su veneración por los principios y los ideales que hicieron grande a esa entidad.

Hombres como Norge Botello (ya fallecido),  Euclides Gutiérrez Félix, Jaime David Fernández Mirabal, César Pina Toribio, Lidio Cadet, José Joaquín Bidó Medina, Rafael Alburquerque, Félix Jiménez (Felucho) y Franklin Almeyda, entre otros, se convirtieron en brillantes figuras, que como faro de luz, irradiaban hacia abajo la fuerza de un boschismo militante, basado en altos ideales y principios que constituían la razón de ser del PLD.

Algunos dirán que dado a que todos los arriba mencionados forman todavía parte del Comité Político de hoy del PLD, se trata del mismo Comité Político de ayer, pero no es así. Porque no hay continuidad con la línea ni con la práctica, ni con el pensamiento político de altura que antes lo distinguía como laboratorio de ideas, como  thin tank , como tanque de pensamiento, que trazaban sabias directrices orientadoras para una exitosa conducción partidaria.

Lo que hemos visto en los últimos tiempos, lo que ha pasado con el Comité Político de hoy, nos hace añorar al Comité Político de antes, pues el de hoy, se ha distanciado y divorciado de la esencia política del Comité Político de ayer, el cual enorgullecía a la membresía del partido morado.

Los integrantes de ahora, con las consabidas excepciones, se han desmarcado vergonzosamente del lema boschista que reza: “servir al partido para servir al pueblo”, trocándolo en servirse a sí mismo. Y todo eso constituye una ofensa a la memoria y al legado político del fundador del PLD, el profesor Juan Bosch.

Hoy el Comité Político ha devenido en un cuerpo carcomido por el sectarismo, por el parcelismo, por el servilismo, por el bonapartismo del presidente de turno que ha impuesto una mayoría mecánica que se mueve con el chasquido de los dedos palaciegos, que le hace menear la cola y que recompensa bien  la fidelidad perruna al proyecto reeleccionista que se pretende sembrar sobre el cadáver constitucional.

Esa metamorfosis negativa, esa degeneración e involución antidialéctica del Comité Político de hoy, es lo que nos hace recordar con nostalgia al Comité Político de ayer, referente de ideas puras y acrisoladas, de cordura y disciplina.

Ya lo dijo Gutiérrez Félix : “Hay muchos compañeros que creen que están obligados hablar y soltar andanadas de ofensas sectarias, que en nada aportan ni suman a la unidad”, advirtiendo sobre las ínfulas de poder con que actúan muchos de sus compañeros, entre los que están los miembros que integran el Comité Político peledeísta.

Y por actuar de esa manera, ese Comité Político de hoy, que solo usa su mayoría matemática para imponer rumbos errados, será responsable de sus resultados catastróficos, cosa que el pueblo ni los peledeistas de abajo nunca les perdonarán. El pueblo porque sería víctima de un retroceso que detendría el nivel de crecimiento y desarrollo económico y social del país, y los peledeístas de la base porque serían desposeídos de sus fuentes laborales de sustento.

El reloj de la historia avanza, pero el reloj electoral avanza más rápido, lo cual exige que ese Comité Político de hoy vuelva a sus orígenes, al respeto de su liderazgo real, ese que tiene trascendencia nacional e internacional y que no necesita amamantar del presupuesto nacional para comprar y mantener fidelidades y complicidades.

El Comité Político actual del PLD debe evitar a toda costa que lleven al partido a hacer piruetas peligrosas al borde del abismo con una arriesgada modificación de la Constitución, que en los hechos lo que plantea es “si no yo, que entre el diluvio”, una vocación suicida que debe ser frenada por los fundadores históricos cuyo silencio los hacen cómplices de las amenazas que se ciernen sobre la ruptura del orden institucional en la Republica Dominicanas

A esos miembros honorables del Comité Político del PLD, cuyas valoraciones éticas de la política, basadas en la decencia, la honorabilidad, la honestidad, la nobleza, la prudencia y la educación, invocamos para que detengan la marcha alocada hacia el precipicio y la división, que llevan a cabo quienes asaltaron su dirección y pulverizaron todos los esfuerzos éticos y morales de ese gran maestro de la política nacional, profesor Juan Bosch.

Lo que se impone hoy dentro del PLD es la convivencia, el equilibrio, la repartición equitativa de los ángulos del poder, la concertación y la unidad. Cualquier otro movimiento es pisar en falso y saltar hacia las arenas movedizas de la fragmentación.

 

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Los dominicanos del exterior piden que se respete la Constitución

Por Pascual Ramírez.-

En una especie de ‘operación relámpago’, cientos de dominicanos residentes en la ciudad de Nueva York se concentraron durante la tarde del  recién pasado sábado en esquina formada por la avenida Saint Nicholas con la calle 181, en el Alto Manhattan, para exigir a viva voz que se respete Constitución de la República Dominicana.

El acto donde se exigía que la Constitución de la República debe ser honrada y no mancillada, fue visible la presencia de jóvenes y personas de todas las edades. En el evento se dieron cita jóvenes líderes de la comunidad, quienes a todo pulmón pedían que se respete el estado de derecho en la Republica Dominicana. Entre ellos se encontraban e hicieron uso de la palabra; Melvin Rodríguez, Welin Osorio,  Carlos García, Ramón Tallaj, Elizabeth Paredes, Rafael Rodríguez y Lirisi Mármol. Todos hablaron en el evento y encendieron el  entusiasmo de los presentes cuando se pronunciaron en contra de la reforma constitucional y la continuidad del presidente Danilo Medina en el poder.

Como método de organización, solo se hizo correr la voz de que allí habría un acto, donde los dominicanos que aman su patria y su país, se congregarían  para testimoniar con su presencia que los dominicanos que viven en la Gran Manzana no están ajenos a lo que acontece en su tierra, sobre todo, en lo que tiene que ver con el destino del país en estas horas difíciles, en que hombres apegados al poder tratar de violentar el orden constitucional en la Republica, creando así un clima de ingobernabilidad.

Pero allí estaban cientos de criollos y activistas comunitarios, en un desbordamiento de patriotismo y solidaridad con su pueblo, hermanados en un mismo sentimiento de unidad y rechazo a quienes pretenden darle a la Constitución el valor de un “pedazo de papel” mojado que se desprecia y si tira al zafacón.

Lo mismo hicieron los compatriotas de Santiago de los Caballeros, que se manifestaron para exigir con firmeza que se respete a la Constitución dominicana y que se deje atrás los intentos de modificarla caprichosa y antojadizamente, solo para complacer la voracidad insaciable de poder  de quienes están dispuestos a empujar el país hacia el despeñadero con tal de seguir atornillados en sus cargos.

Los dominicanos en el exterior agrupados en la Asociación de Instituciones Dominicanas del Exterior (ASOEDEX), demostraron que desde la gran urbe neoyorkina son capaces de hacer sentir su voz como un poderoso trueno, para que se escuche fuerte en los oídos de aquellos que niegan a escuchar a más del 70% de la población dominicana que no desea una reforma a la constitución para favorecer caprichos mesiánicos.

Los dominicanos de la diáspora están dispuestos, como lo han hecho en otras ocasiones, a convertirse en un muro de contención contra el cual se estrellen los malsanos propósitos reeleccionistas. Los manifestantes clamaban a gritos, “Nos somos voces aisladas, sino que somos parte de un clamor general que pide a gritos que se respete la excelsitud de la Constitución nacional y que se preserva la democracia que tanta sangre, sudores y lágrimas han costado a dominicanos de todas las generaciones”.

 

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El danilismo en la etapa de la negación

Por Pascual Ramírez.-

Ante un hecho irreparable e irreversible, las personas se niegan a aceptar que aquello pueda ser realidad. Inconscientemente, nos resistimos y nos revelamos contra lo que perturba nuestra tranquilidad y nos saca de nuestra zona de confort.

Mientras la gente atraviesa por ese duelo, tiene la esperanza de que al amanecer todo se despejará y la pesadilla pasará. Cuando el abatimiento y el sentimiento de pérdida nos golpean fuerte, nos negamos admitir la realidad pesarosa que lo provoca. Es la etapa de la negación, a la que le seguirá la fase de la aceptación y luego la paulatina resignación.

En esa situación se encuentran los reeleccionistas. Aferrados a la ilusión de que todo se trata de un mal momento, de que no existe tal imposibilidad legal que le impida habilitar de nuevo la reelección, se niegan a creer que hasta aquí llegó Danilo y que su tiempo ya está pasando y que el reloj de la historia marca la hora del regreso del doctor Leonel Fernández.

Sí, frente a la Constitución, los danilistas parecen estar viviendo la etapa de la negación que provocan las malas noticias en los seres humanos. Se niegan a admitir que ya la pava no pone donde ponía y que, el 2015 no es el 2020, son otros los tiempos. Por eso, viven haciendo amagos de reforma que no cuajan, intentos de sobornos que se estrellan contra la muralla moral que se ha levantado en defensa de la Constitución.

Y  en ese escape de una realidad que no le favorece, los reeleccionista organizan concentraciones de supuesta demostración de fuerza y músculos, que en el fondo esconde la debilidad que los está matando. Solo en la capital, se realizaron cinco mítines simultáneos de apoyo a la reelección, mal disfrazada de respaldo a la gestión de gobierno del presidente Danilo Medina.

Hacen eso sin reparar en la resistencia y estrés social, político y económico que está generando el forzamiento de la reforma a la Constitución que solo está ganando el rechazo popular, nacional e internacional. Presa de la impotencia, la desesperación y la frustración, el danilismo busca refugio en la ostentación aspavientosa de fortaleza a base del uso y dispendioso de los recursos del Estado.

Se trata de innecesarias movilizaciones en respuesta a las que viene realizando el presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández, como si la lucha fuera contra él y no por mantener al PLD en el gobierno. Los cañones demenciales del sector danilista solo se enfilan contra un hombre que no le regatea a Danilo los logros de su obra de gobierno, sino que, al contrario, los reconoce, los publicita y los valora, mientras sus alitas cortas despotrican .la obra de gobierno del Presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicano, Dr. Leonel Fernández.

A Danilo y sus funcionarios, espero que Dios los ayude a salir de la  etapa de la negación ante los hechos consumados y a que acepten y se resignen ante la realidad de que la reelección no pasará.

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Encuestas y Actos Paralelos: Demasiada coincidencia para ser coincidencia

Por Pascual Ramírez.-

En la vida pocas cosas suceden por casualidad. Y en el campo de la lucha política menos, donde todo obedece a un plan y a una coordinación de acciones que apunta a conseguir el objetivo buscado.

Y lo del domingo fue un logro político demasiado gigantesco como para dejar que su protagonismo acaparara las páginas de los periódicos, las imágenes de los medios y los comentarios de la gente. Había que neutralizarlo a como diera lugar. Para eso había que tener una carta debajo de la manga, algo que mediáticamente fuera muy poderoso, sabiendo que en términos noticiosos lo más reciente se lleva las primeras planas de la atención, porque pesa más lo inmediato que lo que ya fue hecho, porque lo más fresco se superpone a lo más viejo.

Y nada mejor que destapar al día siguiente una encuesta que fabricara una realidad que ocupara la memoria inmediata del público, de tan manera que se distrajera y echara rápidamente en el olvido lo recién vivido: los dos millones de firmas que refrendaron la candidatura del expresidente de la República Leonel Fernández  y que garantizan el triunfo en  las elecciones presidenciales del año 2020.

Esos dos millones que “han creado una fuerza para hacer respetar la constitución y garantizar la continuidad de un régimen de libertad y justicia”, representaban el más contundente apoyo y aval de la candidatura de Leonel.

El danilismo jugó a lo que se conoce en psicología como cambio de estímulo, es decir someter a la población al nuevo estímulo de la encuesta como forma de borrar o atenuar la impresión con que nos marcó el acto  apoteósico del expresidente Leonel Fernández realizado el recién pasado domingo. Fue así como le cayeron a Leonel y su acto a ‘encuestazos’ limpios, como quien utiliza un garrote para golpear al oponente.

Se trataba de un plan bien coordinado en que nada sucedió por azar. Primero fueron los actos que el reeleccionismo desesperado realizó en la víspera en distintas partes del país, como el encabezado en San Juan por la propia hermana del Presidente Medina, la diputada Lucía Medina Sánchez. Luego se montaron paralelamente concentraciones provinciales en las que se reclamaba la continuidad del presidente de turno.

Previamente, el sábado 4 de mayo, en Nueva York los reeleccionistas montaron un acto pálido y deslucido con el fin de robarle la atención y quitarle escenario al encuentro multitudinario en el Estadio Olímpico, en que miles de personas dejaron bien claro que “en defensa de la Constitución, no hay marcha atrás”.

De modo que la concurrencia de todas estas acciones a la vez, todas coincidentes en un mismo objetivo (restarle impacto, trascendencia y ‘memorabilidad’ a la actividad del doctor Leonel Fernández), es demasiada coincidencia para ser coincidencia.

De ahí que no fue casualidad la coincidencia de encuestas con los mítines reeleccionistas, todo parecía ser parte del mismo plan. Al lanzar la susodicha encuesta que todos conocemos, por el momento y por la oportunidad en que lo hicieron, enseñaron el refajo muy rápido, se pusieron demasiado en evidencia.

¿No parece harto sospechoso que a la mañana siguiente del masivo acto del presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD),  se lanzara una encuesta? Sea usted el jurado y saque usted su propia conclusión.

Y no solo se estaba buscando demeritar y opacar al mitin leonelista en sí, sino neutralizar a lo que allí se dijo: “Si la carta sustantiva del Estado precisa que la Presidencia de la República se ejerce por un período de cuatro años, no debe modificarse al término de cada período para beneficiar al gobernante de turno”, como dijera Leonel Fernández.

Con esas palabras Leonel denunciaba que “cuando se modifica la Constitución de un país con el único propósito de hacer posible la reelección, eso desata fuertes tensiones y conflictos en la sociedad, que generalmente culminan en una dictadura”.

Pero aun con todo ese golpeo sistemático y continuo, el líder natural del Partido de la Liberación Dominicana, que no necesita del uso apabullante de los recursos del Estado para comprar simpatias y liderazgo,  tendió un ramo de olivo a sus adversarios  cuando llamó a la unidad para asegurar la victoria, para seguir avanzando por senderos de progreso y modernización, y para no poner en peligro la estabilidad del país.

 

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El discurso del Presidente: Lo que se ve, y lo que no se ve

Por Pascual Ramírez.-

El  reciente discurso de rendición de cuentas a la nación del presidente es un vivo ejemplo de que hay cosas que se ven y cosas que para verlas hay que aguzar la inteligencia y la visión, porque están ocultas debajo de espesas capas de simulación y engaño.

En la alocución del mandatario de turno el 27 de febrero,  todo el mundo ha enfocado y analizado las palabras del presidente desde la perspectiva de lo que se ve en la superficie y no desde lo que está en la profundidad de la realidad.

Lo que se ve a simple vista es el sesgo reeleccionista de un mensaje que pretende ser optimista pero que en el fondo lo que busca es evitar la desbandada y el desaliento en las filas danilistas ante la realidad de que el barco del reeleccionismo ya está haciendo aguas y amenaza con hundirse en el mar de la historia.

Lo que no se ve ni se olfatea es el tufo a desesperación que sale del discurso del presidente Medina, de sus palabras que parecen buscar una tabla de salvación de la cual agarrarse desesperadamente ante unos números que no le cuadran, y ante una aventura fracasada y natimuerta como un neonato.

Si bien el discurso presidencial tiene fuertes pinceladas reeleccionistas, no es menos cierto que en esencia el discurso del presidente lució propio de un presidente acorralado y desesperado por la presión social que se ha venido ejerciendo en contra de la reelección desde los diferentes grupos representativos de la sociedad, que nos han alertado sobre la peligrosidad de caer en el vacío producto de la destrucción del orden institucional y constitucional que acarrearía otra repostulación del presidente Medina.

La angustia y el desespero se han apoderado del ánimo presidencial ante los últimos números arrojados por las encuestas que indican un descenso sostenido y sustancial de la figura del presidente y de su gobierno. También se le agrega a esto la presión que ha venido ejerciendo el crecimiento vertiginoso de la candidatura del presidente Fernández a lo interno  y a lo externo de su partido, configurando un cuadro de causa perdida para las intenciones reeleccionistas.

En su discurso el presidente se aprovechó de que en el país hay una oposición política que no articula, ni conceptualiza las ideas, y se enfoca a dar respuestas genéricas y repetitivas a modo de  clichés, de poco contenido y valor.

El presidente, sacando ventajas de esa coyuntura, abrumó la audiencia con datos huecos y un supuesto bienestar que no se ve ni se siente por ningún lado, y meno en los escuálidos bolsillos populares. Su caterva de promesas, optimismo y positivismo trataban de dar la sensación de una fortaleza inexistente que no pudo ocultar la debilidad real que lo está matando.  Ni tampoco puede esconder su incapacidad para salir de la fosa profunda en que se encuentra actualmente, desde cual lucha busca salir desesperadamente tras un poco de oxígeno político que asegure su supervivencia.

El discurso del presidente me recuerda los mejores días del presidente Balaguer, cuando  en su rendición de cuentas mencionaba hasta los “cheles” que se habían invertido en las obras realizadas. A mi entender, esto era una forma de darle visos de credibilidad a lo que decía.

El presidente está más que consciente de la inviabilidad de la reelección, pero como buen conocedor de la política criolla, evita a toda costa presentar signos de debilidad,  en tanto busca un bajadero político que le permita a él y sus colaboradores hallar una salida que le permita abandonar el poder con cierta dignidad y no de manera aparatosa como le ha sucedido a otros gobernantes.

Creo que el presidente en su discurso busca confundir, como al efecto me luce que lo ha hecho, con el objetivo de desviar el discurso político de los distintos aspirantes, incluyendo los de su propio partido, para centrar la atención en él, y así evitar el crecimiento de los otros, lo que al final podría colar su íntimo deseo de volver a reelegirse.

En fin, vimos a un presidente dando manotazos de ahogado, disfrazado de optimismo y triunfalismo reeleccionistas, y mientras se hunde, emerge y reflota la candidatura salvadora de Leonel Fernández.

 

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La ausencia de liderazgo inteligente

Por Pascual Ramírez.- 

En la actualidad, hay una carencia de líderes, en el más amplio sentido de la palabra,  aquellos que sean reconocidos como tales más allá del ejercicio del poder, carecemos de líderes perdurables que trasciendan la temporalidad de las posiciones de poder que ostenten.

Este vacío de liderazgo no lo llenan los líderes “temporales o circunstanciales”, condenados a la opacidad y a la intrascendencia una vez que terminen sus funciones en el cargo que le da falsos seguidores.

La falta de líderes es motivo de incertidumbre, inacción, inseguridad, pesimismo, desorganización y poca confianza en el futuro y en nuestras potencialidades. En este ambiente los oportunistas y cazadores de riquezas se van apoderando del entorno, y con ello, llega la falta de orientación y la pérdida del rumbo sobre la nación.

La vida política dominicana desde hace un buen tiempo luce atomizada y rezagada, a causa, entre otros factores, por la ausencia de líderes inteligentes,  capaces de llenar el vacío dejado por Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch, quienes iluminaron toda una época con su sapiencia , inteligencia y entrega patriótica, haciendo, claro está, la salvedad de lugar.

En términos generales, el relevo generacional del liderazgo que cumplió su ciclo histórico y biológico,  no ha estado a la altura de los grandes líderes mencionados,  por lo cual nuestra democracia ha estado huérfana de hombres y mujeres que con su impronta marquen el destino y el futuro de la nación dominicana.

Esta falta de verdaderos líderes políticos, hace que muchos vean con nostalgia los tiempos en que las masas populares vibraban con el verbo y la magia seductora de palabras y discursos que imantaban el espíritu y que disparaban los resortes psíquicos del pueblo a un nivel cercano a la idolatría.

Ahora, a tono con la cultura light que predomina,  también tenemos líderes lights, descafeinados y deslactosados, insípidos, sin color ni sabor, tan ligeros que los vientos de la historia se los llevarán volando, ya que carecen de peso y consistencia en el tiempo.

Y además, tampoco tienen la visión de futuro, el ánimo y la voluntad para emprender el camino de progreso que solo trillan los grandes conductores de pueblo. Les hace falta el coraje y la capacidad para entablar acuerdo que salven el país del retroceso y pongan en marcha el pago de la deuda social acumulada.

Nuestra ausencia de líderes reales, se refleja en la práctica de una política sin proyectos de nación, deshilvanada, sin ilusiones, aquejada de anemia institucional. En la acera opositora, el panorama no se pinta muy augurioso, pues no se ve a nadie que sea capaz de arrastrar ni siquiera el voto del descontento con una gestión desgastada, pero que se empecina en continuar, aprovechándose de que la oposición no promete mucho, es decir, carece de figuras políticamente prometedoras.

Se podría argüir, que los distintos contextos históricos, tienen los líderes que demandan las circunstancias. Pero esa asertividad encaja perfectamente con la realidad nacional de la República Dominicana, pues los tiempos que vivimos, con la vuelta de los grandes conflictos geopolíticos entre las grandes potencias y guerras comerciales que están cambiando la faz del mundo, requieren de un líder nacional con trascendencia internacional, con arraigo popular en el ámbito local, que comprenda lo que ocurre en el mundo, y que se mueva entre los líderes mundiales para saber lo que se ‘cocina’ en los grandes centros de decisiones del mundo.

A esta altura del artículo, ya muchos de ustedes se estarán imaginando a quien me estoy refiriendo.

Un liderazgo trascendente,  un líder de altas dimensiones, no es quien puede arrastrar a un número respetable de seguidores en base a reparticiones de beneficios, cargos y prebendas.  No es el presidente de un gobierno, o del gran “amarrador” que haya ganado el puesto en base a habilidades y amarres, sino aquel que inspira confianza y genera lealtad. Es aquel que se sintoniza con las necesidades y deseos las masas irredentas.

No es aquel que resulta letal a la unidad de un partido, o aquel que pone en juega la cohesión interna, ni aquel que violenta pactos, estatutos, o preceptos constitucionales.

Por suerte, el país cuenta con un líder decidido a retomar la conducción del país para enrumbarlo hacia un estadio más avanzado de progreso, para quien no hay marcha atrás, sino un camino hacia adelante, hacia a un “pacto con el pueblo.”

Ese líder es el doctor Leonel Fernández, un liderazgo que involucra, que suma, que integra, que une, y que sobre todo, garantiza el triunfo del PLD y del país.

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Danilo-Leonel Vs. Hipólito-Miguel Vargas

Por Pascual Ramírez.- 

Desde el año 2004 hasta el día de hoy, la constante que más ha caracterizado la vida política nacional ha sido las continuas victorias electorales del Partido de la Liberación Dominicana, PLD,  realidad que es explicable porque el partido fundado por el profesor Juan Bosch ha sabido mantener la unidad a toda costa.

Las seis victorias que ha hilado el PLD ha convertido esa organización política en el partido de América Latina más exitoso, una hazaña política que lo coloca en un alto sitial histórico, y todo ese logro no se puede lanzar por la borda, de ahí la necesidad de preservar la fuente de tantas victorias consecutivas: la férrea unidad partidista.

Mantenerse unido es lo que ha posibilitado que el PLD repita una y otra vez en el ejercicio del poder. Esa ha sido la clave de su éxito político-electoral, la formula imbatible, el muro contra el que se ha estrellado y se ha hecho añicos los intentos de la oposición de acceder al trono presidencial.

Cuando se han presentado amenazas de fracturas y rompimiento;  cuando las aguas han parecido estar a punto de desbordarse, cuando han soplado vientos tormentosos de conflictos y desavenencias; cuando las heridas han amenazado con producir graves hemorragias internas, la sensatez, la concordia,  la recapacitación, la madurez política, la reflexión y la reconciliación han impedido que el partido morado naufrague política y electoralmente en las aguas tormentosas de los intereses individuales.

Para bien de la democracia, del país, de todos los dominicanos, del desarrollo institucional y del progreso nacional, las aguas siempre han vuelto a  su nivel, porque de una forma u otra, los liderazgo responsables que comparten la dirección del destino peledeístas, han entendido que unidos todo lo pueden, y que desunidos no van a ninguna parte.

A la hora de la verdad, el consenso y el encuentro se han impuesto sobre los desamores,  las diferencias y los desencuentros. Ha pesado más en la balanza peledeista, los beneficios de seguir unidos que el costo de andar separados.

Dicha unidad se ha salvado y  mantenido, gracias al espíritu de desprendimiento y del enfoque histórico de que, han hecho gala las distintas fuerzas que conviven dentro del partido morado, lo cual ha permitido el colocar los intereses del país por encima de los intereses personales.

El Presidente de la República, Danilo Medina y Leonel Fernández, están compelidos a un entendimiento a tiempo ante que ponerse a hacer equilibrio cerca del precipicio. Abogamos por la unidad, pero una unidad cimentada en principios y los valores histórico que dieron origen al Partido de la Liberación Dominicana, en el respeto, en la coexistencia interna, y sobre todo, en el respeto a los preceptos institucionales del partido, que son los estatutos, y el respeto a la Constitución que norma la vida civilizada de una nación.

Viendo las cosas desde esa perspectiva, el pueblo dominicano nunca perdonaría al liderazgo peledeísta, (Danilo Medina y Leonel Fernández), poner en juego lo que tanto sacrificios le costó a los fundadores del PLD, a los dominicanos y dominicanas, en pro del bienestar, la estabilidad, el progreso y la paz del país. Los atisbos de división interna ponen en peligro todos esos logros porque abren la posibilidad de que la oposición insensata y desbocada se cuele por la puerta de atrás.

El PLD debe mirarse en el espejo  del PRD, aprender por experiencia ajena que el ominoso destino del Partido Revolucionario Dominicano no debe reproducirse en las filas moradas. Leonel Fernández y Danilo Medina, saben en lo que devino el partido de Peña Gómez, que de ser la primera fuerza política del país degeneró en una organización minúscula, hoy convertida en una “bisagra” política. Ya no es ni la sombra de lo que era antes, después de haber sucumbido al desorden, al caos, a  los antagonismos,  la desunión y la lucha fratricida que lo ha convertido en simples siglas, olvidándose así el peso histórico de su fundación. .El Leonel y el Danilo de hoy deben evitar convertirse en el Hipólito Mejía y el Miguel Vargas de ayer. El PLD no puede caer de ser el partido más exitoso de Latinoamérica a colocarse en la cola de la historia.

Las apetencias y la miopía política de algunos funcionarios desubicados de la realidad, que no se preocupan por la suerte de la organización, ni por el legado histórico de sus propios líderes, sino más bien de sus bolsillos; y que solo aspiran a reelegir sus torcidos intereses y su avaricia insaciable, no pueden sobreponerse al compromiso con la historia ni con la palabra empeñada, al compromiso de ser fiel a la Constitución y al compromiso de lo pactado.

Desde esta tribuna, instamos a toda las fuerzas que inciden en el PLD a ponerse en el lado positivo de la historia. A que trillen el camino de la legalidad y respeto a la constitución política del país, a que tengan sentido de la historia y aprendan de ella todo lo que nos enseña. Danilo Medina y Leonel Fernández están llamado a ser, no el Hipólito y Miguel Vargas de hoy, sino en los gendarmes del legado Boschista.

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La campaña de «Fakes News» contra Leonel Fernández

Por Pascual Ramírez.-

Reputadas figuras del quehacer nacional han dado la voz de alerta contra la puesta en ejecución de un entramado de noticias falsas que se aprestan a lanzar para desmeritar  y enlodar la figura del expresidente Leonel Fernández, ante la certeza de que su candidatura presidencial resulta imbatible de cara a las primarias internas del Partido de la Liberación Dominicana y las elecciones de 2020.

Los «Fakes News», para quienes no conocer el término, “es una noticia falsa que se difunde con una voluntad deliberada de engañar y que tiene dos características fundamentales: tener un objetivo claro y adquirir una apariencia de noticia real, precisamente para conseguir engañarnos”. En este sentido, los Fake News lo que intentan es alterar el relato objetivo de los hechos para crear uno alternativo que sustituya la verdad por lo falso y lo aparente.

De modo, que aquellos que ya se sienten derrotados por el exmandatario, y presa de la desesperación ante lo ineludible del masivo triunfo de su candidatura, e incapaces de digerir su derrota después  de haber gastado tantos recursos por impedirlo, ahora se decantan a reiterar la campaña sucia que una vez le dio beneficios, pero que el presente se ha encargado de desmentir. Esta vez, no prosperara!

La susodicha urdimbre, engendrada en los oscuros rincones de la “industria” de voces  pagadas, tiene como objetivo desanimar, generar desconfianza y hacer que cunda la desmoralización entre los seguidores del Dr. Leonel Fernández, así como dar la apariencia de que este  pudiera ceder en algún momento su postura política de “No Hay Marchas Atrás”.

Los actores de los «Fakes News», solo buscan suplir su carencia de apoyo con la denostación del exmandatario. Ya vimos un avance de dicha campaña con la difusión de la falsa y maliciosa información de que 12 legisladores leonelistas se habrían pasado a las filas del oficialismo para apoyar la reelección, cuando en verdad la noticia verdadera, es que congresistas oficialistas tras-bastidores le ofertan apoyo al Dr. Leonel Fernández.

Los leonelistas deberán estar preparados para ver y oír muchas falsas noticias entorno al exmandatario, en la medida en que se siga perfilando en el horizonte político dominicano la realidad de su indetenible e incontrovertible victoria. Pero lamentablemente en esta ocasión, con mentiras y falsedades no podrán influir en el pensamiento de las masas populares y peledeístas, ni podrán  desviarla de la firme convicción de que Leonel es el progreso.

La avalancha de falsedades con la que pretenden detener el ascenso de la candidatura del Dr. Leonel Fernández, busca apoyarse en las consabidas y archiconocidas bocinas pagadas, quienes haciéndose pasar como comunicadores, manipulan la información a su conveniencia al dar la impresión de una mentira como verdad. Además de la  difusión masiva a través de las redes sociales, las cuales permiten una velocidad sin precedentes en la transmisión de la información, sin contrastarla con la verdad ni con los hechos. Toda suerte de noticias falsas pronto correrá por WhatsApp, Twitter o Facebook, e irán dirigidas a confundir y desmoralizar a los seguidores del Dr. Leonel Fernández.

A sabiendas de que eso se intensificará paralelamente con la campana reeleccionista, llamamos al pueblo a no dejarse engatusar por cantos de sirena, radicalizar posición y a cerrar filas en torno a la candidatura unificadora y desarrollista que encabeza el Dr. Leonel Fernández. Los Leonelistas deberán estar preparados para que el alud de información falsa no os arrope con el desarrollo de escenarios de confusión informativa,  enfrentando con gallardía a la industria de Voces Pagadas, de manipuladores y creadores de mentiras y distorsionadores de la verdad.

Calumnia que algo queda, lanza lodo que algo ensucia, miente insistentemente que alguna duda sembrará, tal parece que esos son  los mandamientos maquiavelistas que practican los adversarios internos y externos del exmandatario ante su agonía de poder detener su ascenso, y a quien el pueblo ya pide a grito que reconduzca la nación por los senderos del progreso que solo él sabe trillar de la manera sabia y certera.

Ante la ausencia de propuestas para sanear los males de la Republica, y fortalezas para convencer con sus bondades y atributos, si acaso tienen algunos, los adversarios de Leonel buscan ganar puntos sobre la base de la campaña sucia y desleal.

Ese discurso articulado con base en las mentiras, infamias, injurias, calumnias,  ofensas, difamaciones, suciedades, y denostaciones que parte del uso del principio del carbón que señala  que “si no quema, al menos tizna”, no funcionará ahora contra Leonel, por eso las fuerzas que adversan a Leonel están condenadas a  morder el polvo de la derrota. A eso es que le temen!

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Leonel Fernández “Es una Realidad”

Por Pascual Ramírez.-

Otra vez el reloj de la historia marca la hora de Leonel. Otra vez las estrellas en el firmamento político dominicano se están alineando  a su favor. Nuevamente  se siente y se presiente la victoria del ex presidente Leonel Fernández. Primero en las primarias  del Partido de la Liberación Dominicana -PLD-, donde no se ve ningún contrincante serio que le haga sombra, y después en las elecciones presidenciales del año 2020.

El velero de sus aspiraciones presidencialistas se mueve en la misma dirección de los vientos que los empuja hacia un triunfo contundente y convincente.  Ese olor a triunfo que despide su arrolladora candidatura es percibible para quien tenga un mínimo de olfato político.

El pueblo agradecido de sus grandes obras de gobierno quiere y ansía de nuevo su regreso para que haga lo que solo él sabe hacer y nadie lo puede hacer como él: gobernar bien, para todos, con equidad, con justicia, con reparto visible de la riqueza social entre las capas más necesitadas y con crecimiento económico redistributivo entre toda la población.

Dr. Leonel Fernandez Reyna.

Por todas las partes,  a todo lo ancho y largo de la geografía nacional, son visibles las señales de que su candidatura camina victoria, a pasos firmes y agigantados, a pasos de vencedores, como diría Joaquín Balaguer, quien lo apadrinó políticamente al descubrir en él a un gran gobernante irrepetible y confiable para poner en sus manos los destinos de la nación dominicana. Y no se equivocó al hacerlo.

Tanto estaba convencido el viejo caudillo reformista de la calidad de su gobernanza, que hasta le pidió que repitiera en el solio presidencial,  como bien lo confirmó recientemente el propio líder y presidente del Partido de la Liberación Dominicana. No a cualquiera un estadista tan único como Balaguer le haría tal petición tan dignificante, pero sus profundas convicciones sobre el respeto a la constitución y a las leyes del país pudieron más que, el caramelo de la vanidad personal.

No hay que consultar una bola de cristal ni a ningún oráculo ni Casandra ni a adivinadores, porque lo que está a la vista no requiere anteojos: la candidatura del doctor Leonel Fernández luce indetenible y avasallante. Los hechos y la realidad política pronto confirmarán lo que ya se ve venir.

En este artículo solo estamos anticipando lo que se ve claro y transparente, lo que se dibuja en el ambiente: las luces destellantes de una victoria que se ve de lejos y que ya se siente cercana. Entre las señales de esa victoria que se muestran cada día en forma de sumatoria de apoyo continuo, citamos el apoyo del alcalde del municipio de Santiago de los Caballeros, Abel Martínez, durante un multitudinario acto donde dejó bien claro que no hay más alternativa que llevar a Leonel como la única carta ganadora que tiene el Partido de la Liberación Dominicana para retener el poder más allá del 2020.

Que una mente preclara que exhibe una exitosa gestión municipal como el alcalde Abel Martínez le endose su respaldo formal a Leonel Fernández, es un indicativo de que la gente valiosa con liderazgo comunal, con visión de país, y convicción social y político no se pierden en cuanto a saber quién será finalmente el candidato del PLD, y quien está mejor preparado para que el país siga las sendas del desarrollo.

En este contexto, saludamos desde aquí, desde esta tribuna digital y desde Nueva York, la actividad política del próximo domingo nueve de diciembre, donde el equipo que respalda a Leonel Fernández demostrará una vez más en la gran Arena del Cibao, que la presentación de la recolección de dos millones de electores de apoyo al ex mandatario constituye sin lugar a dudas, el triunfo del Dr. Leonel Fernández en las elecciones del 2020.

El respaldo incontestable de las masas populares coronará con el éxito total la postulación a la presidencia de la republica del doctor Leonel Fernández, la cual no podrá ser impedida, ni por los alquimistas, ni por los eternos simuladores, como tampoco por la traición alevosa que solo guarda fidelidad perruna a sus intereses personales.

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Leonel Fernández, contra viento y marea

Por Pascual Ramírez.-

Si hay algo que quedó bien claro para todos aquellos que tienen ojos para ver y oídos para escuchar, es la determinación de triunfo del expresidente Leonel Fernández, puesta de manifiesta de manera contundente ante todo el país político.

El líder natural e indiscutible del PLD presentó el domingo el aval de un millón, 225,000 dominicanos, que lo ungieron como el líder político que más raíces profundas ha echado dentro del corazón de las masas, y tal como el mismo lo dijera, es más que el principal partido de la oposición, lo cual envía un sólido mensaje sobre la imposibilidad de contención de su candidatura presidencial avasallante y arrolladora.

El multitudinario apoyo ofrendado en el Palacio de los Deportes demostró que la calumnia ni la insania pudieron opacar la luz refulgente de un hombre imbuido de fe en su patria, en sus compañeros y en su pueblo que lo aclama.

“Contra viento y marea, estaré por los campos, estaré en las lomas, estaré en los barrios, estaré con los jóvenes, con los hombres y mujeres del país para que juntos sigamos construyendo la democracia y el progreso”, manifestó ante una verdadera marea humana cuyas olas lo elevaban a la cúspide de la popularidad dentro de los corazones populares, que una vez vibraron entusiasmados ante el retorno de la esperanza y el progreso.

Contra quienes esperaban que Leonel encendiera la tea de la discordia para avivar el fuego de las contradicciones internas peledeístas, el seguro próximo presidente de la nación limó asperezas con sus oponentes, reafirmando su línea y política unitaria como el factor que ha hecho grande al Partido de la  Liberación Dominicana y que ha repercutido en sus resonantes triunfos.

Y como todo un alquimista de la palabra que dibuja con ellas hermosas parábolas llenas de enseñanzas aleccionadoras y significado trascendente, hizo un sabio paralelismo entre la selva y la civilización al comparar la transgresión y el trastorno de la Constitución con la violación de un semáforo en rojo, cuando apeló a la prudencia y el buen sentido al decir: “usted tiene que detenerse, porque si no se detiene puede provocar un accidente, un caos y una anarquía”.

Y lo mismo hizo tomando como referencia un partido beisbolístico para resaltar la importancia de jugar con reglas claras que deben respetarse para evitar el caos y el desorden. De esta manera, se constituyó en garante y guardián de la preservación de solemnidad de nuestra ley de leyes como regla de oro del juego del sistema democrático.

El domingo vimos a un Leonel más transparente que nunca, que se mostró por encima de las pasiones humanas donde naufragan la cordura y la racionalidad, sobre todo, asistimos a la reafirmación de su condición de gran estadista, escogido por el destino para hacer las cosas grandes que nos faltan por hacer.

Al referirse al punto de las primarias abiertas y simultáneas, dijo que no se oponía porque pensaba que podía ser perjudicial para los otros, sino porque entendía que hay que considerar la primacía de la Constitución dominicana.

Al mismo tiempo, su grito de guerra de que se lanzará contra viento y marea, es una advertencia de que su firme y determinada decisión de buscar nuevamente la presidencia va en serio y que nadie ni nada podrá erigirse en muro de piedra para contener la decisión de un pueblo que ha decidido a jugarse su suerte con él.

El autor es abogado y politico

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La tolerancia tiene límites

Por Pascual Ramírez.- 

Iniciamos este artículo de opinión auxiliándonos del significado que de la palabra tolerancia nos da La Real Academia de la Lengua cuando la define como “el respeto por los pensamientos y las acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios”.

Lo anterior implica que ser tolerante es guardar respeto por las creencias, las ideas, las posiciones  y las actitudes de los demás aunque sean totalmente opuestas a las nuestras. La tolerancia siempre va acompañada de la paciencia como dos hermanas siamesas. Y ambas forman parte de los buenos frutos del espíritu de los que nos habló Jesucristo en la Biblia.

Partiendo de esta premisa, podemos ver que en la vida personal se producen situaciones cotidianas que ponen a prueba nuestra moral, nuestra paciencia, nuestros valores y nuestra determinación frente a casos que envuelven retos y desafíos.

A nivel individual, a veces actuamos reactivamente,  respondiendo en el terreno al que nos quieren llevar. En este sentido, hay quienes juegan peligrosamente con nuestros límites, sometiéndonos a presiones y a golpes sistemáticos para ver hasta dónde  aguantamos. Pero un líder político de masas debe estirar al máximo su elasticidad política y flexibilidad personal en aras de no perder la prudencia y la compostura, para no hacerle el juego a sus enemigos o adversarios.

Cuando somos tolerantes reconocemos las diferencias implícitas en los seres humanos y buscamos soluciones conciliadoras e inclusivas. Pero hay quienes confunden la tolerancia con la cobardía y la sumisión, y es ahí donde se cometen las grandes equivocaciones, y vienen las revelaciones.

En el caso del presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana vemos que en aras de mantener la unidad de su organización, ha envainado la espada cuando otros la blanden frente a él, ha callado cuando la calumnia malvada no merece mejor respuesta que el silencio, ha abierto la puerta al diálogo y al entendimiento cuando otros se cierran en la sinrazón.

Pero la tolerancia también llega a sus límites cuando se agotan los recursos de la paciencia, cuando te cierran todas las puertas y hasta la última brecha por donde podría colarse la conciliación buscada. Cuando no te dejan más opciones  que luchar titánicamente por que prevalezcan los principios, y cuando la cohabitación se hace imposible, hay que responder en el terreno que exigen las circunstancias.

Leonel Fernández ha sido muy tolerante con quienes no les perdonan su carisma natural; con quienes resienten que haya salido con una alta tasa de popularidad que le permitió regresar tres veces al poder, y pese al juego sucio al que ha sido sometido después de dejar el poder, hoy todavía el pueblo le prodiga respeto y admiración..

El líder carismático del PLD ha actuado con tolerancia frente a quienes urden sucias tramas porque no le perdonan que conserve sus sufragios y el caudal electoral que lo preconfigura como el líder más potable del país, y la más segura opción de triunfo del partido morado en las elecciones del año 2020.

El doctor Leonel Fernández se comporta con mucha tolerancia frente a la acción propagandista alevosa y el uso de la ley como arma de guerra para destruirlo políticamente, junto con órganos del Estado, dando inicio a un linchamiento mediático de su persona sin reparar el daño que causan a la institucionalidad democrática. En un país donde la institucionalidad es escasa, no importan los argumentos, ni la inocencia de tu defendido cuando el juez es una figura corrupta movida por titiriteros.

Ahora, frente a una confabulación de amplio espectro, impulsada desde el poder y que también incluye a la oposición, Leonel se ve obligado a jugarse el todo por todo para defender su legado e impedir que la democracia interna de su partido perezca en sus manos. De ahí que se destapara con un artículo donde pone al desnudo la inconsistencia y las dobleces de quienes se postran a las tentaciones palaciegas, dejándose “persuadir y ganar” por los consabidos métodos de que se vale el poder para obtener adhesiones.

Por eso ya no es hora de tolerancia, sino de combate abierto contra quienes practican la intolerancia, valiéndose de mayoría mecánica y métodos cuestionables.  La realidad de los hechos impone demostrar que tolerancia no significa postración ni prosternación.

El pueblo llano está convencido de que ciertos grupos de poder buscan impedir su candidatura por la vía que sea y que el primer paso era hacer pasar el proyecto de Ley de Partidos con las modificaciones que rompen el consenso inicial con el único propósito de cerrarle el paso a Leonel dentro de su partido y posteriormente colar la reelección presidencial.

El afán de imponer a toda la sociedad política y civil un método de convención que privilegia lo que decidan las cúpulas partidarias en detrimento de la suprema voluntad de las bases de un partido, es una aberración antidemocrática y anticonstitucional, y frente a tanto desmanes, y violaciones a nuestro incipiente ordenamiento jurídico, se puede decir que la tolerancia debe llegar a su fin.

La participación es el pulmón de la democracia, y dejar eso en manos de cúpulas  partidarias burocratizadas y aburguesadas, sin conexión con el sentir de su militancia, sería permitir, que mediante procesos amañados, secuestren el derecho y la potestad de las bases de elegir libremente a sus candidatos, sin interferencias exteriores distorsionadoras de sus reales preferencias y voluntad política.

Por eso, enhorabuena Leonel empezó a engarzar su perfil conciliador con su perfil de guerrero espartano, en la lucha por evitar la imposición de un método de primaria que dividiría hasta el partido y que inicialmente fue rechazado por casi todo el sistema político, las entidades sociales, empresariales y religiosas.

Cruzadas todas sus líneas rojas, conducido hasta el punto de inflexión entre lo admisible y lo no admisible, al doctor Leonel Fernández se le está llevando  hasta los límites de la tolerancia  y sus reacciones han sido bien gallardas.

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El PLD entre la espada y la pared

Por Pascual Ramírez.-

Atrapado en conflictos internos y choques grupales, azuzados por sectores temerosos de perder privilegios asociados con posiciones de poder, el  Partido de la Liberación Dominicana, se aboca a reeditar los males que socavaron las fortalezas  de otras organizaciones políticas en la República Dominicana, las cuales hoy han tenido que hacer el papel de “rémoras” para poder subsistir en el espectro político dominicano. De extenderse el juego al que apuestan los titiriteros de la sombra, el partido llamado a concluir la República que soñó  el profesor Juan Bosch, Peña Gómez y Joaquín Balaguer, correría un serio riesgo de naufragio, amén de que pondría en entredicho la posibilidad de mantenerse en el gobierno más allá de las elecciones del año 2020.

Es cierto que el poder emborracha y marea a personas débiles, pero de ahí a enloquecer al punto de poner en juego la estabilidad del país, y la continuidad del partido que los ha hecho grandes, es una canallada que las bases peledeístas nunca perdonarían. Quienes  se mantienen atizando el fuego de una reelección presidencial, que sería como un aborto constitucional forzoso que alumbraría criaturas natimuertas, deberían de pensar en  las consecuencias negativas que arrojaría para la salud del país semejante monstruosidad institucional, concebida solo para obstaculizar la vuelta al poder del líder natural del Partido de la Liberación Dominicana.

Cuando se trata de mantener el poder, es un espejismo considerar que una sola fracción partidaria, desvinculada del sentir general de las masas peledeístas y al margen de la unidad total de la organización, puede ganar unas elecciones. Hasta donde tengo entendido, la militancia mayoritaria del Partido de la Liberación Dominicana no tiene vocación suicida como la han tenido otras militancias partidarias, para dejarse llevar hacia el despeñadero electoral de las manos de liderazgos improvisados y fabricados artificialmente, con el único pretexto de llenar egos inflados, o del temor subyacente de una imaginaria retaliación política, por parte de un hombre que ha demostrado  en su vida publica no guardar rencor ni vilezas que empañen su grandeza humana.

Es notorio el desaliento y la confusión que reina entre los miembros del partido de la estrella amarilla que intuyen que se aproximan, inexorablemente, a una derrota electoral si el candidato presidencial no resulta ser su líder natural, el Dr. Leonel Fernández, como consecuencias de trapisondas y de juegos diabólicos al reeditar figuras, que bien podrían ser payasos de circos.

En el contexto de la revolución francesa, donde sus principales mentores y propulsores perecieron guillotinados, se decía que las revoluciones devoran y se tragan a sus hijos, y extrapolando aquella sentencia a la situación actual del Partido de la Liberación Dominicana, podemos decir que de igual manera dicha organización está siendo llevada al cadalso político, sacrificada en el altar de las ambiciones políticas desmedidas de aquellos que solo reparan en sus intereses particulares.

Esa fábrica de presidentes que inauguró el Dr. Leonel Fernández en el año 1996 y que ha perdurado hasta el día de hoy, está siendo conducida hacia a la ruina, a la bancarrota política, por individuos que desconocen su historia, el sacrificio de cientos de hombres y mujeres que dejaron su juventud, su vida y hasta perdieron sus familias, por la construcción de un partido que sirviera de bases para el bienestar de todos los dominicanos.

Si tratan de abrir las puertas del infierno divisionista, se consumirían todas las posibilidades de que ese partido siga siendo referente de estabilidad y progreso del pueblo dominicano. La posibilidad de que esa fábrica de presidentes, que impulsara el Dr. Leonel Fernández, se mantenga activa y productiva, pasa necesariamente por la vuelta al poder de su carismático líder como condición sine qua non para reconstruir la credibilidad de esa organización política.

Consciente de que la división, la desavenencia, el sectarismo y el espíritu de grupo conducen hacia el desmembramiento y al fracaso, el presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana, se ha propuesto no dar cabida en su pensamiento ni en su alma, a las calumnias, a la envidia, y a las bajezas de seres amorfos, porque como líder natural de esa organización entiende que debe colocarse por encima de las pasiones grupales y de las debilidades humanas.

Conforme a ese entendimiento, Fernández no juega a aplastar a sus rivales sino a una justa competencia con reglas claras, transparentes y equilibradas para todos los aspirantes presidenciales. Sabe que necesitará la colaboración de quienes ahora le adversan internamente, por lo cual le prodiga respeto y compañerismo, con apertura hacia un diálogo abierto y sincero, sin menosprecio de nadie y con miras a llegar a un acuerdo verdadero que permita la continuidad del partido en el poder.

Al Dr. Leonel Fernández no le interesa agudizar las tensiones ni envenenar el ambiente de discordia que compliquen la posibilidad de un acercamiento, acuerdo o reconciliación con sus rivales internos y externos, sobre todo en estos momentos cuando el Partido de la Liberación Dominicana y su gobierno se encuentra en medio de fuego cruzado que amenaza hasta con la gobernabilidad del país, y la salida del poder.

La actitud del Dr. Leonel Fernández, no es hacer del PLD  un cuadrilátero de boxeo para intercambiar golpes entre hermanos, sino un espacio de avenencia, de acuerdo,  de concertación, de conciliación y reconciliación, donde los reales ganadores sean los y las militantes del PLD, dándoles la oportunidad de expresarse y decidir libremente el destino de su partido.

El PLD no puede ser colocado entre la espada y la pared, arrinconado en luchas fratricidas, frustrantes y desgastantes. Solo el Dr. Leonel Fernández con su capacidad conciliadora, y su experiencia de haber sido tres veces presidente, así como su sólido liderazgo, adentro y afuera, lo pondrá a salvo, evitando el encallamiento  y el naufragio de la nave morada en las próximas elecciones del 2020.

Los caminos están abiertos para un diálogo democrático que facilite un pacto político a lo interno del peledeísmo, que sería un pacto por una mejor Republica Dominicana y por la fortaleza del partido de Juan Bosch. Y  Leonel representa la dinámica política que conduce a ello.

 

 

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La senadora Marisol Alcántara: ¡Una voz que enaltece lo nuestro!

Por Pascual Ramírez.- 

La comunidad dominicana se ha convertido en el principal grupo entre los latinos en la ciudad de Nueva York y entre ella hay una mujer cuya luz refulgente la hace sobresalir como un ser humano especial que parece enviado por la Gracia Divina para ser fuente de inspiración, motivación,  alegría y ejemplo para sus semejantes, y conciudadanos.

Los dominicanos, que ya son propietarios de supermercados, restaurantes, salones de belleza, bodegas,  destacados participante en la industria de taxis y de  las finanzas, también están alcanzando posiciones representativas en la sociedad norteamericana a través de puestos de elección popular, y su activa participación en el desarrollo de la economía local.

Senadora Marisol Alcántara

El dinamismo de la comunidad criolla y sus aportes son visibles en diversos aspectos. Su espíritu progresista salta a la vista y su deseo de  contribuir al desarrollo de los residentes, de sus connacionales y de toda la ciudad, es una realidad innegable, y de todo esto también tenemos un ejemplo particular en una inmigrante dominicana que desde los doce años de edad hizo de la urbe neoyorkina su hábitat, su pasión y su entrega, en una hermosa  misión que la ennoblece y la convierte en un motivo de orgullo patrio.

Hablamos de una mujer luchadora que ha sabido enfrentar grandes desafíos, pero que también ha tenido importantes logros sociales, comunitarios y políticos, que van desde proteger y fortalecer la comunidad que representa, a invertir en el futuro de los niños y los más desprotegidos, preservar nuestra cultura y orígenes que nos definen, hasta desarrollar iniciativas protectoras de los pequeños y medianos negocios.

Me refiero a la senadora estatal Marisol Alcántara, una demócrata a carta cabal de toda una vida, una mujer domínico-americana que dentro de su apretada agenda como senadora saca tiempo para contribuir al crecimiento y ayudar a las mejores causas de su comunidad, para hacer de su gente y de su ciudad un mejor lugar para vivir, trabajar y desarrollarse, conforme a los mejores estándares y valores del sueño americano.

En ese sentido, la senadora Marisol Alcántara, es una dominicana que está haciendo historia en EE.UU., con logros como el establecimiento de 10 nuevos programas en 10 escuela del Distrito Escolar 6; la consecución de 10 millones de dólares para la financiación de asistencia legal para inmigrantes afectados por las políticas del presidente Trump; la facilitación de vivienda para la clase media con $150 para Mitchel Lama 2020.

De igual, manera entre sus logros se inscriben la aprobación de una legislación que permite a la ciudad invertir hasta $150.000 en contratos de ayuda a emprendimientos  empresariales de minorías y mujeres para que superen las desigualdades del mercado.

Por todo eso y por mucho más, hacemos un llamado a la comunidad hispana, en especial a la dominicana sobre la necesidad de acudir a las urnas para votar por Marisol Alcántara, en virtud de que su triunfo es una victoria de todos y su derrota es una derrota de toda la comunidad, en especial la dominicana, y de aquellos cuya voz nunca antes había sido escuchada en Albany.

¿Por qué me sentí motivado a escribir estas líneas cuando apenas acabo de conocer a Marisol Alcántara? Porque pude percibir sus cualidades de mujer humilde, sencilla, integradora, inteligente, preparada, valiosa y solidaria. Porque es una gran reserva moral de lo mejor de lo nuestro que, dignifica el gentilicio dominicano y porque dentro de su visión integradora, no deja oculto su deseo de empoderamiento frente a las necesidades y metas de sus conciudadanos dominicanos que aun claman por una mayor participación en ciudad que han hecho suya, Nueva York.

De Marisol Alcántara, se podría decir tantas cosas positivas, que se requerirían varias páginas para enumerarlas, pero entre ellas podemos citar que ayudó a organizar la Asociación de Enfermeras del estado de Nueva York; que trabaja para que cada niño y familia tenga libre acceso a una educación pública de calidad, vivienda y buena atención médica.

Además, que con ella, los dominicanos que somos el grupo latino más grande en Nueva York, estaremos bien representados y defendidos por una voz oída, con autoridad moral, respetada y creíble, por su historial en favor de los mejores intereses nuestra comunidad, el 13 de Septiembre te invito a votar por Marisol Alcántara en las primarias del partido demócrata.

 

 

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EL SENTIDO DE LA GRATITUD EN LA VIDA Y EN LA POLITICA

Por Pascual Ramírez.- 

Si existen personas que no heredarán el reino de los cielos, esos son los ingratos. Aquellos que se atreven a morder las manos que les ha dado de comer, aquellos que te utilizan como peldaño para escalar a posiciones cimeras para luego pisotearte, aquellos que le diste cobijo y protección cuando estaban destechados y más tarde te pagaron con el odio, la traición y la enemistad, no merecen otra cosa que el oprobio social y el destierro moral.

Los que no tienen sentido de la gratitud, son minusválidos espirituales, carentes de valores humanos. Quienes te deben el lugar en que están, debieran sentirse enlazado por una deuda de gratitud eterna, porque el agradecimiento es la memoria del corazón sincero.

Dicen que el ingrato tiene muy mala memoria y yo creo que realmente es así. Porque para ser ingrato hay que tener la mente vacía y el espíritu como una caja desfondada que no guarda nada. Por eso el ingrato olvida muy rápido y a su  conveniencia.

El hombre que conserva sus mejores sentimientos en estado puro, no es capaz de asestar puñaladas traperas a quien fue su benefactor y mentor.

La grandeza de un ser humano se mide por sus cualidades y su inclinación a pagar el bien con el bien, por su capacidad para reciprocar la amabilidad dispensada, el amor, la bondad, el cariñó y el compañerismo con igual moneda. Es cosa de Dios responder con gratitud a quienes nos han arrimado sus hombros en los momentos difíciles y nos han tendido sus manos salvadoras cuando nos encontrábamos al borde del abismo.

Pero es cosa del demonio devolver el bien con el mal, la solidaridad con el mal agradecimiento y la traición. El malagradecido tiende a ser una persona insensible, carente de virtudes, una sumatoria de cosas feas guardadas en sus adentros, las cuales asquean cuando salen hacia fuera como vómitos de un espíritu malsano.

La ingratitud tiene un parentesco cercano con la traición. Son hermanos siameses que caminan juntos y todo lo hacen en estrecha complicidad. No se sabe cuál de las dos duele más, pero sí se sabe que ambas laceran el alma y que dejan heridas que ni aun el tiempo puede borrar. Solo el perdón de las almas excelsas puede mitigar el lastre del daño que dejan al pasar.

Los herederos directos de Judas Iscariote, sus continuadores en el tiempo, sus émulos en la política, se han reproducido, muy lamentablemente, por todo el mundo.

Líderes ficticios con pies de barro que no son capaces de sostenerse fuera del poder, en ausencia de las canonjías, las prebendas, los privilegios, los recursos y el tráfico de influencia, porque no tienen seguidores, sino rémoras de la política y servidores perrunos que cambian de amo cuando le blanden un pedazo de carne, los cuales personifican el estado del alma en su más abyecta vileza humana.

La ingratitud nos animaliza y sataniza porque saca lo peor de nuestros instintos más bajos. Mientras que su antinomia, la gratitud, nos sublimiza, conectándonos con una dimensión superior que nos acerca a lo celestial.

Tanto en la vida como en la política, la ingratitud es una moneda de uso muy corriente entre la gente que hace de los fangales su hábitat natural. El malagradecido no es leal a nadie, mas que sus intereses particulares, por eso no le tiembla el pulso para convertirse en victimario, haciendo de su benefactor una de sus víctimas.

Ejemplos de ingratitud en la política, a nivel nacional e internacional, los hay muchos. Como referencia, citamos el caso de Lenin Moreno y Rafael Correa, donde el primero fue avalado y tomado de las manos por el segundo para llevarlo a la presidencia del Ecuador, recibiendo posteriormente como pago la persecución, el golpeo sistemático y la estocada mortal al sufrir hasta el destierro de su propia nación.

Otro caso similar sucedió con el presidente no elegido de Brasil Michel Temer, quien para alcanzar el puesto tuvo que prestarse como quinta columna de la trama macabra que terminó con la defenestración de Dilma Rousseff, de quien era su vicepresidente. Lo mismo hizo el político francés Joseph Fouché, cuyo genio y habilidades tenebrosas para complotar y traicionar son muy conocidos e imitados por políticos de hoy sin escrúpulos.

Y en este orden de ideas, la República Dominicana no es la excepción. En República Dominicana, hay líderes que han tenido que pagar un precio muy alto debido a la traición y a la ingratitud, y han sido golpeado sin clemencia por los ingratos, hasta el punto de querer verlo hundido sin remisión; ese es el caso del presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana, Dr. Leonel Fernández, a quien buscan aplastar a como dé lugar, utilizando blasfemias e infamias, así como el Dr. José Francisco Pena Gómez, líder histórico del Partido Revolucionario Dominicano, y el Prof. Juan Bosch, los cuales fueron vilmente vilipendiados por sus más conspicuos compañeros.

 

 

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Lo que se ve y lo que no se ve de la prohibición de la JCE

Por Pascual Ramírez.- 

Las decisiones que toman las instituciones en República Dominicana nunca son inocentes, siempre conllevan la búsqueda de un fin, sea inmediato, ulterior o subyacente. Y esto es así tanto a nivel personal, político como institucional. Para averiguar y comprender el propósito de una resolución o decisión, hay que analizar el contexto dentro del cual se toma.

Esto viene a colación, a propósito  de la reciente disposición de la Junta Central Electoral (JCE) que prohíbe a los partidos políticos realizar concentraciones multitudinarias como las que efectivamente se forman durante los contactos que viene  realizando el presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana, el doctor Leonel Fernández, con los dirigentes de esa organización política.

Se podría alegar, que fue una resolución de aplicación general que afecta por igual a todo el mundo, y que por ende, no concede ninguna ventaja particular a nadie. Pero se trataría de un juicio que solo accede a la superficie fenómica de los hechos, pues en política lo que no se ve, casi siempre es más importante que lo que se ve, como dijera el Profesor Juan Bosch.

Y lo que no se ve, es que el Gobierno quiere correr solo en sus afanes reeleccionistas, (tal y como lo hicieron en las elecciones pasadas), disfrazando este objetivo, subterráneamente, a través de inauguraciones y visitas sorpresas que tienen un tufo a repostulacion presidencial, al mismo tiempo que descalifican a sus posibles contendientes.

Además, hay que recordar que, el presidente Danilo Medina lanzó sus potros, que están llamados a sumárseles a la hora de la verdad, a la carrera de las aspiraciones presidenciales sin que la Junta se percatara de que estaban accionando en campaña electoral a ‘destiempo’. De esto se colige, que la mencionada disposición del organismo electoral parece dirigida a afectar la marcha ascendente y victoriosa de un candidato cuya escalada masiva dentro de la preferencia popular ha comenzado a inquietar a sus detractores internos y externos.

De modo que, vista la situación política interna del Partido de la Liberación Dominicana que enmarca dicha prohibición, jurídicamente insustentable, no hace falta anteojos para ver lo que está a la vista de todos. Se trata de una determinación que tiene un nombre y un objetivo al que desde hace tiempo se busca cerrar el paso, por todos los medios, habidos y por haber, recurriendo a todo tipo de argucias, ya sean “legales e institucionales”, o con trapisondas.

Entre las cosas que se ocultan a las vistas, pero que de todas maneras salen a relucir, está que el expresidente y Líder del Partido de la Liberación Dominicana, el Dr. Leonel Fernández, convocó a las fuerzas que le apoyan y a todo el pueblo dominicano a una manifestación nacional el próximo 26 de agosto, que dado el éxito de sus activas jornadas de contacto y calentamiento, augura un extraordinario triunfo político, el cual se busca detener de cualquier forma.

Primero, por medio de la imposición de las primarias abiertas y ahora fabricando resoluciones sospechosas que pretenden limitar el crecimiento de su candidatura, en pleno auge. Demasiada coincidencia para ser coincidencia. Pero lo lamentable y reprochable es que se usen las instituciones de forma subalterna para causar perjuicio político a un candidato, sea cual sea, de ahí que se hace necesario desenmascarar la trama que se cierne tras bastidores.

Por suerte, fuerzas vivas de la nación e instituciones de la sociedad civil, se han pronunciado en contra de ese adefesio jurídico-electoral, y  medios prestigiosos como el periódico El Día, editorializaron a favor de la posición sustentada por el presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana, Dr. Leonel Fernández, amén de que las bases de ese partido están al tanto de los susodichos aprestos en contra de su líder, y se han empoderado en su defensa, así como una gran parte del pueblo dominicano.

El golpe ha rebotado! El ardid ha sido desvelado! Invéntense otra trampa! Sin duda que también será derrotada! Y como estamos en tiempo del Mundial de Futbol, vamos a decirlo en este lenguaje: al final, desde el equipo de Leonel, se cantará… Gooooooool!!!

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Leonel Fernández: “el calumniado”

Por Pascual Ramírez.-

Hay alguien que ha recibido y resistido incólume todas las metrallas del encono, del odio, de la traición y de la ingratitud. Hay alguien cuyo espíritu parece templado como  el acero en el fuego de las dificultades. Un hombre que parece protegido por una coraza de un espesor espiritual para no doblegarse ante la persecución tenaz y el asedio de quienes ejercen, circunstancialmente, un poder avasallante.

Existe un hombre que se ha visto obligado a transitar por el minado camino de la distorsión y el ensuciamiento de su imagen en su ruta a la sucesión presidencial del año 2020. Un hombre que ha sido víctima de informaciones  falsas y de verdades mentirosas desatadas desde círculos de su propio partido poder  y que no son accidentales ni circunstanciales, sino que obedece a una continuidad programada destinada a manchar su nombre y desvirtuar su impronta.

Hay un hombre que no ha sucumbido a la maquinaria mediática y propagandística que han montado en su contra y que tiene como propósito llevar confusión, instalar noticias falsas como si fueran veraces y enturbiar de tal manera el ambiente político a su alrededor que haga que la simpatía masiva se convierta en rechazo activo. Sin embargo, el Dr. Leonel Fernández sigue aferrado a sus convicciones y a un pueblo que no le desampara.

Los acontecimientos noticiosos de los últimos días ponen en evidencia el plan puesto en marcha contra el presidente y líder del Partido de la Liberación Dominicana, el cual solo busca convertirlo en un cadáver político, exactamente días después del éxito rotundo del recorrido que hiciera en la capital de la República, lo cual hizo que cunda el pánico y la desesperación entre sus detractores interiores que no logran detener el avance de su candidatura hacia el solio presidencial en el 2020.

De nada ha servido que hayan armado campañas, sobre todo en redes sociales, y en los medios masivos de comunicación para contener el empuje de su candidatura, la cual fue rebautizada con el apoyo popular de las masas irredentas que creen que las cosas fueron mejor en sus gobiernos y anhelan volver a disfrutarlas.

Sus adversarios internos, atornillados en el gobierno de turno, buscan cerrarle el paso a como dé lugar. Sus oponentes, devenidos en sus peores enemigos, le temen, “como el diablo a la cruz”, someterse al escrutinio de las bases peledeístas que siguen abrazada a su carismático líder natural que comprende sus necesidades y que siempre se ha esforzado en protegerlas e importantizarlas, fuera y dentro del poder.

Siempre hemos visto con buenos ojos que se establezcan precedentes que sirvan de escarmientos aleccionadores en la lucha contra la corrupción, y siempre que obedezcan a un movimiento social de regeneración nacional.

Pero de ahí a politizar esta lucha para sacar de circulación al contrario hay mucha diferencia. Y el caso de Odebrech, el cual lo han utilizado para maniobrar políticamente, demuestra que ni son todos los que están, ni están todos lo que son, lo cual evidencia que las autoridades tienen sus corruptos preferidos e intocables, a quienes premian y rodean con el manto de la impunidad.

Por eso, destapar ahora ese expediente, con sus inclusiones tendenciosas y sus exclusiones ofensivas, lo único que hace es despertar sospechas y restarle credibilidad a sus patrocinadores,  inhabilitándolos moralmente para perseguir el cáncer de la corrupción que tanto daño ha causado a la sociedad dominicana.

El espectáculo circense de esta semana, con el que pretenden darnos circo a falta de pan, no le va a proporcionar ninguna ganancia política al sector que adversa internamente al presidente y líder del PLD, como es su propósito, porque el señuelo ya es evidente y delata a sus titiriteros.

Tenemos un líder, que por sus excelsas condiciones políticas, intelectuales, humanas y sus ideas preclaras recibió el traspaso de la antorcha en 1996 de manos de dos de los líderes históricos más trascendentes que ha dado la República Dominicana, el Dr. Joaquín Balaguer y el Prof. Juan Bosch, en prueba de confianza para dirigir los destinos de la nación, distinción que nunca dieron a más nadie.

Leonel Fernández, como cual Cristo en la cruz, ha tenido que recibir, hasta de sus propios compañeros,  los latigazos de la envidia y el arribismo oportunista, atravesando por un calvario de descalificaciones, provenientes de quienes tiran los hilos en la sombra, y se escudan tras el manto de una apariencia que revela sus miseria intenciones.

Sin embargo, pese a los golpes bajos y viles ataques, que hacen más difícil e intrincada una  reconciliación de última hora, Leonel Fernández sabrá sobreponerse y recomponer la unidad en aras de la grandeza del PLD y de otro nuevo triunfo electoral en el 2020.

El Autor es político y abogado

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Leonel Fernández: La estatura de un líder irreductible

Por Pascual Ramírez.- 

Hay quienes no se explican la vigorosidad de la renovación política y el resurgimiento de quien algunos creían liquidado hasta en su propia organización. Los que se apresuraron a cavar su tumba no entienden la rapidez de su recuperación. Aunque no podría decirse del presidente del Partido de la Liberación Dominicana que ha resurgido de sus cenizas como en la leyenda del Ave Fénix, puesto que nunca su incólume posición de líder natural de esa organización ha sido reducida al polvo.

A pesar de las brutales e inmisericordes andanadas de ataque que ha debido soportar a lo largo del trayecto desde que abandonó el poder, Leonel Fernández, se ha mantenido como el pugilista estilista que esquiva los golpes, esperando con paciencia e inteligencia el momento preciso para ripostar y decidir la pelea por nocaut.

El haber asimilado y absorbido los golpes arteros como una pedrada, manteniéndose firmemente de pie, es de por sí un triunfo. El haber mantenido la reciedumbre moral y espiritual frente a  quienes mordieron salvaje y traicioneramente las manos que les dieron de comer,  sin sucumbir a la calumnia y a las diatribas vocingleras, es una victoria.

La grandeza de un hombre no se mide por la temeridad de chocar frontalmente con el más poderoso que no escatimas medios para apisonarte como un rodillo, sino por su entereza, habilidad y sabiduría para enfrentarse a las dificultades y sobrevivir con dignidad a los intentos de homicidio moral.

La valentía política no es equivalente al suicidio de ir de frente contra quienes poseen el oro corruptor que compra fidelidades y lealtades pasajeras, pero que no compra el liderazgo real y auténtico de un hombre que se ha sembrado en la psiquis profunda de la conciencia de las bases partidarias.

Como ha podido resistir todos los rounds sin ser derribado, ahora buscan propinarle golpes bajos como el que amenaza asestarle el expresidente Hipólito Mejía con su revelación de que diría cosas feas nunca antes sabidas sobre Leonel Fernández. Esto refleja la desesperación  de quienes ya se le agotaron los recursos para demoler la sólida posición interna y externa del presidente del PLD y ahora se ven obligados a recurrir a las bajezas más sucias e impías.

Pero todo eso es una muestra de que la candidatura presidencial de Leonel Fernández cabalga indetenible montada en el lomo de una militancia peledeísta que se ha resistido a abandonar a su líder y que dice como en el Quijote de la Mancha: «Sancho, si los perros ladran es señal de que avanzamos».

Por eso los ladridos de la jauría de políticos y personajes que le hacen coro al Gobierno, les son indiferentes a un hombre que como Leonel no se dejará arrastrar hacia el pantano en que pretenden librar la lucha política, porque Fernández está por encima de la mañosería y de todas las malas artes de las trampas.

Conviene recordar a Hipólito Mejía,  que Leonel se levantó en el 2004 como la negación y la corrección de su desastrosa gestión del 2000 hasta el 2004, la cual sepultó por varios cuatrienios y marcó como una insignia maldita las aspiraciones de su partido de volver al poder.

En vez de definir su candidatura en oposición a su real contrincante interno que se levanta como una barrera infranqueable para sus aspiraciones, Hipólito ha decidido actuar como simple mandadero del sector peledeísta en el poder que ya siente la atribulación del llanto y el crujir de dientes ante la derrota segura.

Así como los ríos desbordados vuelven y recuperan sus cauces originales, en la concentración  multitudinaria que encabezará  Leonel Fernández en el Distrito Nacional el próximo 26 de agosto, quedará demostrada una vez más la fuerza irrefrenable de la corriente leonelista.

Concorde con esta realidad incontrastable, la Unidad de Inteligencia de la prestigiosa revista internacional The Economist afirmó que el presidente del PLD ocupará la Primera Magistratura de la nación. Los que tenga oídos que oigan y los que tengan ojos que vean.

Lo que dijo la citada revista es simplemente la comprobación de lo que dicen las más recientes encuestas que demuestran que Leonel Fernández será el próximo presidente del país y que también será el capitán y guía de las masas peledeistas que han sido orilladas por la desatención y la indiferencia gubernamental.

Y es que no podría ser de otra manera, porque estamos ante un estadista experimentado y probado, con gran capacidad intelectual para comprender nuestros problemas, buscarle solución y desencallar la nave nacional para llevarla otra vez al puerto seguro del progreso y el desarrollo.

El doctor Leonel Fernández Reyna ha logrado crear un liderazgo sólido no sólo dentro de su partido, sino en el mismo corazón del pueblo, de donde nadie ni nada lo podrá sacar y que hoy lo pide y lo aclama como el próximo presidente de la nación.

 

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